Selfie de dos soldados rusos en Siria
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¿Por qué Rusia está ganando protagonismo en la guerra civil siria?

Putin ha incrementado la presencia militar rusa en Siria y ha demostrado su apoyo incondicional a Al Assad

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Las últimas declaraciones de Vladimir Putin, otorgándose el papel de portavoz de Al Assad, además del incremento de la presencia militar rusa en Siria, parecen querer demostrar el interés del presidente ruso por tener un presencia más visible en el conflicto sirio.

Para la analista de la Fundación FAES y experta en Relaciones Internacionales, Mira Milosevich, «desde el comienzo de la guerra civil siria, Rusia no ha cambiado los objetivos de su seguridad nacional ni de su política exterior». «Putin ve el hecho de que Siria se convierta en un Estado fallido como una extraordinaria oportunidad para incrementar la presencia e influencia de Rusia en la región», señala. A su juicio, «el objetivo principal de Rusia es la lucha contra Estado Islámico, para impedir su extensión hacia el Cáucaso, ya que de ello depende su seguridad territorial», afirma en el último Análisis FAES.

Este mayor protagonismo se mirado con suspicacia por Occidente, y en especial por el Pentágono, que recientemente alertó sobre un aumento de la presencia militar rusa en el país, así como sobre supuestos planes para instalar una base aérea en la región noroccidental de Latakia.

«A diferencia de los titubeantes occidentales que, ahora, por la presión migratoria, se ven obligados a improvisar, Putin tiene un plan, lo que no significa que consiga cumplirlo». Milosevich explica que «la guerra de Siria no es solo un conflicto por el control del territorio y de los recursos en un Estado fallido. Supone, además, choques entre el nacionalismo árabe y el integrismo musulmán, entre las dos ramas mayores del Islam (suní y chií), entre Rusia y Occidente, amén de la ruptura interna del yihadismo y de un proceso de cambio del equilibrio del poder en la región. En cualquier caso, Rusia se prepara para cualquier escenario futuro porque su intención es no abandonar su influencia en Oriente Medio».

Aunque Moscú y Washington tienen un enemigo común en el autodenominado Estado Islámico, los gobiernos occidentales también ven a Al Assad –quien ha sido acusado de haber empleado armas químicas en contra de su pueblo– como parte del problema.

Y Estados Unidos cree que un mayor apoyo ruso a las tropas gubernamentales, justo cuando estas parecen estar perdiendo la batalla en el terreno, puede hacer más difícil la solución política pretendida por ellos y sus aliados, que es echarle de la presidencia.

La salida de Al Assad

La solución occidental pasa por la salida de Bashar al Assad en favor de los opositores más moderados que también lo combaten. Pero el líder sirio es desde hace tiempo el principal aliado de Moscú en el Medio Oriente. Y el presidente ruso, Vladimir Putin, ya dejó claro que no está dispuesto a dejarlo solo en lo que insiste en caracterizar como una batalla por mantener la institucionalidad de Siria y en contra del fundamentalismo islámico. «Nosotros continuaremos apoyando al gobierno sirio en su lucha contra la agresión terrorista», dijo Putin este martes en referencia a Estado Islámico.

«Le hemos proporcionado y le vamos a seguir proporcionándole la ayuda técnica militar que sea necesaria», reconoció Putin. «Llamamos a otros países a sumarse a esta iniciativa», agregó además el mandatario, quien parece creer que el temor por el avance de EI puede usarse para conseguir un respiro para el gobierno de Damasco.

La evidencia, sin embargo, indica que Rusia está haciendo mucho más que continuar el apoyo que ya le venía proporcionando a las fuerzas de Al Assad. Según informa el corresponsal para asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, en los últimos días varios aviones de transporte militar han llegado al aeropuerto de Latakia, en el noroeste del país, e imágenes de satélites muestran claramente trabajos de ampliación en la pequeña base.

Y al mismo tiempo dos barcos cargados de vehículos y otros equipos también atracaron recientemente en la pequeña base naval que desde hace cuatro décadas Rusia mantiene en la vecina Tartus.

Un país clave

Imágenes publicadas en YouTube muestran también vehículos blindados, de un tipo que los rusos nunca antes le habían vendido al gobierno de al Assad, «en acción» dentro del territorio sirio.

«Y más extraño aún, en términos de seguridad operacional, son los 'selfies' de militares rusos en Siria, que confirman no sólo su presencia en el país, sino que dan una indicación de las unidades a las que pertenecen», cuenta Marcus.

«No hay duda de que los rusos se están haciendo sentir cada vez más: Rusia ciertamente está aumentando sus capacidades en Siria», asegura el analista de la BBC.

Pero, ¿con qué propósito? En términos prácticos, Marcus considera que Rusia se está preparando para establecer un «puente aéreo», estableciendo una base que le permitiría reforzar rápidamente al gobierno de al Assad en caso de necesidad, pero también complementar a su base en Tartus. Pero, sobre todo, el analista cree que Moscú está invirtiendo para conservar su influencia en un país que considera clave.

«El mayor despliegue militar ruso da a entender que Putin no va a dejar caer al gobierno de Al Assad. Pero eso no significa que el presidente sirio va a estar ahí para siempre», explica Marcus.

«La diplomacia rusa está trabajando en tándem con su política militar explorando todos los caminos para llegar a un acuerdo transitorio que le permita a Al Assad mantenerse en el poder, al menos por el momento», reconoce el analista.

«Pero el horizonte de Rusia en Siria probablemente se extiende mucho más allá de la presencia activa de Al Assad, lo que es un reflejo de las preocupaciones de Moscú por los militantes islámicos y de su convicción de que los remedios occidentales para la región han sido un verdadero desastre»

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