Al menos 80 heridos tras una estampida por la falsa alarma de un tiroteo en el sur de Francia

El pánico recorrió este domingo la ciudad de Juan-Les-Pins, en el sur de Francia. El sonido de unos petardos provocó una avalancha en la que al menos 80 personas resultaron heridas. La policía ha descartado cualquier posibilidad de atentado terrorista, y actualmente se encuentra visualizando las imágenes grabadas por las cámaras de la zona para localizar al bromista que ha realizado esta acción en un momento de especial tensión para el país galo.

Alrededor de las 22:30, la gente que cenaba tranquilamente en los restaurantes de la zona comenzó a huir despavorida. Algunos corrían al interior de los bares y restaurantes, sorteando algunas de las mesas que se encontraban volcadas sobre la acera. Mientras, el caos dejaba a múltiples personas con lesiones y heridas, un total de 40 según las autoridades.

Finalmente, en #JuanLesPins, #Francia 40 heridos leves por estampida @beabembapic.twitter.com/6LAu08r4yW

— InfoEmergencias (@InfoEmerg) 14 de agosto de 2016

El pánico de este domingo, es la segunda situación de similares características en la localidad en este fin de semana. Según publica el diario Nice-Matin, durante la jornada del sábado un bote sospechoso abandonado en la vía pública generó la incertidumbre en la población, y desencadenó una actuación militar que incluyó perímetro en un radio de 100 metros. Finalmente, se descartó la posibilidad de un ataque, y todo quedó en falsa alarma.

Un país en estado de emergencia

Francia vive en Estado de Emergencia desde los ataques del pasado 13 de noviembre, cuando 120 personas murieron en una cadena de atentados en París. Además, a tan solo media hora en coche del lugar del suceso de este domingo, un ataque yihadista perpetrado con un camión que arrolló a la multitud en Niza durante la celebración el día de la Bastilla se cobró la vida de 84 personas. El gobierno extendió entonces el estado de emergencia hasta enero de 2017.

Daesh tiene fijado como objetivo prioritario a Francia. El país galo lo sabe y por ello, vive con terror la posibilidad de que estos ataques puedan volver a producirse.