De Primo de Rivera a Yagüe: los personajes tras los 33 títulos que PSOE y Unidas Podemos quieren eliminar

José Antonio Primo de Rivera, Gonzalo Queipo de Llano... La lista es extensa e incluyo desde políticos monárquicos, carlistas, falangistas, hasta militares y familiares de Franco

Desde cambiar el nombre al Valle de los Caídos, hasta reconocer el derecho de los bienes incautados durante décadas. El PSOE y Unidas Podemos sorprendieron este miércoles a España con una treintena de enmiendas al proyecto de Ley de Memoria Democrática del Gobierno . Sin embargo, de entre todas ellas hay una que destaca por encima del resto: la eliminación de 33 títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1978 en honor de personajes tan distantes entre sí como José Antonio Primo de Rivera –el fundador de Falange–, Juan de la Cierva –ingeniero y aviador– o el almirante Luis Carrero Blanco. ¿Quiénes son los hombres detrás de los marquesados, ducados o condados borrados?

Conde de Labajos

El título de conde de Labajos fue concedido mediante Real Decreto el 18 de julio de 1949. Francisco Franco se lo entregó a título póstumo a Onésimo Redondo Ortega . Ligado a la política desde los 23 años, este vallisoletano se convirtió, según explica el historiador Julio Gil Pecharromán en un artículo elaborado para la Real Academia de la Historia, en «uno de los triunviros que fundó las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) ». Este grupo se unió en 1932 al golpe de Estado orquestado por el general Sanjurjo. Su desarticulación provocó que nuestro protagonista se exiliara y no pudiera regresar hasta la caída del gabinete de Manuel Azaña. «La fusión de las JONS con Falange Española (FE) contó con su aprobación», añade el experto.

Después del golpe de Estado de 1936, Redondo se unió a las milicias falangistas el 20 de julio, tras ser liberado de la cárcel. La muerte, no obstante, le cazó poco después, el 24 de ese mismo mes, durante un combate contra una unidad de milicianos en el pueblo segoviano de Labajos. De ahí que le fuera concedido el título. A partir de entonces, Franco supo aprovechar su imagen y su leyenda. «Durante el franquismo, Redondo se convirtió en un referente secundario en el acervo doctrinal del régimen, que rebautizó su pueblo natal como Quintanilla de Onésimo. Sin embargo, ocupó un puesto de honor en el panteón nacional-sindicalista, en el que es conocido como “el Caudillo de Castilla”», desvela Pecharromán.

Fidel Dávila

Marqués de Dávila, con grandeza de España

El marquesado de Dávila fue entregado por Francisco Franco a Fidel Dávila Arrondo el 18 de julio de 1949. Nacido en 1878, este catalán dedicó su vida entera a la milicia y combatió en las grandes guerras que España mantuvo hasta la llegada del conflicto fratricida. Algunas, como el conflicto hispano-estadounidense o el del Rif . El 18 de julio de 1936 fue uno de los oficiales que se unió de forma inmediata a los sublevados. Su siguiente salto en el escalafón le llegó tras la muerte en un accidente aéreo de Emilio Mola . Fue entonces cuando se hizo cargo del Ejército del Norte , a los mandos del cual tomó las provincias de Vizcaya, Santander y Asturias. Fue el ministro de Defensa Nacional del primer gobierno del Régimen y, a la postre, una infinidad de cargos de suma importancia para el dictador. Su cercanía con este era tal que fue nombrado grande de España.

Marqués de Varela de San Fernando

Este marquesado fue creado en honor de José Enrique Varela Iglesias. El general se sumó a la sublevación tras ser liberado de la cárcel por las tropas de Franco. Durante el conflicto destacó por orquestar la conquista de Cádiz y por participar en los frentes de Sevilla, Córdoba, Málaga, Antequera, Toledo, Madrid, Brunete, Teruel y Ebro. Tras la Guerra Civil fue considerado un héroe por haber liberado el Alcázar. Además, mantuvo una relación cercana con el dictador.

