Así son las referencias históricas de los discursos de Zelenski: de Aristóteles a Churchill

Javier Alonso López, que acaba de publicar el libro 'Discursos históricos' (Arzalia Ediciones), analiza para ABC las claves de la retórica del presidente de Ucrania

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Fotografía de Volodimir Zelenski durante la guerra. AFP | Vídeo: EEUU proporciona a Ucrania equipo y suministros ante el posible uso de armas químicas (EP)

Por Javier Alonso

Hace más de 23 siglos, Aristóteles (384-322 a. e. c.) describió en su obra 'Retórica' los ingredientes que deben conformar un buen discurso. Para el sabio de Estagira, la clave de una oratoria eficaz se encontraba en el empleo acertado de cuatro elementos: 1) Kairos , el sentido de la oportunidad de pronunciar el discurso en el lugar y el momento adecuados; 2) el Ethos o autoridad moral del orador ante su audiencia; 3) el Pathos , conformado por todos los elementos que apelan a la emoción y los sentimientos de la audiencia y 4) el Logos , reverso del pathos , que consiste en la exposición de los argumentos basándose en hechos comprobados y en la objetividad.

Desde entonces, todos los (buenos) oradores que en el mundo han sido han cumplido de un modo u otro con este esquema. Unos habrán hecho hincapié en su propio ethos , como Hitler, otros habrán expuesto un perfecto equilibrio entre pathos y logos , como Jesús de Nazaret en el Sermón de la Montaña , y la mayoría habrán incidido más en el pathos , pues a una persona se la convence razonando, pero a una multitud se la convence a través de la emoción, y eso es algo que sabían los más grandes, desde Lincoln hasta Gandhi, y desde el Papa Urbano II convocando una cruzada hasta Martin Luther King o Nelson Mandela .

La libertad frente a la tiranía

El último gran orador que ha aparecido ante nosotros era un perfecto desconocido para la mayoría de la gente apenas hace un par de meses, pero su actitud de resistencia, y su manejo de la oratoria lo han convertido en un nuevo símbolo de la lucha por la libertad frente a la tiranía. Me refiero, por supuesto, al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski .

Para ser justos con él, creo que lo primero es huir del análisis simplista que ya se ha escuchado muchas veces estos días. «Es un buen orador porque es actor». Falso. Ser actor le ha proporcionado, sin duda, una seguridad ante las cámaras . Zelenski sabe cómo modular bien la voz, sabe estar delante de una cámara, e incluso su anterior profesión le ha ayudado a tener una comprensión comunicativa del conflicto, mediante la utilización de la fotografía, la televisión y las redes sociales. Pero hay algo más. Si aplicamos a Zelenski la vara de medir aristotélica, el presidente ucraniano aprueba con muy buena nota. Veamos por qué.

El Kairós , el sentido de la oportunidad, lo tiene garantizado. Las intervenciones que le han catapultado a la fama internacional han tenido lugar en el último mes, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania . Era el momento de actuar, y él lo ha hecho. Pero también ha escogido bien el lugar. Haber renunciado a abandonar Kiev y permanecer en su capital a pesar del asedio ruso confiere una fuerza especial a sus palabras. No es un exiliado que habla desde lejos del campo de batalla. Él permanece junto a su pueblo.

Lo que nos lleva al siguiente punto, el ethos , la autoridad moral del orador. Para su población, ya contaba con esa autoridad moral, puesto que fue elegido presidente democráticamente el 31 de marzo de 2019 con el 71% de los votos en segunda ronda, derrotando al anterior presidente Petró Poroshenko . Sin embargo, su actitud de permanecer en Kiev y rechazar la oferta de abandonar el país aumentó enormemente su credibilidad, tanto ante sus propios ciudadanos como ante la comunidad internacional . Ahora es un líder, alguien que se ha ganado ser escuchado, porque está poniendo su vida en juego.

Hechos, no palabras

Desde el inicio de la invasión Zelenski ha pronunciado numerosos discursos dirigidos en tres direcciones diferentes. Por un lado, a su propia población; por otro, a la población de su «enemigo» ruso y, por último, a parlamentos de diferentes países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Israel o la Unión Europea . Todos le han saludado con honores, y algunos, como Alemania, ha tenido que tragarse algún rapapolvo. Hay que destacar el caso del discurso a la población rusa justo antes de iniciarse la invasión. En este caso, en lugar de presentarse con la camiseta verde que le ha hecho famoso, apareció vestido de traje y corbata, y habló en ruso. Carácter institucional por un lado, pero proximidad por el otro.

El empleo de las herramientas lógicas y lingüísticas que componen el logos ha sido una constante en los discursos de Zelenski. «La Ucrania que os muestran en las noticias y la realidad son diferentes. La mayor diferencia es que la nuestra es real», les dijo a los rusos. «Demuestren que no nos dejarán de lado», pidió ante el Parlamento Europeo. «Les advertimos que el Nord Stream 2 era un arma, y la respuesta fue economía, economía, economía», reprochó ante Bundestag. Ofrece y exige hechos objetivos, no palabras.

En su discurso ante el parlamento británico, empleó la frase «no nos rendiremos», esta vez una más clara alusión a los famosos discursos de Churchill

Pero el pilar fundamental de un buen discurso es la parte emocional, el pathos, y aquí es donde Zelenski se ha mostrado como un verdadero maestro. Ante cada auditorio, ha utilizado un argumento diferente para lograr su empatía, que es su objetivo final, pues sólo desde la empatía logrará arrancar a los países occidentales una ayuda que quizás no ofrecerían si pensasen únicamente en términos prácticos. Al dirigirse al Congreso de los Estados Unidos , Zelenski recordó que la lucha amenazaba sus «sueños de felicidad», una sutil pero eficaz alusión a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Por su lado, en su discurso ante el parlamento británico, empleó la frase «no nos rendiremos», esta vez una más clara alusión a los famosos discursos de Churchill en 1940 ante la amenaza de la Alemania nazi. Citar a una autoridad es una forma de apropiarse de ella, de manera que el mensaje emocional que se sugiere es que, en 2002, Zelenski representa los valores de los padres fundadores de la nación americana o los de Winston Churchill.

Son solo unos apuntes sobre la habilidad oratoria de Zelenski . No se trata de juzgar aquí si tiene o no razón en sus posiciones políticas y en su estrategia para encarar la guerra. La Historia juzgará esas cuestiones. Ya veremos si, con el paso del tiempo, este hombre al que ahora se encumbra en todas las cancillerías del mundo occidental acaba siendo lo que creemos ver en él o algo muy distinto. Lo que sí está claro es que, si muere en las próximas semanas, se habrá convertido en un mito.

* Javier Alonso López es filólogo y autor del libro 'Discursos históricos' (Arzalia Ediciones).

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