El exministro conservador Pavlópulos, candidato oficial a la Presidencia griega
El exministro conservador Pavlópulos, candidato oficial a la Presidencia griega - efe

¿Por qué elige Tsipras a un exministro conservador para la Presidencia de Grecia?

El líder de Syriza ha optado por Pavlópulos y no por el comisario europeo conservador Avramópulos para no enemistarse con el presidente de la Comisión Europea, Juncker, en el que confía como mediador ante Alemania

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Se equivocaron las quinielas, en particular las que circulaban estos últimos días por Bruselas. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, no ha propuesto al comisario europeo Dimitris Avramópulos para el cargo -esencialmente protocolario- de presidente de la República, sino al exministro Prokopis Pavlópulos. Ambos son conservadores, pero todas las apuestas apuntaban al titular en Bruselas de la cartera de Interior y Migraciones por razones de cálculo político del líder izquierdista: trayéndose a Avramópulos a Atenas, Tsipras se ponía en condiciones de colocar en la Comisión Europea a otro de sus hombres.

¿Por qué un conservador para la Presidencia de Grecia, cuando el partido populista tiene mayoría en el Parlamento donde hoy se vota al candidato oficial? Uno se ve tentado a pensar que a Tsipras no le gusta ganar por goleada.

Si va a desmontarlo todo -el euro, los compromisos internacionales de Grecia, y si puede los pilares mismos del continente- quiere al menos conservar la república en su país. Pero la razón de que haya propuesto a un candidato conservador es más prosaica: es una tradición que el presidente pertenezca al primer partido de la oposición -al fin y al cabo su trabajo es representativo y su margen de poder escaso-, y para las tareas de protocolo Tsipras considera que cuadra mejor un personaje dispuesto a usar corbata.

No ha optado por Avramópulos, más popular que Pavlópulos, para no enemistarse con el presidente del Ejecutivo comunitario, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que lleva poco tiempo al frente de su equipo de comisarios europeos. Tsipras ha preferido no forzar una remodelación del Gabinete de Juncker porque quiere tener a este de su lado, o al menos prefiere no crearle incordios innecesarios. El primer ministro griego intuye -o así lo cree quizá su entorno- que, pese a las malas caras de Merkel y del Eurogrupo, la Comisión Europea usará sus tareas de mediación y acabará ofreciendo algo interesante a Atenas para que no abandone el euro.

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