Marqués de Saliquet

El 1 de abril de 1950, Franco creó este título nobiliario en honor de Andrés Saliquet Zumeta . El que fuera el ‘hijo adoptivo’ de Granada nació en Barcelona en 1877. Como Dávila, participó en las guerras libradas por España en Cuba y África . Décadas después, fue uno de los hombres que formaron el núcleo duro del levantamiento. De hecho, logró sublevar la plaza de Valladolid. Ya iniciada la Guerra Civil fue uno de los miembros de la Junta de Defesa Nacional que designó al futuro dictador como Generalísimo.

Su hoja de servicios a las órdenes de los sublevados fue más que extensa. Así, fue por ejemplo jefe del Ejército del Centro y lideró la toma de Madrid con medio millón de hombres a su servicio. En 1943, sin embargo, formó parte del grupo de oficiales que dirigió una carta al jefe de Estado pidiendo que volviera la monarquía . A pesar de ello, fue uno de los gerifaltes más cercanos al poder durante los años posteriores a la contienda. Así lo demuestra el que, siete años después, recibiera el honor que hoy se quiere suprimir.

Conde del Alcázar de Toledo, con grandeza

El 18 de julio de 1948, Franco también creó el condado del Alcázar de Toledo en honor de José Moscardó e Ituarte . La razón es sencilla: los 70 días que resistió en este enclave junto a un puñado de guardias civiles y sus familias en espera de refuerzos. Su leyenda llegó incluso a la Alemania del Tercer Reich. «En la prensa germana siempre aparecía como ‘la leyenda’, ‘el hombre hecho mito’, ‘el defensor’… Buscaban crear un halo de misticismo a su alrededor y le tenían mucho cariño. Entre otras cosas, porque sabía hablar alemán y podía charlar con las grandes autoridades nazis que visitaban España. En el 50 cumpleaños de Hitler presidió la comisión española que viajó al Reich y casi le robó el protagonismo», afirma a ABC el periodista e investigador Francisco José Rodríguez de Gaspar , autor de 'Otto Skorzeny. El nazi más peligroso en la España de Franco'.

Primo de Rivera

Duque de Primo de Rivera, con grandeza de España

Poco hay que decir sobre el título concedido en 1948 a una figura tan conocida. José Antonio Primo de Rivera fue un personaje controvertido desde el mismo instante en el que dio sus primeros pasos en la política. Efusivo, fervoroso y decidido, fue siempre un defensor de que la Falange (fundada por él en época de la Segunda República ) debía llegar al poder mediante puños y pistolas.

Con esta máxima en la cabeza, azuzó a sus seguidores para que prendieran la chispa de la violencia en las calles. En 1934 ganó notoriedad cuando, tras la fusión con algunos grupos minoritarios, formó la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE y de las JONS). Poco después puso la organización al servicio del Ejército para dar la puntilla al Gobierno. El golpe de Estado le pilló en la cárcel, donde había ido a parar tras ser arrestado. Después de un juicio, fue fusilado el 20 de noviembre de 1936.

Conde del Jarama

Su receptor fue Joaquín García-Morato , Amigos y enemigos, o más bien colegas y adversarios, siempre le recordaron por el lema que le acompañaba a la batalla: «¡Suerte, vista y al toro!». Porque, para el ‘as’ más destacado del autodenominado Bando Nacional con 40 derribos sobre su Fiat CR-32 (el famoso ‘Chirri’), esas eran las tres piezas del puzzle que hacían falta para escapar con vida de una buena pelea. Algo de fortuna, una buena agudeza visual capaz de detectar a los republicanos entre la bruma y, por último, los arrestos del torero que se enfrenta, sin más armas que su capote, al morlaco de turno a porta gayola. Murió el 4 de abril de 1939, durante una exhibición aérea.

Duque de Calvo Sotelo, con Grandeza de España

Igual de conocido que el fundador de Falange fue José Calvo Sotelo , a quién le fue concedido este título nobiliario en 1948. Nacido en Madrid en 1893, este político monárquico destacó por su dilatada carrera en una España por entonces más que convulsa. Abogado del Estado, fue un miembro de la administración durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera . Se le podría considerar un estadista. No en vano ostentó en 1925 el cargo de ministro de Hacienda y, poco después, fue ascendido hasta la presidencia del Banco Central.

