Nuevos indicios alejan la idea del suicidio del fiscal argentino

Nuevos indicios abonan la teoría de que el fiscal federal Alberto Nisman no pensaba quitarse la vida el pasado fin de semana. Viviana Fein, la fiscal encargada de la investigación de la muerte de su colega, anunció que «lamentablemente dio negativo» (sic). Se refería a las pruebas para determinar si el muerto y presunto suicida tenía rastros de pólvoraen su mano.

«Al ser un arma de un calibre pequeño, calibre 22, y no un arma de guerra, usualmente esto provoca que el barrido electrónico no arroje resultados positivos», desarrolló con un sentido infinito de la prudencia la fiscal en declaraciones a Radio Mitre. Dicho esto, añadió: «No descarto inducción o instigación (al suicidio). No digo que sea así, pero no lo descarto».

Jorge Kirszenbaum, expresidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) reveló: «El primo que acompañó a la madre de Nisman —el pasado domingo, cuando se descubrió su cuerpo— observó la existencia de una nota dirigida a la empleada doméstica, donde el fiscal le indicaba algunas compras para realizar el lunes». Este dato refuerza la teoría, según Kirszenbaum, de que «Nisman no tenía ninguna intención de suicidarse. Me llama enormemente la atención, de ninguna manera se entiende que pueda haber un suicidio», insiste el extitular de la DAIA.

La última foto

A su vez, el actual vicepresidente de esta institución judía, Waldo Wolff, difundió una imagen que Nisman le envió por whatsapp a las 18:20 del sábado. «Le escribí para consultarle quién debía levantar el secreto del sumario sobre los miembros de los servicios de inteligencia. Él me respondió que quien lo tenía que hacer era el secretario de inteligencia, Oscar Parrilli, y me envió una foto del escritorio en el que estaba trabajando». En ésta se aprecia su mesa de despacho con los papeles que iba presentar el lunes en el Congreso y varios rotuladores amarillos para subrayar.

El escenario de trabajo, el envío de la foto y la nota a su asistenta no parecerían corresponderse con el de una persona que analiza suicidarse, según su círculo más estrecho y los especialistas consultados en la prensa local.

Ariel Lijo, el juez que entiende de la denuncia de Nisman contra la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y sus colaboradores, ordenó una custodia permanente para vigilar las pruebas de Nisman. Entre estas figuran escuchas telefónicas a cuatro números de Jorge Khalil, presunto nexo entre los gobiernos de Irán y Argentina para, según Nisman, realizar el pacto de impunidad con los prófugos del atentado contra la mutual judía AMIA a cambio de beneficios de diferente índole que necesitaba Cristina Fernández.

Todas estas grabaciones se encuentran almacenadas en 961 CDs. Allí figuran las conversaciones (sin desmentir por los afectados) del piquetero y ex funcionario kirchnerista Luis D´Elía, Andrés «El Cuervo» Larroque (diputado kirchnerista) y Fernando Esteche, líder de la organización Quebrado vinculada a los servicios de inteligencia y, presuntamente, el ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman.

En ese material también están recogidas las declaraciones en la UFI-AMIA (Unidad Fiscal AMIA) que dirigía Alberto Nisman, del recientemente fallecido periodista José “Pepe” Eliaschev, primero en advertir el pacto Argentina-Irán, así como una decena de archivos audiovisuales.