François Hollande llega a Cuba y es recibido por el ministro de Exteriores
François Hollande llega a Cuba y es recibido por el ministro de Exteriores - reuters

Hollande visita Cuba para que Francia no quede al margen de su reconstrucción económica

En la agenda del primer viaje oficial de un jefe de Estado francés a la isla figura una reunión con Raúl Castro, pero no con disidentes

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Un día después del encuentro en el Vaticano entre el Papa Francisco y Raúl Castro, François Hollande comienza este lunes su histórica visita oficial a Cuba, la primera que realiza un jefe de Estado francés a la isla. Tras llegar el domingo por la noche a La Habana en el marco de una gira caribeña, Hollande tiene previsto reunirse este lunes con el cardenal Jaime Ortega y Alamino, y al final del día con el presidente cubano, Raúl Castro. La diplomacia francesa desea insistir en la «prolongación» del diálogo «facilitado e inaugurado» por la diplomacia vaticana.

Tras breves encuentros con estudiantes y profesores cubanos en la Universidad de La Habana y la Alliance Française, el mandatario galo presidirá las conclusiones de un Foro Económico destinado a enviar otro mensaje básico: Francia desea participar en la renovación y el relanzamiento económico cubano.

Hollande viaja a acompañado de una delegación de empresarios franceses, con la esperanza de conseguir contratos a medio plazo. Entre otros, viajan con él responsables de Air France, el grupo de bebidas Pernod Ricard o el hotelero Accor.

La dimensión política y diplomática del viaje a la isla comenzará a media tarde, con una visita al Memorial José Martí; a continuación vendrá el encuentro con Raúl Castro, seguido de una cena oficial. Fuentes del Elíseo no descartaron que el presidente pueda ser recibido por el anciano líder de la revolución, Fidel Castro. «Depende de las autoridades cubanas», señalaron la semana pasada. Sin embargo, en la agenda de Hollande no está prevista una reunión con disidentes cubanos.

Hace semanas que François Hollande comenzó oficiosamente la campaña electoral para las presidenciales de 2017. La visita a la Cuba de los Castro ocupa un puesto importante en ese prematuro calendario. El presidente galo desea enviar sus mensajes a Washington y la Unión Europea, sin olvidar a la izquierda socialista. Gran artista en el arte de la síntesis, Hollande jugará todas las cartas de un arco iris multicolor, con el fin de insistir en la compatibilidad de sensibilidades políticas distintas: del izquierdismo anticapitalista a la conciliación bendecida en el Vaticano.

De compañeros de viaje al alejamiento

Históricamente, el Partido Socialista y las izquierdas francesas pasaron de ser compañeros de viaje del comunismo castrista a un alejamiento más o menos profundo. Durante la doble presidencia de François Mitterrand, el Gobierno socialista estuvo «distante» con Castro, mientras que la esposa del presidente demostraba su simpatía por el «tiranosaurio» ( Guillermo Cabrera Infante dixit). En tiempos de precampaña electoral, Hollande desea mostrar a la izquierda socialista su «capacidad de diálogo y síntesis».

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