Aunque fue en julio del 36 cuando se hizo famoso. Tras el asesinato del coronel Castillo, de la Guardia de Asalto, la izquierda respondió con la detención masiva de falangistas y la muerte de nuestro protagonista, que abogaba por el regreso de la monarquía. «Una camioneta […] había ido a detener a Calvo Sotelo, a su domicilio. Iban a llevarlo a la Dirección General de Seguridad, pero en el camino uno de los acompañantes había disparado a quemarropa sobre él, matándolo», explicó en sus memorias el general Manuel Tagüeña . El resultado es el que todos conocemos: el inicio de la Guerra Civil.

Duque de Mola, con Grandeza de España

El ducado de Mola fue entregado a título póstumo en 1948 en honor de Emilio Mola Vidal . Este general fue, en palabras de historiadores como Roberto Muñoz Bolaños, el organizador de la conspiración militar de 1936. No en vano era conocido como ‘El director’. Tras la muerte de Sanjurjo en un accidente de avión, historiadores como Paul Preston inciden en que era el único que podía hacer sombra a Franco. Eso tensó su relación. El 3 de junio de 1937 el avión en el que viajaba se estrelló y falleció.

Queipo de Llano

Marqués de Queipo de Llano

Este marquesado recibe su nombre del controvertido general Gonzalo Queipo de Llano. Los historiadores coinciden en que el oficial fue clave para que la sublevación no se diluyera en parte de Andalucía. Y no solo por sus dotes militares. Según afirman Inmaculada Gómez y Francisco García en el dossier ‘El efecto de la propaganda de guerra en prensa y radio sobre la población malagueña’, su gran aportación al golpe fueron las más de 600 charlas que dio en Unión Radio Sevilla. Durante las primeras semanas de la contienda, el militar compareció todos los días en tres ocasiones. Después redujo esta cifra a una.

No tardó en ganarse el apodo de ‘ El borracho de Sevilla ’ por su característica voz, pero la verdad es que aquella fama poco tenía de realidad. Lo que sí es palpable es la brutalidad de sus discursos. «Yo os autorizo, bajo mi responsabilidad, a matar como un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción sobre vosotros», insistió el 23 de julio de 1936 dirigiéndose a los sublevados. Fue la menor de sus barbaridades. Jornada tras jornada tildó a Dolores Ibárruri de furcia y a Prieto de cacique con sobrepeso.

Marqués de Alborán

Francisco Moreno Fernández fue el militar honrado con este título nobiliario. Nacido en 1883, se unió a los sublevados cuando estalló el golpe de Estado. Jefe de la Flota Nacional, destacó en la batalla del Cabo Espartel. Un año después ascendió a vicealmirante y fue nombrado jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire del Bloqueo del Mediterráneo.

Conde de Benjumea

Creado por Franco el 18 de julio de 1951 a favor de Joaquín Benjumea Burín , un ingeniero de minas y político de Sevilla que, al estallar la Guerra Civil, fue nombrado presidente de dicha Diputación. Ocupó este cargo entre diciembre de 1936 y diciembre de 1940, que simultaneó con otros puestos importantes como el de jefe del Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones, alcalde de Sevilla y director del Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional. En agosto de 1939, el Caudillo lo eligió para formar parte de su segundo Gobierno. Fue nombrado ministro de Agricultura y asumió con carácter interino la cartera de Trabajo. Dirigió ambos hasta mayo de 1941, cuando se hizo cargo del Ministerio de Hacienda, al frente del cual estuvo una década. Fue gobernador del Banco de España desde 1951 hasta su muerte en 1963.

Marquesado de Somosierra

Fue creado por Franco el 1 de abril de 1952, a título póstumo, a favor de Francisco García-Escámez Iniesta (Cádiz, 1893 - Santa Cruz de Tenerife, 1951). Había mandado una columna de mil hombres, compuesta principalmente por voluntarios falangistas y requetés, nada más comenzar la guerra. En el camino desde Pamplona a Madrid, que había resistido a la sublevación, ocupó Logroño, pasó a Soria, llegó hasta las proximidades de Guadalajara, conquistó Sigüenza y fue un apoyo importante en las batallas del Jarama y el Ebro. Toda aquella actividad frenética le hizo merecedor del ascenso a general de brigada en 1938 y a general de división poco después.

