Alta tensión en la manifestación del 1 de mayo en París
Las autoridades arrestaron a 165 personas antes antes del inicio de la concentración e hicieron más de 9.000 controles de identidad por toda la ciudad para intentar prevenir la llegada de manifestantes violentos
Francia temía un 1 de mayo negro, inflamable, con flecos violentos y con inesperada presencia «española».
Los choques de la concentración de París llegaron a tal nivel de violencia que Philippe Martinez , el secretario general de la Confederación General del Trabajo, principal sindicato convocante, tuvo que ser extraído de la marcha , que partió de la estación de Montparnasse a las 14.30 hora local (12.30 GMT). Los agentes lanzaron gases lacrimógenos e hicieron algunas cargas contra grupos de radicales que se habían infiltrado entre los manifestantes.
Un portavoz de la Prefectura de Policía indicó que hasta poco después de las 13.00 locales las fuerzas del orden habían arrestado a 165 personas antes del inicio de la manifestación. En total, durante la mañana se llevaron a cabo más de 9.000 controles de identidad por toda la ciudad para intentar prevenir la llegada de manifestantes violentos.
De hecho, a primera hora de la mañana, la Policía detuvo a tres españoles jóvenes que transportaban un arsenal muy artesanal, con el aparente proyecto de participar junto a los mil o dos mil violentos denunciados por el ministerio del Interior. Según las autoridades, los tres españoles transportaban martillos, máscaras anti gas y material «explosivo».
Desde hace semanas, las banderas españolas han estado presentes en algunas manifestaciones de la franquicia de los chalecos amarillos, en los Campos Elíseos. En Marsella han aparecido algunas banderas españolas (republicanas).
Movilización policial
Ante el riesgo de altercados, el ministerio del Interior ha movilizado a unos 7.400 policías, gendarmes y anti disturbios, esperando una movilización nacional superior a los 115.000 manifestantes , entre sindicalistas, chalecos amarillos radicalizados y bandas «incontroladas» proclives al vandalismo.
Las decenas de miles de millones de euros de concesiones económicas no han conseguido apagar el incendio nacional de la franquicia de los chalecos amarillos , que estalló a mediados del mes de noviembre pasado. De ahí la inquietud gubernamental: se teme la convergencia entre los sindicatos y los chalecos amarillos radicalizados.
