Aumenta el islamismo radical en Francia cinco años después del atentado contra «Charlie Hebdo»

La Policía detecta entre 40.000 y 60.000 musulmanes salafistas en el país, de los que de 12.000 a 15.000 serían «particularmente virulentos»

Puesto de pinchos morunos durante una manifestación en París J. P. Quiñonero

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Cinco años después de las matanzas islamistas del 7 de enero, contra el semanario satírico « Charlie Hebdo », y el 13 de noviembre de 2015, en la sala de conciertos « Bataclan », que se cobraron más de un centenar de muertos, los servicios de seguridad del Estado de Francia y varios estudios especializados confirman el crecimiento llamativo de un islam francés, salafista, yihadista, terrorista y subversivo .

Según fuentes policiales, en Francia viven entre 40.000 y 60.000 musulmanes salafistas . Entre 12.000 y 15.000 de entre ellos serían «particularmente virulentos».

En 2004 apenas 5.000 musulmanes franceses eran salafistas. En 2015 unas 120 de las 2.000 mezquitas existentes en Francia predicaban un islam salafista.

El salafismo está considerado como una de las variantes más radicales del islam «tradicional». Los especialistas estiman que el islam salafista, yihadista, terrorista y subversivo se propaga en Francia a través de cuatro «variantes»: el salafismo «clásico», el movimiento Tabligh, los Hermanos musulmanes y el yihadismo.

Bernard Rougier, especialista emérito en el islam medio oriental y en el islam francés, comenta el proceso en curso de este modo: «Las distintas “familias” del islamismo radical han terminado imponiéndose en todo Oriente Medio. Comencé a estudiar su influencia en El Cairo. Son ellos los que han transformado buena parte del movimiento palestino que en otro tiempo “controlaban” Yasser Arafat y la OLP. El islamismo ha transformado el movimiento nacional palestino. Y ha comenzado a conquistar o tomar posiciones hegemónicas en el Islam de Francia. El islamismo está creciendo de manera llamativa entre los musulmanes de Francia».

En Francia (67 millones de habitantes) hay entre 5 y 6 millones de musulmanes, el islam es la segunda religión nacional (tras el catolicismo) y la tercera (en número de lugares de culto, tras el protestantismo). Sin embargo, las distintas familias del islam salafista, yihadista, terrorista y subversivo han crecido de manera llamativa en los guetos y suburbios, la banlieue de París y grandes ciudades como Lyon, Marsella, Lille, Burdeos.

Una joven reclama justicia y apoyo «para todos» J. P. Quiñonero

Bernard Rougier ha dirigido varios estudios y publicado un ensayo de referencia que lleva este título: «Los territorios conquistados por el islamismo». A juicio de Rougier, el islamismo se ha propagado en Francia, durante el último quinquenio, utilizando tácticas que habían funcionado con éxito en Oriente Medio y se han convertido en una amenaza creciente en los «territorios abandonados de la Francia suburbana», comentando: «Los islamistas utilizan varios discursos paralelos y están comenzando una ruptura de fondo con la sociedad francesa. En su retórica se utiliza un antisemitismo larvado, que cuenta con los apoyos directos o indirectos de los multiculturalistas de izquierda y derecha que están facilitando la propagación de un islam radical cuya aspiración última es evitar el nacimiento de un islam liberal e integrador, compatible con los valores de la República y nuestras instituciones. Se trata de un proyecto hegemónico para intentar imponer sus criterios al resto del islam francés».

Jóvenes con velo en manifestaciones

Por vez primera en la historia de los conflictos sociales, en Francia jóvenes musulmanas con velo han participado activamente en las manifestaciones callejeras de los últimos doce meses, «integradas» en los cortejos de la extrema izquierda multicultural.

Durante las manifestaciones contra la reforma del mercado laboral (2018) y durante las recientes protestas contra la reforma del sistema nacional de pensiones, han tenido mucho éxito los «tenderetes» que vendían pinchos morunos («auténticamente» morunos, claro está). Incluso hubo jóvenes musulmanas, con velo, en bastantes manifestaciones de «chalecos amarillos», durante los últimos quince meses.

Son las manifestaciones menos problemáticas del crecimiento del islam salafista y yihadista en Francia. Más de 1.500 franceses musulmanes decidieron enrolarse en organizaciones subversivas internacionales (Daesh, Al Qaida) durante el último quinquenio.

Las matanzas islamistas que comenzaron el 7 de enero de 2015 «solo» fueron el principio de una «ola» inconclusa y ensangrentada de crímenes. Otros sesenta atentados se han cobrado la vida de 255 franceses en los últimos cuatro años.

Bilel Ainine, especialista en la radicalización violenta de los jóvenes musulmanes franceses, comenta: «Algunas formas del salafismo francés tienen comportamientos de sectas, incontrolables. Y los servicios de seguridad son conscientes que muchos imanes predican un islam peligroso». Bernard Rougier añade: «Inevitablemente, el ecosistema islamista, yihadista, alimenta la “transición” de la “piedad radical” a la violencia criminal. En los suburbios de París y otras grandes ciudades, como Marsella, el proyecto hegemónico de ese islam radical está ganando terreno contra el resto de las sensibilidades religiosas musulmanas y contra el Estado».

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