Con la victoria de Franco, fue nombrado gobernador militar de Barcelona, en primer lugar; de Sevilla, en segundo, y capitán general de las Islas Canarias, en tercero. En aquel emplazamiento contribuyó al desarrollo económico, social y cultural del archipiélago en los duros años de la posguerra.

Grandeza de España para el conde de Rodezno

Tomás Domínguez Arévalo (Madrid, 1882 - Villafranca, Navarra, 1952), más conocido como conde de Rodezno, entre otros títulos nobiliarios, fue el encargado de pactar con el general Mola la participación del carlismo en la sublevación contra al República. Fue uno de los principales protagonistas de las negociaciones que unificaron la Falange y el Tradicionalismo. En 1938, forma parte del primer Gobierno de Franco como ministro de Justicia, a pesar de que siguiera fiel a los carlistas. Durante el tiempo que estuvo al mando de dicha cartera, derogó toda la legislación de la Segunda República, reintegró en sus puestos a los antiguos jueces y puso las bases de la dictadura franquista, entre otras cosas. Tras esta importante tarea para la recién instaurada dictadura, fue cesado en septiembre de 1939, para ser nombrado vicepresidente de la Diputación de Navarra. El Caudillo le nombró grande de España poco después de su muerte.

Marqués de San Leonardo de Yagüe

Juan Yagüe

Juan Yagüe (San Leonardo, Soria, 1891 - Burgos, 1952) fue uno de los militares más controvertidos de la Guerra Civil, quizá el mejor táctico, al protagonizar episodios importantes en el avance sobre Madrid y en la batalla del Ebro, entre otras significativas intervenciones a favor de los sublevados. Franco le concedió por ellos el marquesado el 22 de octubre de 1952, con carácter póstumo. «Desde las brillantes acciones en África con la Legión y los Regulares, hasta los resonantes triunfos logrados al frente del Cuerpo de Ejército Marroquí durante nuestra Gloriosa Cruzada, y la obra constructiva de paz desarrollada en la Sexta Región Militar, su vida es un ejemplo constante de las más preciadas virtudes militares y civiles de valor, lealtad y amor a España», podía leerse en el BOE en esa fecha. El general jugó un importante papel durante el golpe de Estado y, también, al mando de la columna que ocupó Extremadura, una región en la que siempre le ha perseguido la sombra de la represión contra los republicanos. Tras la guerra, fue nombrado ministro del Aire y, posteriormente, capitán general de la VI Región Militar, en Burgos.

Marqués de Vigón

Creado por Franco el 18 de julio de 1955, con carácter póstumo, a favor del general Juan Vigón Suerodíaz (Colunga, Asturias, 1880 - Madrid, 1955). A pesar de ser católico y monárquico, y de haber sido elegido por Alfonso XIII para educar a sus hijos hasta el exilio del Rey con la Segunda República, durante la guerra formó parte del primer Gobierno franquista y desempeñó una decisiva tarea como jefe del Estado Mayor del general Dávila o del general Franco. Su mayor contribución, sin embargo, la realizó en 1953, cuando se convirtió en el verdadero protagonista de que España dejara de estar aislada en la escena internacional, tras los años de autarquía, en la firma de los acuerdos con la Iglesia Católica (‘Concordato entre el Estado Español y la Santa Sede’) y con Estados Unidos. Son los conocidos como ‘Pactos de Madrid’, en cuya conversaciones participó cuando tenía 73 años y una consolidada carrera.

Conde de Fenosa

Creado en 1955 a favor de Pedro Barrié de la Maza (La Coruña, 1888 - ibídem, 1971) para premiar «su inteligente laboriosidad, su constante iniciativa creadora de riqueza, desarrollada principalmente en la región gallega, y por su generosidad, impregnada de sentimiento cristiano». Fue un importante empresario español y financiero que da nombre a una de las principales avenidas de su ciudad natal. Durante la Guerra Civil, promovió la adquisición mediante una suscripción popular del Pazo de Meirás, que había pertenecido a la novelista Emilia Pardo Bazán, que se convirtió en la residencia veraniega de Franco durante décadas. Al finalizar la contienda, dirigió el principal banco de Galicia (Banco Pastor), creó la empresa de electricidad FENOSA y presidió los Astilleros ASTANO de Ferrol y la Junta de Obras del Puerto de La Coruña.

