La madre del piloto, firma una pancarta por su liberación en un acto en la Universidad Jordana de Muath, en Amán
La madre del piloto, firma una pancarta por su liberación en un acto en la Universidad Jordana de Muath, en Amán - efe

Las razones por las que Jordania sospecha que el piloto murió hace un mes

La televisión nacional aseguraba ayer, para sorpresa de todos, que el asesinato se produjo el 3 de enero

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«Hemos pedido pruebas de que el piloto Maaz al Kasasbeh seguía vivo, pero no hemos recibido nada hasta ahora», declaró el portavoz del gobierno, Momeni a la prensa, poco antes de que venciera el ultimátum del grupo ISIS.

El 25 de diciembre de 2014, día que Kasasbeh fue reclutado por Estado Islámico en la provincia de Al Raqa, su familia emitió un vídeo pidiendo clemencia. Un hermano del piloto rogaba a los yihadistas que le protegiesen. Para ello usaba estas palabras: «Vosotros sois musulmanes y él es un hermano musulmán. Un verdadero musulmán que reza todas las oraciones y ayuna en el mes del Ramadán».

«Dirijo un mensaje a nuestros generosos hermanos del Estado Islámico en Siria: que traten a mi hijo, el piloto Muad, con hospitalidad generosa.

Pido a Dios que sus corazones se llenen de amor y que lo devuelvan a su familia, a su esposa y a su madre», recitaba el padre del recién asesinado.

Palabras en vano. Al EI no le hizo falta ni diez días para acabar con la vida del joven piloto.

Los familiares y allegados de Kasasbeh confiaban en que, aunque solo fuese por cuestiones religiosas, tarde o temprano sería liberado. Además, en el caso de que esa afinidad no valiese, contaban con el apoyo del gobierno jordano, que accedió a liberar a Sajida Al Rishawi, condenada a muerte por su implicación en los atentados de Amán, en 2005, en los que murieron 57 personas. La liberación de la presa de Al Qaida, dada la importancia que tiene en su país, pensaban que sería el detonante para el intercambio de rehenes.

El gobierno de la capital jordana también conservaba la esperanza y por eso, según aseguró el rey Abdulá II, «estaban haciendo todos los esfuerzos posibles».

Esfuerzos, súplicas, promesas y ultimátums que no han servido para nada. Nadie imaginaba que Maaz al Kasasbeh llevaba asesinado un mes y que estaban al borde de caer en una trampa con la liberación de Sajida Al Rishawi. El Estado Islámico, por lo que se ve, no conoce fronteras.

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