Al menos de 2006 a 2012, EE.UU. espió a los tres presidentes franceses que se sucedieron en ese periodo
Al menos de 2006 a 2012, EE.UU. espió a los tres presidentes franceses que se sucedieron en ese periodo - EFE

Francia convoca al embajador de EE.UU. tras el supuesto espionaje de la NSA

Hollande advierte de que «no tolerará»ninguna acción que ponga en riesgo la seguridad de su país

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El gobierno francés da una respuesta diplomática «enérgica» a las acusaciones de espionaje de la NSA (National Security Agency), que habría espiado a tres presidentes franceses, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande, durante varios años.

A muy primera hora de la mañana del martes, el presidente Hollande reunió a su consejo nacional de defensa, del que forman parte el primer ministro, el ministro de Defensa, el ministro de Interior, el ministro de Asuntos Exteriores y la ministra de Justicia. El consejo terminó haciendo público un comunicado muy severo, insistiendo en que Francia «no tolerará» ningún tipo de espionaje ni comportamientos que «amenacen» su seguridad.

Apenas una hora más tarde, el Quai d'Orsay, sede del ministerio de Asuntos Exteriores, convocó oficialmente a la embajadora de los EE.UU., Jane D.

Hartley, para transmitirle la «determinación» francesa.

Al mismo tiempo, Stéphane Le Foll, portavoz oficial del gobierno, intervenía en varias cadenas de radio y televisión para repetir el mismo mensaje esencial: «Francia no tolerará un comportamiento inaceptable entre aliados. Francia no tolerará ningún comportamiento que ponga en juego su seguridad».

Se trata de un tono verbal voluntariamente «severo» para intentar acotar y contener el embrión de escándalo provocado por las filtraciones de WikiLeaks a varios medios franceses, comenzando por Libération, y que afirma que la NSA lleva varios años espiando a tres presidentes franceses, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande.

Libération cita varios informes confidenciales, sin revelaciones espectaculares, pero confirmando, aparentemente, un espionaje «entre aliados» muy prolongado en el tiempo, durante el 2006 y 2015, cuando menos.

Sobre Chirac, las informaciones confidenciales publicadas por Libération solo revelan la muy baja opinión de los servicios secretos sobre las más altas personalidades del Estado francés, del presidente y sus ministros de asuntos exteriores.

Sobre Sarkozy, por el contrario, la NSA parece apreciar sus calidades de hombre de Estado y negociador, calificándolo de este modo: «Quizá sea el único político europeo capaz de sacar a la zona euro de su crisis».

Sobre Hollande, el espionaje norteamericano parece interesarse, en particular, a los «conciliábulos» franceses sobre la crisis griega, durante los últimos 48 meses.

Fuentes próximas al presidente de la República citadas por Libération afirman que «Hollande y Obama se pusieron de acuerdo en enterrar las malas prácticas del espionaje entre aliados privilegiados». Quizá se trate de un eufemismo.

Según las filtraciones publicadas por Libération, François Hollande comenzó a sostener un largo rosario de reuniones secretas, sobre Grecia, desde la primavera del 2012, cuando todavía era candidato a la jefatura del Estado. Elegido presidente, Hollande habría continuado negociando «en la sombra» y a espaldas de Angela Merkel, con frecuencia, para «buscar soluciones» a una crisis griega que no na dejado de agravarse desde entonces.

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