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El ministro griego de Finanzas, Tsakalotos, junto a la directora del Fondo Monetario Internacional, Lagarde - reuters

El Eurogrupo examina el último plan propuesto por Alexis Tsipras

Los ministros de Economía de la zona euro están reunidos desde las 11 de la mañana en Bruselas para evaluar las propuestas de reforma que el Gobierno griego accedió a proponer ante la amenaza de que Grecia se encaminara hacia su descalabro

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¿Cómo puede Grecia convencer de que piensa pagar el dinero que pide prestado para el tercer rescate si una de sus exigencias es que se le permita dejar de pagar una parte de lo que se le prestó en los dos rescates anteriores? Los ministros de Economía de la zona euro se planteaban legítimamente cuáles son las posibilidades de que el actual gobierno populista garantice esta vez que cumplirá no solo con sus promesas de reformas y de acciones concretas, sino con el compromiso de devolver el dinero que está pidiendo para no quebrar. La situación de Grecia sigue en la cuerda floja y en el Eurogrupo solo llegan a ponerse de acuerdo en que el Gobierno populista ha de ofrecer más reformas si quiere el nuevo rescate.

Los ministros de Economía de la zona euro están otra vez reunidos desde las 11 de esta mañana en Bruselas para evaluar las propuestas de reforma que el Gobierno de Alexis Tsipras accedió a proponer ante la amenaza de que Grecia se encaminaba hacia su descalabro. El martes los jefes de Estado y de Gobierno de la moneda única le dieron de plazo hasta hoy domingo para ponerlas sobre la mesa. Grecia ha cumplido y ha enviado por fin ese paquete de propuestas, tal vez la primera vez en cinco meses y medio de gestión que el gobierno populista cumple estrictamente con una promesa hecha a sus acreedores y a las instituciones comunitarias. Durante el viernes, los expertos de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, es decir la antigua troika, examinaron esas propuestas y ayer por la mañana transmitieron su estudiado-dictamen a los segundos espadas de los ministerios de Economía y Finanzas, para que los titulares tuvieran las cosas más claras durante el largo Eurogrupo de ayer por la tarde.

Cabe decir que los ánimos fueron cayendo paulatinamente, a partir de cierta euforia provocada por el hecho de que el Gobierno griego hubiera terminado aceptando un paquete más estricto que el que pidió a sus seguidores que rechazasen en el referéndum. A su llegada, después de no pocos rumores en este sentido, el ministro alemán Wolfgang Schäuble, ya dijo que «las propuestas no son suficientes» y que esencialmente ya no se fía del primer ministro Tsipras porque la confianza sencillamente «se ha destruido». El habitualmente locuaz ministro finlandés Alexander Stubb ni siquiera hizo declaraciones, pero se sabe que el Consejo de Ministros finlandés podría reunirse hoy domingo por la mañana, antes de que el presidente del Gobierno Juha Sipilä acuda a Bruselas a reunirse con sus pares. Fuentes no oficiales han revelado que el Gobierno finlandés, que es uno de los seis que tiene que someter a ratificación parlamentaria cualquier acuerdo sobre un nuevo rescate griego, considera que las propuestas de Grecia no le parecen bastante para seguir negociando con Atenas.

Aunque luego algunos de estos extremos se han desmentido, el diario alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» aseguraba ayer que el Ministerio de Finanzas de Berlín trabaja con planes posibles, ninguno de los cuales es un nuevo rescate. El primero es que Grecia mejore su última proposición de reformas y que incluya la cesión de bienes por valor de 50.000 millones como garantía de pago de los nuevos créditos que solicita. La segunda sería una salida temporal de la zona euro, durante cinco años, y que sus socios europeos transformen la asistencia económica en asistencia humanitaria para la población. El Gobierno griego ha desmentido que Alemania hubiera planteado jamás la segunda opción, que los expertos europeos consideran muy dudosa desde el punto de vista legal. En cuanto a la posibilidad de que Grecia aceptase a usar como aval propiedades públicas, solo puede servir para aumentar la irritación de la población. Hubo incluso rumores de que lo que se pedía en realidad era la dimisión de Tsipras, como único medio de recuperar la confianza.

Por su parte, el nuevo ministro griego, Euclides Tsakalotos, ha reiterado que su Gobierno no puede firmar un acuerdo si no existe una garantía de que se pondrá sobre la mesa a corto plazo la «sostenibilidd de la deuda», es decir, su renegociación. Por lo que respecta a su antecesor, el siempre sorprendente Yanis Varufakis, no desperdicia el tiempo libre que le deja el no tener que asistir a estas reuniones y sigue haciendo declaraciones incendiarias. Las últimas, coincidiendo con este Eurogrupo, aseguran que Schäuble quiere sacar a Grecia del euro para escarmentar a Francia, algo que no ayuda en absoluto al Gobierno de París, que seguramente es el último aliado de Tsipras en Europa.

Otro memorándum

Y todo esta discusión fue para analizar el acuerdo que será necesario para concederle a la Comisión Europea un mandato para que negocie con Grecia las condiciones del rescate, es decir, un nuevo memorándum (MoU) como el que Tsipras dijo que no volvería a tener Grecia. Pero incluso para eso aún está pendiente encontrar antes una solución imaginativa con la que superar el escollo que significa que desde el día 1 de este mes Grecia está en mora con el FMI y esta organización no pueda participar en ningún proceso de ayuda a este país. Para colmo, el día 20 de julio Atenas tiene que pagar un vencimiento de 3.000 millones al Banco Central Europeo (y no los tiene) o de lo contrario, todos sus bancos se hundirán al no recibir más apoyo financiero de la entidad emisora europea. Los mismos bancos que están ahora mismo cerrados y sometidos a un control de capitales. En el Eurogrupo se da por seguro que habrá más reuniones extraordinarias la semana que viene, además de la ordinaria del lunes.

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