Aumentan las denuncias y críticas sobre el estado del centro de acogida de Moria, en Lesbos

En él se encuentran ahora más de 5.000 personas (siendo construido para albergar un máximo de 3.100 personas y habiendo llegado a tener hasta 9.000)

Campo de refugtiados de Moira, en Lesbos REUTERS

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Ya no son sólo las ONGs y distintos observadores internacionales quienes denuncian el lamentable estado de los campos de identificación y registro de inmigrantes irregulares en las islas del Egeo mas cercanas a la costa turca: lo han hecho el líder de la oposición Kiriakos Mitsotakis en una visita esta tarde y recientemente la eurodiputada española Maite Pagazaurtundúa en el campamento de Moria en la isla de Lesbos, a seis kilómetros de la costa turca.

Kiriakos Mitsotakis, presidente del partido conservador Nueva Democracia y líder de la oposición griega ha visitado este campamento militar en el que se encuentran ahora más de 5.000 personas (siendo construido para albergar un máximo de 3.100 personas y habiendo llegado a tener hasta 9.000), de los que el 83% son afganos, sólo el 1,8% sirios y el resto de más de treinta países diferentes. Y tras felicitar a quienes ahí trabajan, en condiciones muy difíciles, ha insistido que el mayor problema del campamento es el increíble retraso de meses en el proceso de registro, identificación y solicitud de asilo. Lo relaciona con el complejo marco legal elegido por el actual Gobierno radical, que el partido Nueva Democracia promete cambiar. Asimismo el mayor problema práctico del campamento,las instalaciones sanitarias tercer mundistas (un aseo para cada 30 personas, una ducha para cada 80) está ahora en vías de solución desde 2017 ya que hoy fue el día elegido para comenzar las obras de saneamiento. Algo que no pasó desapercibido a los comentaristas políticos, que recuerdan que este año hay elecciones locales, regionales y generales.

Informe de la eruodiputada española

En su informe, la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa , que estuvo en la isla y en el campamento hace pocos días, describe la triste realidad. Estas son algunas de sus observaciones: «Situación infrahumana con miles de personas agolpadas en barracones y tiendas de campaña sin sistema regular de agua potable, sin saneamiento de aguas fecales, con duchas comunes, sin agua caliente». La comida es administrada tres veces al día «con colas de hasta dos horas» y la distribución del catering griego se efectúa gracias a la ayuda de los voluntarios de la ONG REMAR, que además intentan ayudar en temas prácticos. «No existe asistencia médica oficial en el campo», lo que hace que quienes se encuentran enfermos deban ir al Hospital estatal de la capital, Mitilene o ser cuidado por distintas ONGs, empezando por Médicos sin Fronteras.

La eurodiputada es contundente: acusa al centro de Moria de no cumplir los estándares mínimos humanitarios propios de la Unión Europea, al no tener condidicones de vida dignas ni proteger a los menores, y sobre todo «con condiciones de vida humillantes y ausencia de plazos claros y abordables, algo que incrementa las enfermedades mentales». Y recoge los comentarios de quienes trabajan en ONGs y sus voluntarios: largas esperas, desinformación de la tramitación de los expedientes, ausencia de abogados e información legal, falta de suficientes funcionarios e interpretes. Este informe se añade a muchos más denuncias, comenzando por el Consejo Griego de Refugiados y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Médicos del Mundo y un largo etc.

La situación para quien pasa meses en este tipo de campamentos es sostenible gracias al apoyo de varias ONGs situadas a los alrededores del campamento (van cambiando, unas se van protestando por las malas condiciones del campamento o por falta de financiación, otras llegan). Ofrecen además de ayuda ambulatoria otras actividades: juegos y entretenimientos para los niños, duchas seguras para mujeres, recogida y lavado de ropa y mantas, alguien dispuesto a escucharles. Porque las mujeres no denuncian ni las violaciones ni los intentos de violación (llegan a dormir con pañales por no ir de noche a los aseos, al no haber seguridad ni alumbrado). Ni se registran los intentos de suicidio de niños a partir de los diez años, ni las numerosas peleas y el tenso ambiente que existe durante muchas horas del día.

Hartazgo de la población local

Lo que también se refleja en la isla de Lesvos como en otras cercanas con centros como Moria (menos conocidos pero en condiciones parecidas) es el hartazgo de la población local: consideran que esta invasión de inmigrantes especialmente desde finales del 2014 les ha causado mucho daño, especialmente en el sector turístico. Lamentan también la situación de desamparo de quienes llegan por el mar y sin nada, han mostrado su solidaridad repetidas veces pero también recuerdan como han aumentado la violencia y los robos desde que son sus «huéspedes». Y quieren que quienes llegan a sus islas… las abandonen pronto o bien para ser devueltos a Turquía o enviados a otra parte del país.

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