Conde de la Cierva

Juan de la Cierve, en 1930

El título nobiliario fue otorgado a Juan de la Cierva (Murcia, 1895 - Croydon, 1936) por Franco a título póstumo, en 1954, casi dos décadas después de fallecer al estrellarse su avión en el aeropuerto del municipio londinense de Croydon durante el despegue de un vuelo regular hacia Ámsterdam. Aunque murió pocos meses después de comenzar la guerra, a este ingeniero de caminos, canales ya le acusó el Gobierno socialista este año de formar parte desde Londres, donde estaba afincado, de «un pequeño grupo de conspiradores monárquicos, británicos y españoles, contra la República, que tuvo gran influencia entre los círculos de derecha», así como de haber sido «uno de los agentes de Mola para obtener armamento sorteando los escollos de la política franco-británica de no intervención». «España tiene sobrados motivos para enorgullecerse del inventor del autogiro; extraordinaria personalidad científica, esforzado paladín de la técnica e insigne patriota, continuador de una estirpe que prestó grandes servicios a la Nación», explicaba el BOE.

Conde del Castillo de la Mota

Es uno de los pocos títulos que Franco concedió a una mujer. En este caso a la fundadora y delegada nacional de la Sección Femenina de la Falange, Pilar Primo de Rivera (Madrid, 1907 - Madrid 1991), en 1960. Era la hermana de José Antonio Primo de Rivera e hija del dictador Miguel Primo de Rivera. Tras la guerra se convirtió en una de las personalidades más conocidas y respetadas del régimen, por estar al frente de la única organización de masas para mujeres que existió durante la dictadura. Curiosamente, en la primavera de 1941, ella y su hermano Miguel le escribieron una carta al Caudillo para protestar porque la Falange no tenía el poder que, según ellos, se merecía. Ambos llegaron a amenazar con su dimisión si no se resolvía este agravio, pero nada ocurrió en este sentido.

Marqués de Suanzes

Juan Antonio Suanzes (Ferrol, 1891 - Madrid, 1977) fue el primer marqués de este título nobiliario que le entregó Franco a él y a sus herederos en 1960. Este militar y político fue un pilar importante en la industria de la dictadura. De hecho, fue ministro de esta cartera en dos ocasiones (1938-1939 y 1945-1951) y creó el Instituto Nacional de Industria en 1941, del que fue presidente hasta su dimisión voluntaria en 1963. Fue también presidente del Comité Español de la Conferencia Mundial de la Energía y, en 1955, creó igualmente la Escuela de Organización Industrial, además de estar en posesión de numerosas condecoraciones y títulos.

Marqués de Kindelán

Alfredo Kindelan

El marquesado de Alfredo Kindelan (Santiago de Cuba, 1879 - Madrid, 1962) fue creado por Franco en 1961 a pesar de los enfrentamientos que tuvo con este conocido pionero de la aviación española. Fue el primer jefe, en 1913, de la rama de Aviación del Servicio de Aeronáutica Militar y responsable de la fuerza aérea del bando franquista durante la guerra. Sin embargo, al comienzo de la dictadura, tuvo claro que el poder civil y militar acumulado por el jefe de Estado con su ayuda debía haber acabado al terminar la contienda para dar paso a Don Juan de Borbón y la monarquía. «Podías sentir el vértigo en él por todo aquello. Como los escaladores que han subido más de lo que pueden, se sentía mareado por haber alcanzado aquella altura con unas habilidades limitadas», llegó a decir. El dictador se resistió y terminó por arrestarle, humillarle y apartarle poco a poco de sus funciones importantes. Fue nombrado capitán general de Baleares con el único fin de quitárselo de encima y, después, director de la Escuela Superior del Ejército, donde permaneció hasta su retiro.

