Obama conversa con el emir de Kuwait durante la reunión
Obama conversa con el emir de Kuwait durante la reunión - reuters

Obama recibe a los líderes del Golfo bajo la sombra del acuerdo nuclear con Irán

En una cumbre descafeinada por las ausencias de la mayoría de los jefes de Estado de los países del Golfo, EE.UU. intenta tranquilizar a sus aliados sobre las negociaciones con Irán

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Barack Obama se reunió este jueves con una delegación de mandatarios de los países del Golfo que son aliados de EE.UU., en una cumbre organizada para fortalecer sus lazos de seguridad en un momento de alta tensión en Oriente Medio.

Obama llamó a un encuentro con los países del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, en sus siglas en inglés) -integrado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Bahrein y Omán- después del anuncio, el mes pasado, de un principio de acuerdo con Irán y otras potencias mundiales para la desmantelación de su programa nuclear.

La intención era reafirmar la cooperación en seguridad y defensa con los países aliados del Golfo, en un momento en el que se interpreta el acuerdo con Irán como una concesión al régimen iraní y una mayor amenaza para los intereses de estos países.

Además, el GCC buscaba una mayor participación estadounidense en los conflictos que vive Oriente Medio, desde Yemen a Siria.

La cumbre quedó descafeinada desde un principio: algunos países, como Arabia Saudí, buscaban que EE.UU. firmara un tratado con compromisos de defensa militar, algo que las autoridades estadounidenses descartaron. En su lugar, la mayoría de los analistas preven que Obama firme una declaración presidencial de apoyo, que no equivale a un tratado de defensa y que no obligaría a futuros presidentes a cumplirlo. La Casa Blanca se inclina por ofrecerles solamente asistencia para que ellos desarrollen su propio sistema conjunto de defensa antimisiles. Al comienzo de la semana, también se anunciaron ejercicios militares conjuntos para afrontar potenciales retos de seguridad marítimos y aéreos.

Ausencias de peso

Esta desavenencias quizá tuvieron que ver en las ausencias de última hora que sufrió la cumbre: el rey Salman de Arabia Saudí decidió no acudir y dejar la representación de su país en manos del príncipe heredero y ministro del Interior, Mohamed bin Nayef, y del ministro de Defensa, Mohamed bin Salman. Tampoco hizo acto de presencia el rey de Bahrein, Hamad bin Isa al-Khalifa, que cambió la cumbre por una exhibición ecuestre en el castillo de Windsor, invitado por la reina Isabel II. De los seis países que acudieron a la cumbre, solo Kuwait y Qatar estuvieron representados por sus jefes de Estado.

No ayudó a mejorar el tono de la cumbre una equivocación de Obama durante un encuentro el miércoles con los mandatarios de Arabia Saudí. El presidente glosó la «extraordinaria» relación entre EE.UU. y su principal aliado en la región, «que se remonta a los tiempos de Franklin Roosevelt y el rey Faisal». Era imposible que se refiriera a Faisal, que reinó entre 1964 y 1975, y a Roosevelt, que falleció en 1945. Probablemente se refería a su padre -abuelo del actual rey Salman-, el rey Abdul Aziz bin Saud, que se reunió con el presidente estadounidense poco después de la conferencia de Yalta, en febrero de 1945.

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