Álvaro Uribe renuncia a su escaño en el Senado de Colom bia tras ser citado por la Corte Suprema

El expresidente declarará por un caso de soborno y fraude procesal. A través de Twitter, sugiere que «las grabaciones las hizo la agencia Británica MI6, amigos de Juán Manuel Santos»

Álvaro Uribe, en una imagen del pasado 10 de febrero en el condado de Broward, en Florida Efe

Poly Martínez

Colombia amaneció revuelta este miércoles tras el anuncio del senador Álvaro Uribe Vélez de renunciar a su escaño en el Senado tras ser llamado a declarar por la Corte Suprema de Justicia. El anuncio tomó por sorpresa a los colombianos, pero no a los abogados ni al expresidente (2002-2010) y líder del Centro Democrático, partido del gobierno entrante, quienes estaban a la espera de un pronunciamiento del Tribunal.

Estamos en una etapa más, pero muy significativa, de un proceso reciente para Uribe pero que lleva ya cuatro años. El origen, una denuncia que el expresidente puso ante la Corte Suprema contra el senador Iván Cepeda , del izquierdista Polo Democrático. En ese momento, acusó a Cepeda de visitar en las cárceles a reos juzgados por paramilitarismo para manipular declaraciones en su contra, de manera que lo vincularan con las Autodefensas Unidas de Colombia, paramilitares de derecha, tema por el que su hermano Santiago Uribe Vélez hoy enfrenta un proceso judicial.

Pero la denuncia, tras ser investigada y estudiada por la Corte, el pasado 16 de febrero dio un giro sorpresivo: la alta instancia archivó el caso contra el senador Cepeda y, en cambio, abrió un proceso contra Uribe precisamente por manipulación de testigos.

De acusador a investigado

Se investiga si hubo contacto con exparamilitares para que dieran declaraciones, hicieran vídeos y aportaran información a favor de los hermanos Uribe Vélez y en contra del senador Cepeda, a cambio de beneficios jurídicos y dinero.

El análisis del porqué de la renuncia, si es para que el expresidente se libre del fuero de senador y su proceso salga de manos de la Corte Suprema y pase a la Fiscalía y, por ese camino, a la justicia ordinaria, tiene varias perspectivas. Para Carlos Medellín , constitucionalista y exministro de Justicia: «Aquí no hay novedad. Esto ha pasado ya, especialmente en temas de parapolítica donde senadores renunciaron al fuero. El asunto de fondo es que el fuero es una figura creada para dar garantías a altos funcionario del Estado, que por su dignidad no deberían ser juzgados por un tribunal ordinario. Pero, paradójicamente, en Colombia se renuncia al fuero porque se considera que, llevando el proceso ante un juzgado donde hay dos instancias, hay mayores posibilidades de defensa jurídica, además de considerar que la alta corte no da garantías pues sus fallos no tienen más instancias». Un «llamado a indagatoria» de la Corte Suprema se realiza cuando hay pruebas suficientes y claramente sustentadas. En este caso, los magistrados de la Sala de Instrucción 2 de lo Penal de la Corte Suprema avanzaron hasta este llamado que algunos indican puede derivar en una orden de captura.

Las especulaciones están a la orden del día, incluida la teoría conspiratoria de la intervención del MI6, servicio de inteligencia del gobierno británico. Para Medellín, esa acusación «es inverosímil y puede ser estrategia dilatoria. Es muy estrambótico».

Un escenario como ese, ya sin el fuero de senador, le daría a Uribe Vélez un mayor espacio de maniobra, pues además de poderse defender ante la justicia ordinaria, lo libera de la camisa de fuerza del recién estrenado Estatuto de Oposición, del acoso de sus contradictores en el Congreso y con la tribuna propia que tiene, aprovecharía ese espacio ante la opinión pública para defenderse más libremente, además de poder viajar fuera del país, a menos que le sea prohibido. Para el expresidente liberarse del fuero de senador le traería beneficios más allá de lo puramente jurídico.

Para la analista política Elisabeth Ungar , la renuncia al fuero, si se cumple, implica que «de acuerdo con la jurisprudencia, la Corte puede enviar el caso a la Fiscalía, que a su vez puede devolverlo a la Corte. Si así sucede, es una estrategia dilatoria, que pone en una posición difícil a la bancada del senador Uribe y al gobierno entrante porque es en el Centro Democrático donde el presidente electo tiene apoyo mayoritario. Esta es una situación inédita y cualquier afirmación de qué camino va a seguir el caso hoy es un poco especulativa. Además, sucede con el político más influyente en este país, de ahí que sea impredecible la complejidad de las consecuencias».

Otros se preguntan si este caso será finalmente el que rompe el celofán que ha recubierto al expresidente, que lo ha hecho prácticamente intocable, como denuncian sus contradictores, o si, como se dice popularmente en el país, el «efecto teflón» empieza a desgastarse ya y las denuncias contra el exmandatario empiezan a subirle la temperatura a su futuro político y judicial. Habrá que esperar el siguiente capítulo de esta serie que siempre es un remesón para la política y justicias colombianas.

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