Conmemoración en Gaza de un aniversario de la primera Intifada, el levantamiento palestino de 1987
Conmemoración en Gaza de un aniversario de la primera Intifada, el levantamiento palestino de 1987 - afp

¿Por qué se habla de una inminente tercera Intifada?

Los extremistas palestinos e israelíes manipulan la religión para provocar un levantamiento generalizado entre la población árabe

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La ola de golpes y contragolpes terroristas que vive Jerusalén desde hace semanas, aparentemente alimentada por los sectores radicales judío y palestino, ha creado la sensación generalizada de que Israel se asoma al abismo de un nuevo levantamiento popular de su población árabe, el tercero desde que ese fenómeno se bautizó en su día como Intifada (“revuelta” en árabe).

La primera Intifada contra Israel en los territorios ocupados -Cisjordania y Gaza- comenzó en 1987. Fue bautizada como “guerra de las piedras” porque esa fue la imagen tópica -piedras contra balas- que ofreció durante años la cobertura periodística del periodo turbulento que culminó en 1993 con los Acuerdos de Oslo y con la creación de la Autoridad Nacional Palestina. La segunda Intifada cubrió el periodo del 2000 al 2005; el nuevo levantamiento de la población palestina no arrojó ningún fruto político en el pulso con Israel, y sí consagró en cambio la división interna palestina entre los moderados del presidente Abas y los islamistas radicales de Hamás.

La serie ininterrumpida de ataques terroristas que desde hace semanas vive en particular Jerusalén lleva a muchos analistas a hablar o bien de una Intifada -la tercera- ya en marcha, o al menos de una revuelta popular en ciernes. No se puede aún hablar de un levantamiento en sentido estricto: la mayor parte de los sucesos y de la tensión se reducen a la Ciudad Santa, y por otra parte las protestas no se han generalizado en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. Sí parece existir, en cambio, una voluntad manifiesta por parte de los radicales palestinos de promover la tercera Intifada. El elemento diferencial de esta infausta edición sería el odio religioso, tal como apuntan los choques en la Explanada de las Mezquitas o el ataque a una sinagoga. El término “islam en peligro” tiene una potencialidad en el subconsciente de muchos musulmanes difícil de controlar. La manipulación de la religión también atrae a los sectores judíos ultraortodoxos, promotores del proyecto de convertir legalmente Israel en un Estado confesional tal como acaba de aprobar el Gabinete de Netanyahu.

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