Dos londinenses de 16 años y una de 15 viajan a Turquía para ser «novias de la yihad»

Eran buenas estudiantes y sus familias están «devastadas» tras su fuga

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Shamima y Kadiza, ambas de 16 años, londinenses de familia bengalí, y una tercera niña, de 15 años, nacida en Alemania en un hogar etíope, volaron el pasado martes a Estambul para intentar cruzar a Siria y convertirse en «novias de la yihad», mujeres esclavas de los guerreros del califato. Las tres eran buenas alumnas en el colegio Bethnal Green Academy, en su barrio del Este de Londres, donde sus profesores añaden que se trata de «chicas vulnerables y un poco ingenuas». Sus familias se declaran «devastadas» y el portavoz de la mezquita del Este de Londres rompió a llorar tras hablar por teléfono con la hermana de una de ellas: «Eran unas estudiantes rectas, han sido manipuladas», ha declarado emocionado.

Las niñas urdieron una excusa y sus padres les permitieron tomarse el día libre. A la mañana siguiente, el miércoles, no aparecieron y entonces sus familias presentaron una denuncia. Ahora la policía ha revelado que volaron a las 8 de la mañana del martes a Estambul, donde aterrizaron a las 6.40 de la tarde. Las cámaras del aeropuerto londinense de Gatwick captaron su imagen. La policía ha decidido distribuirla aunque son menores, porque hay una orden internacional de búsqueda. La esperanza es que permanezcan todavía en Turquía, donde una ola de frío está dificultando mucho el transporte. Cada billete les costó unos 160 euros. Turkish Airlines, la compañía con la que volaron, ha sido criticada por no informar de que en su pasaje había unas viajeras claramente sospechosas, pues los casos de «novias de la yihad» que viajan vía Turquía son reiterados.

Si llegan al califato de Estado Islámico, las niñas tendrán que vivir enterradas en sus hábitos de luto, so pena de severos castigos si enseñan una pulgada de piel. Para viajar sin levantar sospechas se vistieron al estilo occidental, con pantalones y playeras. Una de ellas iba incluso sin velo y las otras dejando asomar un poco el pelo.

El caso ha revelado una cierta falta de diligencia policial. En diciembre, una amiga de las ahora desaparecidas, del mismo colegio, huyó a Siria. Los agentes interrogaron entonces a las hoy fugadas, pero no se estableció control alguno sobre ellas. No está claro del todo si han sido captadas en persona o a través de internet. Sin embargo, todo indica que fue a través de las redes sociales. Shamima, una de las niñas, era muy activa en Twitter y se cree que mantenía contacto con su amiga ubicada ya en Siria. La policía alega que lo sucedido «constituye una gran sorpresa», pues en el interrogatorio a las adolescentes no percibieron ningún indicio preocupante.

David Cameron cree que estamos ante un caso de «mentes envenenadas por la cultura de la muerte» y pidió ayuda a «escuelas, universidades, familias y comunidades, porque este problema va más allá de la policía y el control de fronteras». El primer ministro expresó su «profunda preocupación» y prometió hacer «cuanto podamos por las niñas».

Unos 600 jóvenes británicos de origen musulmán han viajado para combatir en Siria e Irak. Tras ellos han comenzado a desplazarse las mujeres. Algunos relatos desde el califato terrorista han permitido conocer como es la vida de las esposas de los salafistas de Estado Islámico. No se les deja salir de casa, salvo bajo en compañía de un vigilante. Su rutina consiste en leer el Corán y atender a su señor, su marido, que a veces tiene varias mujeres. Las chicas occidentales, de vidas normales en Inglaterra, pasan a convertirse voluntariamente en prisioneras en vida. En casi todos los casos internet es el vehículo por el que entran en contacto con el proselitismo radical.

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