Un muchacho pasea junto a un grafiti por las calles de La Habana
Un muchacho pasea junto a un grafiti por las calles de La Habana - reuters

Guía práctica para viajar ahora a Cuba

El restablecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos podría desencadenar cambios trascendentales en una isla que ha sido, es y será siempre un destino fascinante

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El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos después de 53 años de tensión es una noticia histórica que supondrá el levantamiento de las restricciones a los ciudadanos estadounidenses que visiten la isla y otras consecuencias en el día a día cubano cuyo alcance aún es prematuro determinar. Sea como sea el futuro, Cuba es una maravilla enclavada en el mar Caribe y siempre ha sido un destino fascinante cuyo atractivo han reforzado las últimas noticias. En los últimos años el régimen de los hermanos Castro ha convertido el turismo en una apuesta estratégica como vía para modernizar un sistema económico en ruinas. Hay viajeros que creen que es mejor visitarla antes de que la previsible apertura económica le haga perder su autenticidad y también quien piensa lo contrario, que la realidad en Cuba solo puede mejorar.

En cualquier caso, estos son algunos consejos prácticos para visitar un país encantador ahora que, por primera vez en más de medio siglo, las cosas podrían haber empezado a cambiar

Cómo llegar: Iberia suprimió en 2013 su ruta Madrid-La Habana, pero ambas capitales se mantienen conectadas por un vuelo diario de Air Europa y otro de Cubana de Aviación. Esta segunda aerolínea pertenece al Estado cubano. Es conocida popularmente en la isla como la «milagrosa»; nadie se explica cómo es posible con los medios con los que cuenta, pero el caso es que presta un buen servicio.

Documentación: Para acceder a territorio cubano, los ciudadanos españoles necesitan un pasaporte en regla y un visado que expiden las autoridades cubanas cuyo coste oscila en torno a los 22 euros y está incluido en la mayoría de los paquetes turísticos. En el caso de que no sea así, puede obtenerse en dependencias consulares o en el propio aeropuerto de Barajas. Este documento es imprescindible. Sin él, no se podrá entrar al país. Igualmente, desde el 1 de mayo de 2010 es obligatorio haber contratado un seguro médico cuya póliza hay que presentar a la llegada.

Dinero: En Cuba rige un sistema monetario doble, uno en el denominado Peso Cubano, de muy bajo valor (36 pesos=1 euro aprox), que es el que utilizan los cubanos en su precario día a día, y el Peso Cubano Convertible o CUC, cuya cotización es equivalente a la del dólar, que es el habitual entre los turistas. Los precios en CUC son los que rigen en la mayoría de establecimientos turísticos, donde se ofrecen productos y servicios que solo pueden permitirse pagar los extranjeros. Si se es lo suficientemente intrépido, se puede sobrevivir con muy poco dinero en Cuba, ya que los comercios que funcionan con pesos cubanos son extraordinariamente baratos. El problema es que nadie mínimamente habituado a los estándares de calidad del primer mundo aceptaría, por ejemplo, la comida que se sirve en la mayoría de los locales con los que tienen que conformarse los cubanos.

Vacunas y servicios sanitarios: La sanidad cubana es uno de los «tesoros» de los que presume el régimen comunista, aunque hay voces desde los países desarrollados que aseguran que en él hay más luces que sombras. En cualquier caso, como es obligatorio viajar con un seguro médico contratado de antemano, lo mejor en caso de necesidad es recurrir a la póliza que uno tenga contratada. En La Habana hay un moderno hospital que es el que atiende a la mayoría de los turistas con cobertura sanitaria privada.

Comida y bebida: Muchas de las cosas que uno da por sentadas en España son difíciles de conseguir en Cuba. La gastronomía es uno de los aspectos donde esto se hace más perceptible. En los últimos años, tras permitir el régimen ciertas modalidades de iniciativa privada, han proliferado los conocidos «paladares». Son la mejor opción para comer un menú aceptable con puerco, arroz, frijoles y otras viandas típicas de la cocina isleña por precios bastante razonables; no suelen superar los 12 euros al cambio. Fuera de este circuito hay que estar preparado para una oferta, por decirlo suavemente, austera.

Transporte: En Cuba es fácil, aunque caro, alquilar un coche y se puede conducir con el permiso español. No obstante, hay que ser extremadamente prudente porque la red de carreteras se halla en un estado lamentable y los conductores cubanos son de todo menos previsibles o disciplinados. Además, debe tenerse en cuenta que en Cuba cualquier cosa puede convertirse en un vehículo, desde un frigorífico con ruedas tirado por un burro hasta la carrocería de un Chevrolet de 1950 propulsada con el motor de un cortacésped. Es parte del encanto.

Para desplazamientos largos, la mejor opción es el servicio de autobuses Viazul. Es el que utilizan la mayoría de los turistas, dispuestos a pagar por la seguridad, puntualidad y comodidad que ofrece. Lo que debe descartarse absolutamente es el ferrocarril. Está peor incluso que las carreteras.

Seguridad: Cuba es un país extremadamente seguro, especialmente para los visitantes extranjeros, a los que las autoridades cuidan como fuentes de ingresos que son. Si uno no presta la suficiente atención, puede ser víctima de algún hurto al descuido, pero los delitos violentos son excepcionales. Para lo que se ha de estar preparado es para los insistentes pedigüeños. También para el fenómeno de la prostitución juvenil de las jineteras. Muchas mujeres cubanas, bastantes incluso de elevado nivel cultural y estudios universitarios, tratan de sacar algún provecho de relaciones esporádicas con los turistas y en muchas ocasiones resulta difícil discernir cuando un acercamiento es realmente amistoso y cuando se produce por el mero interés. Este es un asunto con el que el Gobierno se ha puesto serio en los últimos años, pero sigue siendo una de las más tristes peculiaridades de Cuba y el visitante no debe extrañarse si en el hotel o casa particular donde se aloja le advierten de que si lleva algún acompañante a la habitación este o esta tendrá que ser mayor de edad. En cualquier caso, fuera de las principales ciudades, como La Habana, Santiago o Camagüey, esto no es un problema.

Alojamiento: La oferta hotelera en Cuba se ha disparado en los últimos años. Pero mucho más auténtico que los hoteles convencionales, que escasean fuera de la Habana y los grandes complejos turísticos de Varadero, es alojarse en alguna casa particular. En los últimos años, muchos cubanos han decidido explotar los recursos del turismo ofreciendo espacio en sus casas a los visitantes por cantidades que oscilan en torno a los 20 CUC. Como funcionan con autorización y bajo supervisión oficial, cumplen todos los requisitos de higiene, comodidad e intimidad. Pero lo mejor es que, si uno se muestra sociable e interesado, permiten la convivencia directa con la familia anfitriona y conocer de primera mano sus problemas y preocupaciones. En la mayoría intentarán que el viajero acepte también un completo desayuno a cambio de una pequeña cantidad adicional.

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