En la Academia de Thangkas de Lhasa se forman 32 estudiantes, que sueñan con perpetuar esta tradición de trece siglos
En la Academia de Thangkas de Lhasa se forman 32 estudiantes, que sueñan con perpetuar esta tradición de trece siglos - PABLO M. DÍEZ

ABC en el Tíbet (y III)«Thangkas», un lujo milenario para los ricos chinos

Con trece siglos de historia, estos minuciosos tapices pintados con motivos budistas son los objetos más caros del arte chino

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Pintados con todo detalle sobre lienzos de algodón o bordados de seda, los «thangkas» suponen la quintaesencia del arte tibetano al representar deidades budistas o su concepción de la rueda de la vida y las fuerzas del universo (mandalas). Dibujados a mano, su minuciosidad exige una técnica tan depurada que muchos de estos tapices tardan un año en terminarse.

Debido al extraordinario crecimiento económico de China, más que a una eclosión de la espiritualidad en esta sociedad tan materialista, los «thangkas» tibetanos se han revalorizado y son ya el último lujo decorativo de los nuevos ricos. Que se lo digan, si no, a Liu Yiqian, un antiguo taxista convertido en magnate que el mes pasado pagó en una subasta 158 millones de euros por el famoso «Desnudo tumbado» de Modigliani.

Justo un año antes, este reputado coleccionista compró por 42 millones de euros un «thangka» del siglo XV, el objeto de arte chino más caro hasta la fecha.

Junto a estas antigüedades, los precios de las nuevas obras también se han disparado y algunas cuestan más de un millón de yuanes (150.000 euros), ya que son un símbolo de estatus social y, además, proporcionan buen karma a sus compradores.

«Para pintar un 'thangka' no solo hace falta técnica y saber mezclar bien los colores, sino paz espiritual», explica el maestro Norbu Sithar, quien dirige en Lhasa, la capital del Tíbet, una academia estatal donde se forman 32 estudiantes con el fin de perpetuar esta tradición, que tiene trece siglos de historia. Cuarta generación de una familia de artistas de Shigatse, la segunda ciudad de esta bellísima región perdida en las cumbres del Himalaya, Norbu Sithar es a sus 48 años uno de los tres principales pintores de «thangkas» de China y sus cotizadísimas obras se exponen en los mejores museos del país.

El maestro tibetano Norbu Sithar dirige la Academia Estatal de Thangkas de Lhasa
El maestro tibetano Norbu Sithar dirige la Academia Estatal de Thangkas de Lhasa - P.M.D.

«Ahora tenemos muchos estudiantes porque este arte es un buen negocio», razona en un recorrido por la academia, donde los alumnos empiezan con entre diez y quince años una formación que dura siete. «Cada año se presentan unos 20 aspirantes, pero solo podemos admitir a tres o cuatro para reemplazar a los que se han graduado», señala Norbu Sithar, quien comparte con los estudiantes los secretos heredados de su familia. A su juicio, «lo primero en su educación es conocer el lenguaje tibetano y los sutras (escrituras budistas), pero los profesores debemos darles también un buen ejemplo».

A cambio de ofrecerles de forma gratuita la educación y el alojamiento, esta academia estatal se reserva la propiedad de sus mejores obras, que luego se venden a todo tipo de coleccionistas en China y el extranjero.

«Desde que iba a la escuela, me gusta mucho pintar porque mi padre es autor de 'thangkas' y yo quiero seguir el oficio», cuenta el alumno más joven de la academia, Baima Duoji, de 13 años. Como él, que es de Qamdo, al este del Tíbet, la mayoría de los estudiantes proceden de humildes zonas rurales que sueñan con perpetuar esta tradición y, de paso, enriquecerse.

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