Un refugiado sirio intenta retirar la nieve del techo de su tienda en el campo de refugiados de Brital, al este del Líbano
Un refugiado sirio intenta retirar la nieve del techo de su tienda en el campo de refugiados de Brital, al este del Líbano - efe

Líbano frena la llegada de refugiados sirios con nuevas restricciones

El país del cedro impone por primera vez un visado de entrada a los ciudadanos sirios para frenar la avalancha de desplazados

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando se cumplen casi cuatro años del inicio de la guerra en Siria, Líbano impone por primera vez en su historia un visado de entrada a los ciudadanos sirios con el fin de frenar la avalancha de desplazados. La medida, sin precedentes en las relaciones entre los dos países, se puso en funcionamiento el pasado 5 de enero causando gran inquietud entre el más de un millón de refugiados sirios que han escapado al Líbano.

Si bien hasta el momento sirios y libaneses habían viajado libremente a través de la frontera entre ambos países mostrando tan solo un documento de identidad, la nueva normativa obligará ahora a los sirios a solicitar una de las seis visas disponibles para ellos: de turismo (para la que habrá que disponer de unos 1.000 dólares), negocios, estudiante, tránsito, estancia corta o por razones médicas.

Ante el movimiento del Gobierno libanés impera todavía la confusión, ya que no está claro que sucederá con el alto número de sirios que viven en el país sin registrarse como refugiados.

Cerrar el grifo

A pesar de las constantes llamadas de alarma en los últimos meses por parte del Gobierno libanés, advirtiendo a la comunidad internacional de que no podría afrontar durante mucho más tiempo la abrumadora cifra de refugiados instalados en un país que apenas supera los cuatro millones de habitantes, la corriente de sirios no ha cesado de crecer hasta mermar los ya de por sí limitados recursos existentes y provocar un evidente deterioro de la seguridad en muchas zonas fronterizas.

Así, la región de Arsal, limítrofe con Siria y que alberga a más de 100.000 huidos de la guerra en la vecina Siria, se ha convertido en una de las principales puertas de entrada a territorio libanés de numerosos extremistas del Estado Islámico y del Frente al Nusra, y foco habitual de enfrentamientos entre el Ejército libanés y los islamistas.

«Líbano no tiene capacidad para recibir a más»

El ministro de Interior libanés, Nouhad Machnouk, ha justificado la reglamentación adoptada por su Gobierno alegando que Líbano cuenta ya con un millón y medio de refugiados actualmente, de los que solo 1.070.000 se han registrado de forma legal.«El número es suficiente. Respetaremos nuestras obligaciones internacionales, pero ha llegado la hora de regular la entrada de refugiados. Líbano no tiene capacidad para recibir a más», ha afirmado el ministro.

La controvertida decisión del Gobierno coincide además con la publicación del último informe de Acnur, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, en el que se detalla que Líbano es el segundo país con más de refugiados del mundo (1,1 millones), por detrás de Pakistán que acoge a 1,6 millones de refugiados afganos.

A diferencia de países como Jordania o Turquía, el Líbano se ha negado a levantar campos de refugiados dentro de sus fronteraslo que supone que la mayoría de refugiados se encuentren dispersos por todo el territorio. Su presencia, de acuerdo con el Ministerio de Interior, «implica una gran carga económica y social, afecta a la situación de seguridad y ejerce una presión insostenible sobre las infraestructuras del país». Así, el malestar de una población local cada vez más descontenta con el impacto que los refugiados tienen en su día a día, descenso de los salarios, delincuencia y subida de los alquileres, parece haber conducido al Gobierno libanés a reaccionar finalmente.

Acnur, por su parte, ha mostrado su preocupación en torno a la recién impuesta legislación, ya que son «muchos los casos humanitarios extremos» que se producen en la frontera cada día, pero las autoridades del Líbano aseguran que se permitirá la entrada en caso de razones humanitarias.

Crisol de religiones

El escepticismo de buena parte de la sociedad libanesa ante la llegada masiva de sirios puede explicarse atendiendo a su experiencia con los refugiados palestinos que huyeron al país del cedro tras la creación del Estado de Israel en 1948. Más de 400.000 palestinos, descendientes en su mayoría de esos primeros refugiados, residen actualmente en campos en Líbano y no pocos libaneses culpan a los grupos armados palestinos de prender la mecha de una guerra civil que se prolongó durante 15 años (1975-­1990).

El país es un complejo mosaico de religiones que funciona a partir de un frágil reparto de poder entre sus distintas comunidades, por lo que la afluencia de sirios, suníes en su mayoría, es percibido como una amenaza para el equilibrio existente entre cristianos, suníes y chiíes.

Ver los comentarios