La muerte del número dos del Estado Islámico parte la columna vertebral del grupo terrorista

Fadil Ahmed al Hayali, antiguo oficial iraquí, era el cerebro de las campañas militares de los yihadistas

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La muerte del número dos del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Fadil Ahmed al Hayali, mentor de las operaciones militares del grupo, supone la pérdida de una de las piezas clave que vertebra ese entramado terrorista implantado en Siria e Irak.

Para el jefe del Comité de Seguridad de la provincia septentrional iraquí de Nínive, Mohamed al Bayati, el EI ha perdido al más importante de sus cabecillas y al cerebro de sus campañas militares.

Al Hayali, que según anunció la Casa Blanca, murió en un ataque aéreo el 18 de agosto cerca de la ciudad iraquí de Mosul, desempeñó un rol relevante en la conducción de operaciones en Mosul (capital de Nínive) y en el resto de las ciudades que cayeron en manos de la organización a partir de junio de 2014.

Según dijo a Efe Al Bayati, el dirigente yihadista era un oficial leal al anterior régimen iraquí del Partido Al Baaz -desbancado del poder en 2003-, que se unió al EI, «donde se convirtió en el más peligroso de sus dirigentes».

«El EI ha perdido a muchos de los cabecillas militares que poseían una vasta experiencia castrense, especialmente oficiales del anterior Ejército iraquí, y Al Hayali era uno de las más destacados en el ámbito militar, ya que poseía un gran conocimiento en operaciones de inteligencia», subrayó Al Bayati.

El experto en seguridad y antiguo oficial del Ejército Amer Albek, destacó en declaraciones a Efe que EE.UU. logró matar al más destacado ayudante del líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi.

Antiguos oficiales del Ejército iraquí

«La muerte de Al Turkomani, como también se conocía a Al Hayali, ha quebrado la columna vertebral del EI, porque era uno de los más importantes cabecillas que preparaban las operaciones militares, por lo que su organización dependía en gran medida de sus habilidades», recalcó Albek.

En ese sentido, reveló que la agrupación yihadista tiene una total dependencia de los antiguos oficiales del Ejército iraquí, especialmente de la fenecida Guardia Republicana -la fuerza de elite del difunto presidente iraquí Sadam Husein-.

Estos antiguos oficiales, comenta Albek, se caracterizaban por sus experiencias bélicas y su participación en operaciones especiales de los servicios de inteligencia.

El EI se dedicó a atraer y captar a esos oficiales y los convirtió en dirigentes y líderes de peso dentro de la organización, según explicó el experto.

Al Hayali logró reclutar a cientos de combatientes en su ciudad natal de Tel Afar, al oeste de Mosul, y también a un gran número de turcos, indicó Albek.

Por último, recordó que el fallecido cabecilla conoció a Al Bagdadi en la cárcel iraquí de Boka, donde lograron estrechar su amistad y cooperación antes de trabajar juntos bajo la estandarte del EI.

«La pérdida de Al Turkomani quizá lleve al debilitamiento del EI debido a que han muerto otros dirigentes yihadistas, que son acosados por EE.UU.», concluyó

El fallecimiento de Al Hayali fue anunciado el viernes pasado por el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price, quien detalló que se trataba del «segundo al mando del grupo terrorista» y también uno de los coordinadores del movimiento de «grandes cantidades de armas, explosivos, vehículos y personas entre Irak y Siria».

El comandante de las Operaciones (de seguridad) de la provincia septentrional iraquí de Nínive, general Neshm al Yaburi, confirmó posteriormente que resultó muerto el 18 de agosto en un bombardeo aéreo cerca de la zona de Al Mashmua, al norte de Mosul, capital provincial.

«Un avión estadounidense logró detectar el vehículo en que se trasladaba Al Turkomani y lo atacó con un misil teledirigido, lo que le causó la muerte en el acto, después de varios meses de búsqueda y persecución en Mosul», indicó el militar iraquí.

En ese sentido, Al Yaburi, recordó que hay una fuerza especial de los servicios secretos militares de EE.UU. para perseguir y abatir a los cabecillas importantes del EI.

Asimismo, dijo que el dirigente terrorista se ocultaba bajo falsas identidades y nombres, lo que le permitió viajar con facilidad entre Irak y Siria.

Al Hayali nació en el seno de una familia turcomana de Tel Afar, a unos 60 kilómetros al oeste de Mosul, donde cumplió sus primeros años de estudios, y en la época de Sadam ingresó en la Academia Militar, donde se graduó como oficial en la Guardia Republicana.

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