Un conductor espera a sus pasajeros en una calle de La Habana
Un conductor espera a sus pasajeros en una calle de La Habana - afp

Más de 600 arrestos políticos el pasado mes en Cuba, la cifra más alta en 7 meses

La Comisión Cubana de Derechos Humanos denuncia la «notoria tendencia al incremento de las acciones represivas» en su informe mensual

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Mientras el régimen cubano acaba de dialogar sobre derechos humanos con una delegación estadounidense en Washington, una organización disidente en la isla denuncia en su informe mensual que el pasado marzo se produjeron al menos 610 detenciones arbitrarias por motivos políticos, la cifra más alta de los últimos siete meses.

«Ha sido notoria la tendencia al incremento de este tipo de acciones represivas, al tiempo que identificamos 95 casos de personas que sufrieron otras formas de represión política incluyendoagresiones físicas, hostigamiento policial y actos vandálicos o de repudio», ha señalado este jueves la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Cchrn) en su informe de marzo sobre la represión en la isla.

Al mismo tiempo, el Centro de Información Hablemos Press

(Cihpress), registró 613 detenciones por motivos políticos en el mes de marzo. Entre ellas, más de un centenar de mujeres pertenecientes al movimiento de las Damas de Blanco, que fueron arrestadas «cuando salían de sus casas para asistir a misa en diferentes iglesias del país», según el informe divulgado también este jueves. Cihpress señala además que miembros de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y Ciudadanas por la Democracia fueron detenidos «con violencia en reiteradas ocasiones durante el mes, cuando intentaban asistir a misa en Santiago de Cuba».

La Ccdhrn, que lidera el activista Elizardo Sánchez, resalta que el país caribeño «se sigue criminalizando el ejercicio de todos los derechos civiles y políticos», y recuerda que la legislación penal cubana mantiene vigente el delito denominado «peligrosidad social predelictiva», que puede conllevar hasta cuatro años de cárcel.

El régimen «sigue reprimiendo, muchas veces brutalmente»

Aunque los fusilamientos cesaron en 2003 y las largas condenas de cárcel a opositores «han disminuido en la última década», el régimen de Fidel y Raúl Castro «continúa reprimiendo, muchas veces brutalmente, toda expresión de disenso pacífico». En Cuba hay todavía unos cincuenta presos políticos.

En el comunicado la Comisión Cubana expresa su pesimismo sobre la posibilidad de que mejore la situación de los derechos fundamentales, civiles y políticos en la isla, «debido a la posición inmovilista del Gobierno y a su oposición a cualquier esfuerzo o propuesta en favor de las urgentes reformas jurídicas, económicas y políticas que necesita y merece el pueblo de Cuba».

«Los cubanos, al igual que todos los pueblos, también tenemos derecho a todos los derechos, incluyendo el de no ser perseguidos o intimidados por nuestra lucha pacífica para salir de la pobreza y la profunda desesperanza», señala este grupo, que insiste en que la isla sigue sufriendo «la peor situación de derechos civiles y políticos y otros derechos fundamentales» en todo el hemisferio.

Como ejemplo, el grupo disidente denuncia que el sueldo medio de los trabajadores cubanos apenas llega a los veinte dólares al mes (18,3 euros), según cifras oficiales, al mismo tiempo que se les niegan «todos los derechos laborales y sindicales, incluido los derechos de huelga y de organizar sindicatos independientes».

«Realidad cubana»

Por otro lado, tras la reunión sobre derechos humanos entre Cuba y Estados Unidos, el pasado martes en Washington, el subdirector de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Pedro Luis Pedroso, dijo que esta sirvió para facilitar el conocimiento sobre la «realidad cubana». «Hay un desconocimiento por lo general sobre la realidad cubana. Esto es un mecanismo que nos permite justamente eso, un mayor conocimiento de nuestra realidad», indicó en una rueda de prensa Pedroso, que encabezó la delegación cubana, informa Efe.

El encuentro, celebrado a propuesta de Cuba, se desarrolló en un «ambiente profesional y de respeto», aunque «ratificó que existen profundas diferencias entre ambos gobiernos respecto a las concepciones y al ejercicio de los derechos humanos», recordó el responsable cubano.

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