El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estrecha la mano del líder de las FARC, «Timochenko», del presidente de Cuba
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estrecha la mano del líder de las FARC, «Timochenko», del presidente de Cuba - afp

Optimismo, satisfacción y advertencias por el acuerdo entre Santos y las FARC

El presidente de Colombia y Rodrigo Londoño «Timochenko», máximo líder del grupo guerrillero, acordaron el miércoles en La Habana un plazo de seis meses como máximo para firmar la paz

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El acuerdo sobre justicia transicional sellado por el Gobierno colombiano y las FARC, que según ambas partes anuncia un cercano fin para el prolongado conflicto interno, ha generado este jueves una oleada de optimismo y satisfacción, aunque también hubo advertencias sobre un riesgo de impunidad. Es «la mejor noticia en muchísimo tiempo» porque «por primera vez en 150 años» el continente iberoamericano «va a estar exento de guerra», ha explicado el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, mientras el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha calificado el acuerdo de «gran paso adelante». «Estos logros estimulan el esfuerzo de los equipos negociadores», ha indicado Almagro, para subrayar después que «también fortalecen la esperanza de todo el continente americano de ver a Colombia en paz», ha subrayado.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y Rodrigo Londoño «Timochenko», máximo líder de las FARC, acordaron el miércoles en La Habana un plazo de seis meses como máximo para firmar la paz y anunciaron un sistema de justicia especial para los implicados en el conflicto, con beneficios para quienes admitan su responsabilidad.

Primeras reacciones

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha felicitado este jueves a ambas partes por un acuerdo que representa un «progreso significativo para alcanzar un acuerdo final de paz y colocar a Colombia más cerca aún de que termine el conflicto armado más largo del hemisferio». La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, ha celebrado «la gran noticia para Colombia y para toda Latinoamérica» del acuerdo.

También el Gobierno venezolano ha expresado su «más profunda y honda satisfacción» por el «histórico» acuerdo anunciado en Cuba y subrayó que «la paz en Colombia es la paz de Venezuela por la que tanto luchó y puso todo su empeño el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez». «Estamos convencidos de que el siglo XXI es (un) siglo para resolver las controversias y temas pendientes en el continente mediante el diálogo», ha indicado el presidente de Bolivia, Evo Morales, en una declaración a los medios en La Paz. Morales también ha exhortado a las FARC a comprender que si bien los pueblos de América Latina «son revolucionarios», las revoluciones ahora «no se hacen con arma ni con bala», sino «con conciencia y en democracia».

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha animado este jueves a los colombianos, a las partes en conflicto y a la comunidad internacional a aprovechar la oportunidad de un acuerdo de paz definitivo en Colombia que se abre con el pacto sobre justicia transicional, que definió como «un paso adelante decisivo». La Alta Representante de la UE ha considerado que «la paz está más cerca que nunca en Colombia» y ha indicado que «el compromiso de todas las partes involucradas es crucial para asegurar una justicia efectiva y creíble para las víctimas del conflicto».

El Gobierno de Noruega, acompañante del proceso de paz colombiano, ha calificado de «muy positivo» el hecho de que el Gobierno y la FARC estén «de acuerdo en un calendario para cerrar las conversaciones y en crear un tribunal especial para quienes estén detrás de los peores crímenes en uno de los conflictos armados más antiguos».

El ministro noruego de Asuntos Exteriores, Børge Brende, en un comunicado Brende ha destacado que con este acuerdo las partes han dado «un gran paso» hacia la paz y hacia una solución «equilibrada» que respete los derechos de las víctimas.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha celebrado este jueves el acuerdo, pero ha advertido de que todavía queda terreno por recorrer y que será necesario llegar a difíciles compromisos. «Esto ha sido posible gracias al valor de todos los involucrados, empezando por el Gobierno colombiano con el presidente Santos a la cabeza. Para poner fin al largo conflicto se necesitan todavía difíciles compromisos», ha añadido.

En ese sentido, el director de Human Rights Watch (HRW) para América, José Miguel Vivanco, ha advertido de que el acuerdo conlleva impunidad para los autores de delitos graves, por lo que la Corte Penal Internacional (CPI) podría no aceptarlo. El acuerdo «permitiría que los máximos responsables de los peores abusos puedan eximirse de pasar siquiera un solo día en prisión», ha apuntado Vivanco, quien siempre ha expresado su desacuerdo con algunos aspectos de este proceso de paz. Ha hecho esa afirmación, según sus palabras, «sin perjuicio de que el Acuerdo sobre Jurisdicción Especial para la Paz contempla esfuerzos para promover la rendición de cuentas por las graves violaciones de derechos humanos cometidas durante el conflicto armado». Es «difícil —ha agregado— imaginar que esta fórmula de justicia transicional (decidida en Cuba) supere un escrutinio riguroso en la Corte Constitucional colombiana o, en última instancia, en la Corte Penal Internacional».

Amnistía Internacional ha calificado de «rayo de esperanza» el acuerdo sobre justicia transicional, pero ha recordado al Estado que un eventual acuerdo de paz no le exime de perseguir los crímenes y abusos a los Derechos Humanos cometidos durante el conflicto. Como ha señalado en un comunicado, «trae un rayo de esperanza a los millones de víctimas de violaciones de Derechos Humanos y abusos cometidos durante los 50 años de conflicto armado» pero «las vagas definiciones y las potenciales amnistías hacen temer que no todos los que han abusado de los Derechos Humanos se enfrentarán a la justicia».

El Gobierno de México celebró el mismo miércoles el acuerdo alcanzado en La Habana, que, a su juicio, permite «avanzar de manera firme hacia la conclusión del proceso de paz» en el país suramericano. Por su parte, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el expresidente de Colombia Ernesto Samper, dijo el miércoles que los acuerdos anunciados «son la antesala de la paz, que solo se dará con el silencio definitivo de las armas».

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