El diario controlado, «Cumhuriyet»
El diario controlado, «Cumhuriyet» - afp

La policía turca registra un diario para impedir que difunda imágenes de «Charlie Hebdo»

Los líderes turcos insisten en que el verdadero problema de fondo es la islamofobia

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En la madrugada de anoche, el diario « Cumhuriyet» experimentó de primera mano los límites de la libertad de expresión en Turquía. Este periódico turco acababa de cerrar su edición para este miércoles, y su distribución estaba a punto de comenzar. Días antes había anunciado su intención de publicar un suplemento incluyendo parte de los contenidos del semanario satírico francés «Charlie Hebdo», en solidaridad con dicha publicación tras el atentado de la semana pasada, lo que había desatado una campaña de amenazas por parte de grupos islamistas turcos, algunas muy serias. De repente, la policía turca se presentó en la imprenta de «Cumhuriyet», y, como enseguida descubrirían sus responsables, su intención no era proteger el edificio.

Los agentes han detenido las camionetas de reparto, y han comenzado a chequear los ejemplares.

Tan solo después de comprobar que el diario no reproducía la polémica portada de «Charlie Hebdo» –que muestra, una vez más, una caricatura de Mahoma- se permitió a los vehículos seguir su camino.

A nadie le pilló de sorpresa: el alcalde de Ankara, Melih Gökçek, del islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan, llevaba días arremetiendo contra «Cumhuriyet». Gökçek había llegado a asegurar que la publicación formaba parte de una conspiración «probablemente preparada en cooperación con una potencia extranjera», cuyo «propósito es provocar un ataque contra ellos para mostrar ante el mundo a los musulmanes como agresores».

Este incidente ilustra con claridad las prioridades de la actual administración turca. Los principales miembros del gobierno, de hecho, llevan semanas poniendo el énfasis en la cuestión de la islamofobia, asegurando que ese es el verdadero problema de fondo. «La islamofobia, contra la que llamamos la atención y advertimos constantemente, representa una seria amenaza en Europa», dijo el presidente Erdogan la semana pasada, un día antes del atentado de París. «Es lamentable que la Unión Europea esté tratando de darle lecciones a Turquía en lugar de intentar bloquear las amenazas tan serias a las que se enfrenta», afirmó, refiriéndose al auge de movimientos como el de Pegida en Alemania.

«Una puesta en escena fabricada»

Ni siquiera el sangriento ataque, en el que murieron doce caricaturistas –y que las autoridades turcas han condenado de forma inequívoca-, ha servido para hacerle cambiar el discurso. «La hipocresía de Occidente es patente. Nosotros, como musulmanes, nunca hemos apoyado el terrorismo. Pero tras estas masacres se halla el racismo. Y tras este discurso del odio, hay islamofobia», aseguró Erdogan este lunes. «Doce millones de personas han sido masacradas en los últimos diez años en el mundo islámico, que ha sufrido un gran dolor», ha reiterado el pasado martes Mehmet Görmez, el líder del Directorio de Asuntos Religiosos y la máxima autoridad religiosa de Turquía. «Hemos visto que la humanidad, que no se ha manifestado contra la masacre de doce millones de personas, se ha levantado contra el asesinato de apenas doce personas. La humanidad debería recuperar el sentido común inmediatamente», ha declarado.

Aún más lejos ha llegado el diputado Ali Sahin, también del AKP, que este fin de semana ha asegurado que el atentado ha sido «una puesta en escena fabricada». «El momento en el que [el asaltante] deja el vehículo y dispara contra el policía en el suelo también da que pensar. La dirección a la que apunta y dispara el arma no es el policía. Dispara al frente. No hay sangre. La cámara deja de filmar después de que los terroristas disparen al policía y se vayan», apuntó.

Así, la multitudinaria manifestación celebrada en París por la libertad de expresión fue descrita por los medios gubernamentales turcos como «contra el terrorismo». Eso ha permitido a Ahmet Davutoglu asegurar que «Turquía tenía que estar en la foto». Las verdaderas preocupaciones de sus líderes, sin embargo, están claras. «Nunca permitiremos que el terror sea mencionado junto al islam o a ninguna otra religión», ha asegurado el pasado martes el primer ministro en una reunión con su grupo parlamentario.

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