La exmujer del asesino y su hijo, ambos entre las vi´timas
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El asesino de la masacre de Año Nuevo en Brasil odiaba a las mujeres

Nueve de las doce víctimas eran mujeres. «Quiero matar al máximo de perras», escribió el asesino en una carta

Corresponsal en Sao Paulo Actualizado: Guardar
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La masacre a una familia en una fiesta de año nuevo en Campinas, cerca de São Paulo, fue un feminicidio. Entre los doce muertos de la tragedia, nueve eran mujeres, el principal blanco del asesino, que quería vengarse de su exesposa y acabó acribillando a toda una familia, entre ellos a su hijo de apenas 8 años.

En una carta que escribió a su hijo, el técnico de laboratorio Sidnei Ramis de Araújo, que se mató tras la masacre, culpa a las feministas por la separación, además de llamar «perras» a las mujeres en las doce veces en que se refiere al género femenino. «Quiero matar al máximo de perras juntas», dice Ramis, que critica también la corrupción y los derechos humanos.

«La perra fue ingeniosa e inspiró a otras perras a hacer lo mismo con los hijos, ahora inspiraré a los padres a terminar con las familias de las perras», escribió el asesino, que también llamó la ley «María da Penha», de protección a las mujeres, creada hace diez años, de «ley de las perras». «Tengo rabia de las perras que se proliferan, y mucho, cada día, beneficiándose de la ley de las perras», expresó.

El asesino de Campinas llega a referirse con el mismo insulto a la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, destituida en agosto del año pasado en un proceso que ella misma calificó algunas veces de «machista».

Inconformado con la separación

Ramis, que no se conformaba con la separación, disputaba con Isamara Filier la custodia de João Victor, el hijo de ambos. El técnico fue acusado en el proceso de abusar sexualmente del niño y tuvo restricciones judiciales de convivencia, pese a que la denuncia no fue comprobada «cabalmente», como cita el proceso. Una profesora del niño declaró a la prensa local que João Victor tenía una relación muy mala con el padre y llegó a decir en la escuela que quería matarlo cuando creciese.

La policía también informó que Isamara presentó cinco quejas contra el exmarido desde 2005, dos por amenaza e injuria, otra por violencia doméstica, otra de lesión corporal y la última de ellas, en 2014, por visitar a su hijo en un día no marcado.

Violencia contra mujeres en Brasil

Un dossier difundido en noviembre por el Instituto Patricia Galvão concluyó que a cada 90 minutos una mujer es víctima de feminicidio en Brasil. Datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), basados en informaciones del Mapa Nacional de la Violencia 2015, apuntan que Brasil es el quinto país del mundo en asesinatos de mujeres, después de El Salvador, Colombia, Guatemala y Rusia.

«Sólo esos índices alarmantes ya prueban como el feminismo es imprescindible y como las clases de género pueden ser importantes para combatir la violencia», afirmó la bloguera Lola Aronovich, una de las feministas más populares de Brasil.

La ley «María da Penha», que entró en vigor en 2006, redujo un 10 por ciento la tasa de homicidio de mujeres víctimas de violencia doméstica en diez años. La ley homenajea a María da Penha Maia Fernandes, que fue víctima de violencia doméstica durante 23 años quedando paraplégica por ser baleada y expuesta a descargas eléctricas. Su marido fue juzgado sólo 19 años después de la denuncia y solo se le condenó a dos años de prisión. La ley endureció las penas por crímenes domésticos contra las mujeres.

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