Un grupo de inmigrantes sirios en un campo de refugiados cerca de Presevo, en Serbia
Un grupo de inmigrantes sirios en un campo de refugiados cerca de Presevo, en Serbia - afp

Los Balcanes dan vía libre a los refugiados para que se dirijan a la UE

323.000 personas han llegado en 2015 a Europa a través del Mediterráneo

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La tragedia de los inmigrantes hallados muertos por asfixia dentro de un camión húngaro en territorio austriaco sigue conmocionando a Europa. El continente entero contempla atónito y paralizado esta oleada migratoria acelerada por el deterioro de las condiciones en los países de orígenes de los refugiados, especialmente en Siria. Casi 323.000 personas han llegado a Europa a través del Mediterráneo en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones. Más de 2.500 habrían muerto ahogados en la travesía.

La policía austríaca dio a conocer este viernes la cifra exacta de cadáveres encontrados el jueves en un vehículo frigorífico en una autopista de aquel país, que no había podido ser determinada en un primer momento debido al estado de descomposición de los cuerpos.

«Si ayer informábamos que se trataba de entre 20 y 50 personas, hoy lamentablemente tenemos que dar a conocer que son 71», declaró ayer el jefe de la Policía estatal, Hans Peter Doskozil. «Se ha encontrado un documento de identidad sirio, así que suponemos que se trata de un grupo de refugiados sirios», indicó. Según los datos, 59 de ellos eran hombres, ocho mujeres y cuatro menores.

Los cadáveres fueron encontrados después de que los trabajadores de la autopista reparasen en que el camión llevaba mucho tiempo aparcado en el arcén sin haber sido movido, por lo que levantó sospechas. Se cree que murieron asfixiados entre dos y tres días antes de su hallazgo. «El vehículo salió el miércoles por la mañana de Hungría, al sur de Budapest, y fue encontrado en la zona de Neusiedl y Parndorf, donde estuvo con toda seguridad más de veinticuatro horas», afirmó ayer Doskozil.

Las autoridades austriacas y húngaras están colaborando en la investigación, en la que ya se han detenido a cuatro sospechosos, entre ellos los que presuntamente manejaban el camión en el momento de ser abandonado. «Los detenidos son el dueño del vehículo, y los otros dos son con seguridad los conductores. Los niveles más bajos de una estructura organizada de traficantes de personas», indicó Doskozil. Un cuarto individuo supuestamente conectado al crimen, de nacionalidad búlgara, ha sido también arrestado.

Paso franco

Las fuerzas de policía de Europa oriental parecen ahora estar centrando sus esfuerzos en los grupos de traficantes de personas, y no en los propios emigrantes, ante la presión de una opinión pública sensibilizada con el drama de estas personas. «Hace apenas seis meses, la policía macedonia llevaba a cabo redadas en los hostales del centro de Skopje en busca de inmigrantes y refugiados sin papeles», explica Gorjan, un activista social que trabajaba en uno de estos hostales. «Cerraban toda la zona, detenían a todos los que encontraban, los metían en camiones y los deportaban sin miramientos, a pesar de que muchos pedían de rodillas que les dejasen quedarse», comenta.

Ahora, las fuerzas de seguridad de todos los países balcánicos tienen órdenes de permitir su paso sin molestarles. En Hungría, sin embargo, se sigue reforzando la frontera para frenar su llegada masiva al territorio de la UE.

Este viernes se vivió también la enésima tragedia en el Mediterráneo. Unos 200 inmigrantes murieron frente a las costas libias, cerca de la ciudad de Zuwara, frontera con Túnez. Una barcaza de unos 20 metros de eslora, sobrecargada con unos 400 inmigrantes comenzó a tener problemas con el motor a las pocas horas de navegación y naufragó. Según fuentes de autoridades libias, se han encontrado unos 160 cadáveres a poco más de un kilómetro de la costa libia, y otras 40 inmigrantes quedaron atrapadas en la bodega de la embarcación. Las víctimas incluyen refugiados de Siria, Bangladesh y diversos países del África subsahariana. La Guardia Costera libia salvó a 201 personas, de las que 147 fueron llevadas a un centro de detención de inmigrantes en Sabratha, al oeste de Trípoli. En la misma zona se produjo el naufragio de una segunda barcaza con unas 50 personas a bordo.

Torturas

El fiscal Maurizio Sacala ha manifestado que ha escuchado «horripilantes narraciones» de los inmigrantes que llegaron el jueves a Palermo, con la nave sueca Poseidon con a bordo 571 refugiados y 52 cadáveres que murieron por asfixia en la bodega de un viejo pesquero. Para impedirles salir de la bodega, los traficantes de personas utilizaron gran violencia con palos y cuchillos, según testimonios de los supervivientes, procedentes de Siria, Sudán, Guinea, Palestina, Pakistán, Irak, Bangladesh. Dos de ellos, somalíes de 23 y 38 años, han sido detenidos en Augusta (Sicilia), por torturar a un refugiado de Somalia, de 15 años, con el que viajaban en una lancha neumática con otras cien personas. El menor fue socorrido por Médicos sin Fronteras, pero murió antes de llegar a Augusta, a consecuencia de las heridas y malos tratos recibidos en Libia.

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