El general Alzate explicó que las FARC le trataron mal y le hicieron caminar durante horas

Liberado el general Rubén Darío Alzate, secuestro que obligó al presidente Juan Manuel Santos a congelar durante un par de semanas el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que sucedió después sigue sin ser creíble para la opinión pública colombiana.

Alzate, un curtido general de 55 años, que pasará a la historia de este país como el primer militar de tan alto rango en ser secuestrado por las FARC, dio una rueda de prensa un día después de su liberación. Renunció a su cargo. A fin de cuentas el mismo presidente Santos le había pedido que explicara por qué había ido a una zona guerrillera en la provincia del Chocó, frontera con Panamá, vestido de civil y violando todas las normas de seguridad pedidas.

¿Qué hacía un general a cargo de 2.500 hombres, vestido con bermudas, con su asesora y un soldado entrando a la boca del lobo pese a que estaba prohibido?

El general respondió con voz entrecortada. Su esposa e hijos estaban presentes. «Debo reconocer que mi afán de servicio y el amor por el pueblo chocoano me llevaron a no aplicar los procedimientos que en materia de seguridad debía adoptar en mi desplazamiento como general de la República y como comandante de la fuerza de tarea conjunta Titán (...) Por mi honor militar, he solicitado al Gobierno Nacional mi retiro del servicio activo».

El militar explicó que le trataron mal, que le ataron, que le obligaron a caminar horas eternas. ¿Por qué entonces apareció abrazado en una foto con Pastor Alape, comandante guerrillero que fue trasladado especialmente desde La Habana, donde hace dos años gobierno y FARC negocian la paz? «Me obligaron a hacer un show mediático», dijo Alzate.

Consciente de que no podía justificar sus actos, Alzate dio por terminada su carrera militar y Santos le aceptó la renuncia. Los informes de inteligencia cuentan que el general Alzate mintió cuando, antes de partir en una lancha, dijo en el batallón que la zona a la que iba era segura. También cayó mal entre las Fuerzas Militares cuando justificó ir vestido de civil «para generar confianza en las comunidades».

Para los colombianos ni la renuncia del general ni las explicaciones han sido suficientes. ¿Qué está pasando en el proceso de paz en La Habana que ya lleva dos años? Aunque se ha avanzado en lo teórico en tres de los cinco puntos, nada se concreta. Quizás lo explica un artículo que el portal de internet la Silla Vacia tituló «Desde la cárcel se construye la confianza en el proceso de paz».

Intercambio

Cuenta el artículo que mientras Alzate era liberado, de una cárcel salía un guerrillero para ser tratado por graves problemas de salud. Esto, en otras palabras, significa que mientras que las FARC secuestran a pesos pesados, negocian su liberación a cambio de mejores condiciones para los cientos de rebeldes que hay en las cárceles. Según la Silla Vacía, 70 rebeldes han recibido beneficios desde que se iniciaron los diálogos.

Sobre este tema el silencio era total. Mientras tanto, en La Habana, ambas partes volvieron a reunirse este martes tras la liberación de Alzate y dijeron «estar buscando un acuerdo sobre las reglas del juego y la manera en que funcionará la mesa de ahora en adelante». Habrá que ver.