El embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, trasladado tras el asalto al consulado
El embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, trasladado tras el asalto al consulado - afp

Bengasi y los correos electrónicos, el Watergate de Hillary Clinton

La candidata favorita de los democrátas a las presidenciales deberá testificar este jueves sobre el atentado a la embajada estadounidense en 2012 ante el Comité de la Casa Blanca

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A pesar de la aparente carrera imparable, con algún bache, de Hillary Clinton como candidata demócrata a la Casa Blanca, hay dos temas que lastran de manera peligrosa su culminación de esta precampaña: la investigación del atentado que sufrió la embajada de Estados Unidos en Bengasi, en 2012, siendo ella Secretaria de Estado; y la polémica sobre el uso de un servidor privado a través del que envió, entre 2009 y 2013, miles de correos electrónicos (55.000 páginas), algunos de ellos con contenido clasificado, entre los que se encuentran mensajes relacionados con los ataques en Bengasi.

Este jueves, Clinton declará ante un Comité de la Casa Blanca, que ha abierto esta investigación para esclarecer, un vez más (en los últimos años ya ha habido otras investigaciones), los hechos que sucedieron el 11 de septiembre de 2012. Un atentado que se saldó con la muerte del embajador Crhistopher Stevens y tres estadounidenses más.

Investigación extensa y costosa

Muchos ven en esta investigación, la más extensa en la historia reciente de Estados Unidos (la comisión lleva funcionando 72 semanas y se han invertido 4,5 millones de dólares), incluida la del caso Watergate que le costó la presidencia a Richard Nixon en 1974, un intento promovido por los republicanos de desacreditar a Clinton, presentándola como una candidata poco fiable para ocupar la Casa Blanca.

Recientemente se conoció que el servidor privado que utilizaba Clinton, instalado en su casa, fue atacado por hackers en cinco ocasiones, uno de los cuales fue situado en Rusia, aunque no se le ha relacionado con la Inteligencia de ese país, según informa la agencia Ap.

En la comparecencia pública que realizará mañana Clinton, que empezará a las 10 de la mañana y que podría durar varias horas, la la candidata demócrata será preguntada, por un comité formado por siete republicanos y cinco demócratas, sobre diferentes cuestiones referentes al atentado de Bengasi.

Los republicanos acusan a Hillary Clinton de ocultar datos del ataque y de no haber hecho lo suficiente para salvar a las víctimas. Tras los sucesos, el Departamento de Estado fue criticado por no haber reforzado la seguridad de la embajada antes del atentado, teniendo en cuenta que se cumplía un nuevo aniversario de los ataques a las Torres Gemelas y el incremento de la violencia en el país tras el contagio de la Primavera Árabe, que desembocó en una guerra civil y posteriormente se saldó con la muerte de Gadafi.

¿Ataque espontáneo o planificado?

A pesar de que las instalaciones de la embajada sufrieron algunos percances durante la primavera de 2012, no fue reforzada su seguridad. Los ataques del 11 de septiembre de 2012 fueron atribuidos en principio a una manifestación «espontánea» de musulmanes encolerizados que protestaban contra la película estadounidense «La inocencia de los musulmanes», que ridiculizaba al profeta Mahoma. Otros expertos consideran que el ataque fue planificado por radicales vinculados a Al Qaida que se sirvieron de las protestas callejeras como tapadera para actuar.

Clinton, tras los ataques, asumió toda la responsabilidad pocos días después. Sin embargo, la controversia la ha perseguiendo durante los últimos años azuzada, según algunos analistas, por los republicanos, a los que se les acusa de utilizar el dinero de los contribuyentes en una investigación que tiene como fin favorecer sus intereses electorales.

A esta polémica, en la que Clinton asegura ya tiene poco que añadir, ha contribuido el que se diera a conocer el uso de un servidor privado para mandar mensajes relacionados con su cargo de secretaria de Estado y que incluye varios correos referidos a los ataques en Bengasi. Un escándalo que se nutre cada día de nuevas informaciones que incrementan el número de correos clasificados.

Paralelismos con el caso Watergate

El propio Barack Obama calificó recientemente de «error» la actuación de su excolaboradora. «Cuando ocupamos estos cargos, tenemos que ser más sensibles y permanecer tan lejos como sea posible de la línea cuando se trata de cómo manejamos la información y nuestros propios datos personales. Cometió un error», subrayó el presidente de EE.UU en una entrevista concedida al programa «60 minutos» de la cadena estadounidense CBC.

No han faltado voces críticas procedentes de otros sectores que han cargado las tintas, como es el caso de Bob Woodward, mítico periodista «The Washinton Post», que ve paralelismos con el escándalo «Watergate». «Miles de horas de conversaciones grabadas secretamente que él pensaba que eran exclusivamente para su uso».

Tras la comparecencia de Clinton este jueves en la comisión del Congreso, habrá que esperar a ver cómo reaccionan las encuestas y si le pasa factura. Además de los republicanos, estarán muy atentos a la intervención de la candidata y a sus consecuencias su principal oponente demócrata Bernie Sanders y el indeciso Joe Biden, que debería hacer pública ya, sin más dilación, su posición: si se presenta o no a la carrera por la Casa Blanca.

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