El Frente Nacional, inculpado en Francia por presunta financiación ilegal

El Frente Nacional (FN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, ha sido inculpado judicialmente por los presuntos delitos de «abuso de bienes sociales» y estafa al Estado.

La Justicia sospecha que el partido de la familia Le Pen estafó al Estado varios millones de euros, con facturas falsas y falsas prestaciones de servicios de las empresas y militantes que participaron en la campaña presidencial de Marine Le Pen de 2012 y las elecciones legislativas que siguieron dos meses más tarde.

Wallerand de Saint-Just, tesorero del FN, ha confirmado personalmente la inculpación de su partido, tras ser interrogado por varios jueces.

Varios dirigentes administrativos del FN y los dirigentes de dos empresas amigas ya fueron inculpados por los mismos delitos hace meses.

Sus declaraciones e investigaciones de la Policía Judicial ha extendido las sospechas a toda la élite directiva del partido de Marine Le Pen, que no ha sido inculpada personalmente, por ahora.

Según las filtraciones judiciales, los directores de la campaña presidencial de Marine Le Pen en 2012 montaron un sistema de estafa permanente al Estado, utilizando varios mecanismos paralelos.

El FN habría utilizado dos minúsculas empresas, Jeanne y Riwal, para conceder créditos a sus candidatos a las elecciones legislativas que siguieron a la presidencial de 2012. Las mismas empresas habrían montado un servicio de «prestaciones obligatorias» que «vendían» a sus candidatos, con el fin de estafar al Estado.

Según las mismas filtraciones, Jeanne y Riwal habrían producido facturas falsas durante la campaña presidencial de Marine Le Pen, con el fin de cobrar las subvenciones oficiales concedidas a todos los candidatos.

Control de las dos empresas

La participación de Jeanne y Riwal en la presunta estafa del Estado añade un nuevo frente de crisis, judicial y familiar. Jean-Marie Le Pen ha controlado históricamente Jeanne, utilizada para «prestar» dinero al FN a sus candidatos próximos al patriarca. Riwal, por el contrario, ha estado controlada por un amigo personal de Marine Le Pen.

Enfrentados a cara de perro el padre y la hija desde hace meses, el clan Le Pen se ve implicado en la misma trama de financiación ilegal y estafa al Estado, a tres meses largos de unas elecciones regionales que pudieran ser históricas, si la extrema derecha termina conquistando la región de Nord-Pas-de-Calais-Picardie, como anuncian todos los sondeos.