Alemania envía su solidaridad a Turquía después del atentado contra una discoteca

Decenas de personas se han acercado tímidamente este domingo a depositar velas y flores ante la embajada turca en Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, ha transmitido sus condolencias al presidente Erdogan acusando a los terroristas de haber cometido « un ataque inhumano e insidioso contra aquellos que querían festejar juntos el cambio de año». También el ministro de Exteriores alemán, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, se ha referido a un «ataque cobarde» y ha asegurado que su departamento permanece en estrecho contacto con las autoridades del país del Bósforo, dispuesto a prestar cualquier ayuda.

Estos mensajes se producían a pesar de las tensiones diplomáticas de los últimos meses. Reiteradamente, Erdogan ha acusado a Alemania, donde viven cerca de tres millones de ciudadanos de origen turco, de dar cobijo a terroristas del PKK, afirmaciones que ha rebatido Berlín recordando que se trata de una organización ilegal y que es perseguida como tal.

En el barrio berlinés de Kreuzberg, donde residen unos 120.000 turcos y conocido como «la pequeña Estambul», se han registrado espontáneas y breves manifestaciones tanto en contra como a favor del atentado, síntoma de que el conflicto turco se traslada con facilidad a las calles alemanas.

Entre enero y noviembre de 2016, más de 5.000 ciudadanos turcos solicitaron asilo en Alemania, mientras que en 2015 hubo sólo 1.700 peticiones. La denominada cuota de protección de solicitudes turcas, que es el porcentaje de todas las solicitudes que fueron aprobadas, fue de un 7,6%, pero para los peticionarios kurdos esa cuota asciende a casi un 80%. Erdogan influye en la opinión pública turca en Alemania a través de asociaciones como la Unión Turco-Islámica para Asuntos Religiosos (DITIB), con 970 mezquitas, o la asociación radical islámica Milli Görüs, una variante turca de los Hermanos Musulmanes. Hay círculos económicos germano-turcos que orquestan campañas contra los diputados del Parlamento alemán y por parte de los nacionalistas están activos también los Lobos Grises. «El Gobierno los tolera en silencio y me temo que Alemania pagará caro por ello», ha declarado la diputada alemana de Die Linke (La Izquierda) y de origen turco, Sevim Dagdelen.