El senador Charles Schumer se prepara para votar en un colegio electoral de Brooklyn
El senador Charles Schumer se prepara para votar en un colegio electoral de Brooklyn - reuters
elecciones legislativas en estados unidos

Hartos de esperar para votar

Las elecciones en EE.UU., como la del pasado martes, pueden ser un infierno de colas y frío. Sobre todo si perteneces a una minoría

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En las elecciones de EE.UU. unos ganan, otros pierden y, antes de que eso ocurra, muchísimos se pasan horas haciendo cola para votar. Jamie, una artista que vive en Prospect Lefferts Gardens, un barrio de Brooklyn, esperó durante tres horas en las elecciones presidenciales de 2012 para depositar su voto en su colegio electoral. En las elecciones legislativas del pasado 4 de noviembre -en su distrito se decidía un escaño para la Cámara de Representantes y la reelección de Andrew Cuomo como gobernador del estado- no acudió a su cita con las urnas.

El primer martes de noviembre puede ser un día muy frío en Nueva Inglaterra, en buena parte del Midwest y en el Norte de la costa Oeste.

Las interminables filas para votar se han convertido en un asunto que se discute en cada elección, pero al que no se le pone remedio. Y, sobre todo en elecciones legislativas, muchos acaban quedándose en casa.

Lo grave es que no afecta a todo el mundo por igual. Si eres negro o hispano, tienes muchas más posibilidades de congelarte en la calle para votar a tu candidato que si eres blanco. Según los datos del Cooperative Congressional Election Study, la media de espera para el votante blanco en las elecciones de 2012 fue de 11,6 minutos, mientras que para los negros fue el doble: 23 minutos. Otras minorías, como los hispanos (18,7 minutos) y los asiáticos (15,4 minutos) también salieron perjudicados.

Los blancos esperan menos para votar

Como las minorías –en especial la población negra- tienden a votar a candidatos demócratas, esto afecta a lo que esperan los seguidores de cada partido: dentro del espectro político de EE.UU., quienes más hacen cola son quienes se definen como «muy demócratas» (15,6 minutos) y quienes menos, quienes se dicen «muy republicanos» (11,4 minutos). Quienes votan más rápido son los blancos que viven en barrios donde las minorías representan menos del 5% de la población: tardan 7 minutos.

¿Por qué ocurre esto? Hay razones de eficiencia en el proceso de la votación, en la preparación del personal, en el número de colegios electorales, en las facilidades para el voto por correo o para el voto temprano… Pero en algunos de los distritos del país con más colas, parece que se debe simplemente a que hay menos máquinas donde votar. Un estudio del Brennan Center for Justice observó una correlación entre las áreas poblados con minoría y la falta de máquinas para votar en estados con muchas colas, como Florida –un estado «bisagra» clave en las elecciones-, Maryland y Carolina del Sur. En Lee County, en Florida, las zonas donde los negros y los hispanos representan entre el 40% y el 50% de la población, había una máquina por cada 2.150 votantes, mientras que en las zonas donde las minorías suponen menos del 10% de la población había 1.484 votantes por máquina.

¿Por qué en los distritos donde hay tantas colas no ponen más máquinas? La respuesta aquí es más difícil. Quizá es por la misma razón por la que hay más grietas en las aceras, más baches en las calzadas, peor recogida de basuras y menor presupuesto para los colegios.

El debate sobre las colas es solo una parte de una discusión cada vez más acalorada sobre el acceso al voto de las minorías, que fueron decisivas en las dos elecciones de Obama y que, con las perspectivas de evolución demográfica, lo serán todavía más en el futuro. Algunos estados han iniciado sistemas para el acceso al voto, con el endurecimiento de las normas sobre identificación a la hora de votar. Para muchos, al igual que las colas, esto afecta sobre todo a las minorías.

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