Residentes y los familiares de las víctimas del hundimiento del crucero
Residentes y los familiares de las víctimas del hundimiento del crucero - EFE

Estallan las protestas de las familias de los pasajeros del barco hundido en China

Mientras el buque es reflotado sin esperanza de hallar supervivientes, los familiares exigen transparencia y denuncian el acoso de la Policía para que no hablen con los medios

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Sin esperanza ya de hallar supervivientes en el barco que naufragó el lunes en el río Yangtsé de China, los equipos de rescate han reflotado este viernes la embarcación con dos grandes grúas que han trabajado durante toda la noche.

De sus 456 pasajeros, la mayoría jubilados que estaban de vacaciones, solo se han salvado 14, casi todos porque saltaron del barco cuando empezó a hundirse y nadaron hasta la orilla. Entre ellos figuran el capitán y el jefe de máquinas, que han sido detenidos para aclarar el siniestro. Tres de los supervivientes, entre ellos una mujer de 65 años, fueron rescatados en bolsas de oxígeno dentro del barco hundido, pero todo indica que ya se ha acabado el tiempo de los milagros y el objetivo ahora es localizar cadáveres.

De momento, se han recuperado 80 cuerpos. Tras reflotar el barco, los equipos de rescate buscarán al resto en sus 150 camarotes. Con 76 metros de eslora y cuatro pisos, el barco Estrella de Oriente se hundió por una fuerte tormenta el lunes por la noche mientras navegaba por el río Yangtsé rumbo a las Tres Gargantas.

En medio de esta tragedia naval, la mayor de las últimas décadas en China, han estallado las protestas de las familias de las víctimas, que han irrumpido en una rueda de prensa ofrecida por las autoridades para exigir una investigación transparente. Aunque el primer ministro, Li Keqiang, ha insistido en que no se ocultará nada sobre el naufragio, la Policía ha impedido que los periodistas hablen con los familiares y los supervivientes y ha restringido su acceso al lugar del naufragio, limitado a unos cuantos medios nacionales y extranjeros.

Además, los familiares de algunas víctimas procedentes de Shanghái han denunciado que la Policía les golpeó y maltrató cuando, el pasado miércoles, se dirigían a pedir explicaciones a las oficinas del Gobierno local, donde luego fueron confinados para que no expresaran sus quejas a los medios de comunicación internacionales. Por internet ya circula un vídeo en el que se ve el forcejeo entre algunos familiares y los agentes. Por su parte, otras familias han asegurado que la Policía los ha seguido 700 kilómetros desde Nankín (Nanjing), donde zarpó el barco, hasta Jianli, donde se hundió.

Al igual que ocurriera con las familias de los pasajeros chinos del desaparecido vuelo MH370 de Malaysia Airlines, el autoritario régimen de Pekín ha vuelto a controlar sus movimientos temeroso de cualquier manifestación que altere el orden social. Especialmente en una fecha tan sensible como el 4 de junio, aniversario de la masacre de Tiananmen en 1989, con la que el Ejército aplastó las protestas estudiantiles que pedían reformas democráticas.

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