Compaoré se niega a admitir que está «desnudo»

Burkina Faso vive este viernes una nueva jornada de ira, después de que el Ejército anunciara la formación de un Gobierno de transición ante las protestas que exigen la salida del presidente, Blaise Compaoré.

El motivo de la revuelta se encuentran en la intención de Compaoré de extender su mandato, que se prolonga por más de 27 años.

Sin embargo, lo que empezó siendo una manifestación ciudadana, ha acabado en un golpe cuasi militar. Ahora, la principal duda es saber quién dirige realmente el país, después de que la cúpula marcial asegurara que el nuevo Ejecutivo estaría integrado por todas «las fuerzas vivas de la nación (sin especificar nombres)».

Mientras, Compaoré se niega a asumir la mayor. Anoche, en un comunicado, el mandatario rechazaba dimitir y exigía ser él quien liderara el país durante este periodo de transición.

Ante el evidente espejismo, las protestas continún este viernes. Y, como ayer, el reclamo a tomar las armas es claro. Por ello, resulta clave el rol que asuma el Ejército ante las manifestaciones y su grado de implicación para garantizar una posible salida de Compaoré. Sin su beneplácito, la fecha de caducidad del régimen presidencial parece inmediata: Desde primera hora de la mañana, miles de personas se concentran en las calles en la capital, Uagadugú, y en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, en demanda de una salida sin condiciones del presidente. En este sentido, la mayoría de voces opositoras exigen que el general retirado Kwame Lougue asuma la jefatura de Estado.

Sin vuelta atrás

«Ya no hay vuelta atrás. Es él o nosotros. Si dejamos que continúe en el poder, la represión será feroz», reconocía en conversación telefónica con ABC F. Sidibe, uno de los manifestantes que en los últimas horas caminan bajo el lema «No toques el artículo 37», en referencia a la cláusula de la Constitución que ahora prohíbe la candidatura de Compaoré a las elecciones del próximo año.

Es cierto que el primer objetivo ya se ha cumplido: El presidente confirmaba ayer que la reforma constitucional no se llevaría a cabo. Pero la línea dibujada es ahora otra. «No nos marcharemos hasta que lo haga Compaoré», aseguraba a este diario E. Doué, uno de los manifestantes.

No parece el único. «Patria o muerte», firmaba la oposición en un comunicado distribuido esta mañana.