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Mauricio Macri se desplaza a la Casa Rosada en un coche descapotable - Sisso Chouela

Los argentinos «se entregan» durante la toma de posesión del presidente Mauricio Macri

El presidente electo se ha trasladado desde el Congreso de los Diputados hasta la Casa Rosada en un coche descapotable arropado por centenares de argentinos que, envueltos en banderas, acompañaron al presidente cantando y bailando en una auténtica fiesta de asunción en la que el presidente se animó a bailar una vez más

Buenos Aires Actualizado: Guardar
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Después de desinformaciones hasta el último minuto, finalmente el presidente provisional del Senado, Federido Pinedo (el tercero en la línea sucesoria) le tomó juramento a la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti, quien se lo tomó al nuevo presidente argentino, Mauricio Macri.

Después de un discurso en el que se desmarcó de forma clara de la forma de gobernar de su antecesora, Cristina Kirchner («no tendremos jueces macristas», Mauricio partió a la Casa de Gobierno (más conocida como la «Rosada») en un coche descubierto. En varias ocasiones se asomó por el techo descubierto del auto junto a la primera dama, Juliana Awada para saludar a la gente que durante todo el recorrido (casi de dos kilómetros) lo saludaba y gritaba «Argentina» o uno de los lemas más repetidos durante la campaña: «Sí se puede».

Al llegar a la Casa Rosada, Macri recibió los atributos (la banda y el bastón presidenciales) por parte de Federico Pinedo (se barajaba que lo hiciera el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Y, finalmente, se asomó al balcón junto a Awada, que cargaba en brazos a su pequeña hija Antonia y a la vicepresidenta. Macri volvió a hablarle a la multitud envuelta en banderas y que resistió el intenso calor de la ciudad y pidió que crean en él así como él creen en el pueblo argentino, señaló.

La emoción no solo estaba impregnada en los rostros de la gente, sino en el propio Mauricio y en su equipo. De hecho, se asomó a saludar también María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires (después de haberle gananado al peronismo en la provincia, que estuvo durante 28 años en el poder). También saludó Marcos Peña, jefe de Gabinete.

«Los argentinos siempre nos hemos amado, la división no tiene que existir»

El acto terminó con el presidente bailando cumbia (para lo que se quitó la banda) después de hacerse convencer por la gente que le pidió que bailara como lo hace habitualmente. En un primer momento dudó argumentando que le había prometido el primer baile a la presidente de Chile, Michelle Bachelet pero finalmente, se puso a bailar frente a la mirada afectuosa de su mujer y de todos los argentinos como el caso de

Ángela Murphy, jubilada de Buenos Aires antes docente y empresaria del sector agropecuario que señaló que, a su juicio, «hay un antes y un después. Estoy esperando este momento, este acuerdo desde hace muchos años. Los argentinos siempre nos hemos amado, la división no tiene que existir y Macri vino con ese discurso».

«Estoy feliz de festejar esta fiesta de la democracia con mucha esperanza», apuntó Luz, ama de casa y reflexóloga, también de Buenos Aires que señaló como medidas urgentes la lucha contra la inseguridad de las calles. «También debe trabajarse contra la pobreza y el narcotráfico». Reconocen que el camino es difícil pero que es muy importante tener un país donde no haya gente que pase hambre. «Es una utopía pero también lo parecía el día de hoy y lo conseguimos», añadió Ángela.

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