El portavoz iraní admite «diferencias» en las negociaciones nucleares de Viena

El alto negociador iraní Abás Araqchí ha reconocido este miércoles que aún restan «diferencias en las que no hay acuerdo» entre Irán y las potencias del Grupo 5+1 para llegar a un definitivo pacto sobre el programa nuclear del país asiático, si bien ha destacado el «clima positivo» que existe entre las partes para avanzar.

En declaraciones a la televisión pública iraní desde Viena, donde participa en las intensas negociaciones que se prolongaron de la noche del martes hasta el 7 de julio tras superar el plazo acordado para llegar a un acuerdo, Araqchí ha indicado que aún quedan «puntos complicados» para resolver pero que se trabaja «seriamente» en ellos. «Hay todavía asuntos en los que ningún acuerdo ha sido alcanzado, y todavía hay algunos textos en los que no se ha escrito nada.

De hecho, estamos trabajando en ellos día y noche», ha afirmado el viceministro de Exteriores iraní.

En cualquier caso, Araqchí ha subrayado el «ambiente positivo» demostrado por todas las partes para avanzar en la búsqueda de un acuerdo. Además, Araqchí ha recordado que su país «no aceptará un acuerdo a cualquier precio» y que sus contrapartes en la negociación, las cinco potencias del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (EEUU, Francia, China, Rusia y Reino Unido) además de Alemania, deben tener presente que un «buen acuerdo» debe respetar las «líneas rojas» de la República Islámica.

Este martes por la noche culminó el plazo establecido para llegar a un acuerdo que ponga fin al conflicto entre Irán y la comunidad internacional por su programa nuclear que se arrastra desde hace más de una década, sin que hubiera sido posible, pese a los aparentes avances de los últimos días, cerrar todos los detalles pendientes.

El Grupo 5+1 trata desde hace 20 meses de cerrar un acuerdo de forma que sea imposible que el programa nuclear iraní se desvíe de fines pacíficos y civiles. En las últimas jornadas se han filtrado a la prensa internacional comentarios sobre un supuesto acercamiento en los dos principales temas que hasta ahora han impedido un acuerdo.

Por un lado, Irán estaría dispuesta a ceder y aceptar que las sanciones que lastran su economía sean levantadas progresivamente, conforme se verifique que cumple el acuerdo, y no de forma inmediata como reclamaba. Por otro, EEUU aceptaría que el régimen de inspecciones a las instalaciones nucleares iraníes no incluya automáticamente bases militares, algo en los que insistían las grandes potencias y a lo que Teherán se negaba argumentando cuestiones de seguridad nacional.