El candidato Lasso, en un mitin electoral en Quito
El candidato Lasso, en un mitin electoral en Quito - Reuters

La agresión al candidato opositor eleva la tensión antes de las elecciones en Ecuador

El incidente que sufrió Guillermo Lasso se une a las polémicas resoluciones del consejo Nacional Electoral

Corresponsal en Quito Actualizado: Guardar
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La agresión de la que fue objeto el candidato de la oposición, Guillermo Lasso el martes por la tarde a la salida del estadio Olímpico Atahualpa tras el partido entre las Selecciones de Ecuador y Colombia, ha tensado el ambiente electoral pocas horas antes de ir a las urnas, el domingo, para definir, en segunda vuelta, entre Lenín Moreno, del oficialista Alianza País, y Guillermo Lasso del centro derechista Creo-SUMA.

El candidato de oposición y su esposa fueron víctimas de agresiones físicas por parte de una turba, que los atacó lanzando palos, piedras y vuvuzelas. Se vivieron momentos de tensión. Lasso debió cubrir con su cuerpo a su esposa, y la Policía proteger a los dos.

Cercanos al candidato hablan de una acción premeditada, y comentan que hubo una venta extraordinaria de entradas al estadio, aunque en las eliminatorias se venden solo en abonos.

Lasso ha anunciado acciones legales en contra del presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Carlos Villacís.

Observadores advierten que lo qué se buscó dentro del estadio fue minimizar el grito de «Fuera, Correa, fuera», que se ha vuelto habitual en los estadios y, en especial, en los encuentros de la Selección. «Con semejante ruido, los gritos fueron neutralizados».

Por si fuera poco, la presencia del candidato Lasso, en el palco, y el grito, en un momento dado, de «Lasso, presidente», de sus seguidores, habría indignado a quienes fueron para evitar las consignas en contra del gobierno. “Ni siquiera vieron el partido, lo que buscaban era meter bulla y ofender a Lasso”, dice César Monge, director de CREO, que estuvo junto al candidato, quien fue en compañía de su mujer y su hijo.

En su cuenta de Twitter, el conocido periodista deportivo Andrés Guschmer, ya había comentado la inusitada presencia de hinchas con las originales cornetas. “Muy hábil el que haya decidido comprar 6 000 entradas y entregarles además vuvuzelas para sonarlas en los momentos adecuados del partido”, escribió. “Fuerzas de choque contratadas para acallar el repudio de la mayoría en el estadio (…) queriendo demostrar lo contrario”, le replicó un seguidor.

Poco después, en su cuenta de Twitter, el candidato del oficialismo, Lenín Moreno, escribió: “Ninguna expresión de intolerancia es aceptable, venga de donde venga. Rechazamos los actos de violencia a la salida del Atahualpa”. Guillermo Lasso respondió de contado: “Candidato @Lenin la violencia es recurso de quien tiene miedo a las ideas”.

En las últimas horas, el gerente operativo de Ecutickets, Andrés Venegas, encargada de comercializar los entradas, reveló, a la radio La Redonda de Quito, que una entidad del gobierno compró «un número importante de boletos» para el encuentro Ecuador-Colombia. Evitó mencionar el nombre de la institución porque tiene un contrato de confidencialidad, pero confirmó que la venta contó con la autorización de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.

Nuevas reglas para el escrutinio

La inesperada decisión del CNE, de que antes de ser difundidas las encuestas a boca de urna, deberán ser enviadas a ese organismo, a las 16:00, ha causado enorme inquietud en los partidos políticos y todo tipo de conjeturas en la sociedad. Nunca antes había ocurrido algo así. Se habla de censura previa. El titular del CNE, Juan Pablo Pozo, lo niega, y dice que no van a revisar las cifras; solo se les está obligando a entregar una hora antes de la difusión para evitar que se publiquen antes de tiempo.

“Es un control total; un absurdo. Un sondeo a pie de urnal no son resultados definitivos, solo muestra las tendencias”, comenta Medardo Oleas, expresidente del Tribunal Supremo Electoral. Para él la autoridad electoral solo puede manejar la información del escrutinio de las Juntas y las Actas”, y critica que el organismo esté alineado con el movimiento de gobierno.

También ha generado críticas la decisión de que el domingo de las elecciones hayan fiscales de flagrancia en alerta. La penalista Paulina Araujo se muestra extrañada. "Que haya autoridades penales en los comicios nos hacen ver a los ecuatorianos como potenciales delincuentes; eso no está bien", comenta la experta de Derecho Penal, que dice es un hecho sin precedentes.

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