Suiza devolverá a Nigeria 380 millones de dólares robados por el expresidente Sani Abacha

Se estima que hasta 400.000 millones de dólares en ingresos petroleros han sido robados o malgastados desde la independencia del país africano en 1960

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Suiza ha anunciado la devolución a Nigeria de cerca de 380 millones de dólares que fueron robados por el expresidente Sani Abacha, quien gobernara el país africano con mano de hierro entre 1993 y 1998.

Los emolumentos fueron confiscados en 2014, tras ser trasladados desde Luxemburgo.

Su retorno, no obstante, se produce después de casi 17 años de batallas legales para recuperar el dinero hurtado por Abacha durante su mandato y que se estima en más 2.200 millones de dólares (solo en cuentas europeas). De ellos, cerca de 700 millones ya han sido devueltos.

Recientemente, Obiageli Ezekwesili, economista y co-fundadora de Transparencia Internacional, aseguraba que hasta 400.000 millones de dólares en ingresos petroleros han sido robados o malgastados desde la independencia del Nigeria en 1960.

Y no parece solo limitarse a los años más oscuros de los gobiernos militares que asolaron la nación entre 1966 y 1999.

Ya en febrero del pasado año, el gobernador del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, acusaba a la compañía nacional del petróleo local -Nigerian National Petroleum Corporation- de  saquear de forma sistemática los ingresos del oro negro.

Durante una comparecencia ante el comité de finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013,  20.000 millones continúan «perdidos». Sanusi sería finalmente apartado de su cargo. Sin embargo, ahora es uno de los más fieros críticos con la gestión del Gobierno, gracias a su elección como emir de Kano, la segunda figura más importante del islam en la región (tras el sultán de Sokoto, Alhaji Muhammad Sa’ad Abubakar) y cuyo peso consultivo y moral resulta determinante.

Fuga de capitales

Como asegura Léonce Ndikumana —profesor de Económicas en la Universidad de Massachusetts y ex director de investigación del Banco Africano de Desarrollo—, la fuga de capitales en el África Subsahariana durante el periodo 1970-2010 ascendió a 814.000 millones de dólares —teniendo en cuenta la inflación del último año.

De igual modo, el autor denuncia que, de cada dólar que entró en el continente en forma de préstamo por parte de la comunidad internacional en ese intervalo, hasta 60 centavos fueron desviados al extranjero ese mismo año. Unas cifras que llaman poderosamente la atención, sobre todo si tenemos en cuenta que la actual deuda externa del África Subsahariana es de 230.000 millones.

¿Es entonces el continente africano un «acreedor» de la solvente comunidad internacional? En parte sí, o al menos se puede considerar así a sus dirigentes.

En un informe, Transparencia Internacional denunciaba la voracidad adquisitiva de tres Presidencias del continente africano: Denis Sassou Nguesso (República del Congo), Omar Bongo Ondimba (Gabón, ya fallecido, aunque su hijo continúa con la estirpe presidencial), así como Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial).

Según corrobora la organización, a fecha de 2007, el Gobierno gabonés contaba con al menos 39 propiedades desperdigadas en territorio europeo, 17 de ellas registradas a nombre de su ex presidente, así como setenta cuentas bancarias (once de ellas a nombre del mandatario). Más «humilde» se mostraba, sin embargo, el sátrapa congoleño con «apenas» 18 residencias y 112 cuentas corrientes en Francia.

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