El Condado de Pallasar

El Condado de Pallasar se le otorgó con carácter póstumo el 1 de octubre de 1961 al teniente general Joaquín García-Pallasar, que durante la Guerra Civil se encargó de la jefatura de Artillería del Cuartel General y se dedicó a la fabricación de material militar. Concluido el conflicto, fue nombrado director general de Industria y Material del Ejército hasta 1942. Tras su muerte se le concedió el título nobiliario por «la gran obra desarrollada por nuestra industria militar durante la Cruzada que satisfaciendo las necesidades de nuestros Ejércitos hizo posible la Victoria». Joaquín García-Pallasar (1877-1960) fue I conde de Pallasar; su hija​ Isabel García-Pallasar Zerolo (-2011), la II condesa de Pallasar; y la hija de esta,​ Isabel Jaraiz García-Pallasar, es hoy la III condesa de Pallasar.

Marqués de Casa Cervera

Juan Cervera Valderrama

El Marquesado de Casa Cervera, que en ocasiones se confunde con el marquesado de Cervera de tiempos de Carlos III, es un título nobiliario español creado por Francisco Franco el 1 de octubre de 1961, con carácter póstumo, a favor de Juan Cervera Valderrama, almirante de la Armada y Jefe de Estado Mayor de la Marina durante la Guerra Civil. Este marino fue un sobrino de Pascual Cervera y Topete, célebre por su participación en la Guerra de Cuba, que se unió al principio de la Guerra Civil al bando liderado por Franco. Fue inhumado en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz) el 30 de abril de 1962. Su hijo Pascual Cervera y Cervera (1899-1981) recibió el título de II marqués de Casa Cervera; su nieto Pascual Cervera y Govantes (1932-2001), fue el III marqués​; y el biznieto Pascual Cervera y Burgos (1961-), IV marqués de la casa.

El Conde de Martín Moreno

El general de división Francisco Martín Moreno falleció en 1941 y, veinte años después, Franco le nombró a título póstumo conde de Martín-Moreno por su labor en la Jefatura del Estado Mayor del Ejército. El toledano había tomado parte en las campañas de África y cuando se produjo el golpe de Estado de 1936 desempeñaba la jefatura en Marruecos. Una vez concluida la guerra, Martín Moreno se posicionó entre el grupo de generales anglófilos que abogaban por la neutralidad de España en la Segunda Guerra Mundial . Le sucedió en el título de conde su nieto paterno, Francisco José Martín-Moreno y González, doctor ingeniero industrial. Su hijo primogénito Francisco José Martín-Moreno Carnero es el III conde de Martín Moreno. Este último es un ingeniero industrial que ha pasado por FCC y el Santander.

Marqués de Bilbao Eguía

Este título fue concedido por Franco a Esteban de Bilbao Eguía (1879-1970), un político carlista vasco, diputado a Cortes durante la Restauración, la Segunda República y el franquismo, así como Ministro de Justicia entre 1939 y 1943. Cuando estalló la Guerra Civil cayó prisionero, pero Franco gestionó su intercambio por el alcalde de Bilbao, el socialista Ercoreca. Desde ese momento, Esteban de Bilbao se incorporó a los gobiernos franquistas y fue considerado como uno de los «hombres fuertes del Régimen». Algunos biógrafos dicen que su influencia fue similar a la de Serrano Súñer y se le considera inventor del lema «Franco, caudillo de España por la gracia de Dios» . Al morir sin descendencia, le sucedió en 1972 su hermano Hilario Bilbao Eguía como II marqués de Bilbao Eguía. A este le siguió también un sobrino:​ el ingeniero industrial Jesús María Hilario Bermejillo y Bilbao (1923-2010). Su segundo hijo varón, Francisco Javier Bermejillo Jentoft, es el actual IV marqués de Bilbao Eguía.

Grandeza para Suárez de Tangil y de Angulo

De orígenes ya de por sí aristocráticos, Fernando Suárez de Tangil y Angulo fue II marqués de Covarrubias de Leyva y IV conde de Vallellano (por su matrimonio). Este político ejerció como alcalde de Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera y ministro de Obras Públicas durante el franquismo. Durante la Segunda República, fue vicepresidente de las Cortes y tras el asesinato de José Calvo Sotelo se convirtió en uno de los portavoces más destacados de los monárquicos. Al corriente de la inminencia de la sublevación, Vallellano se trasladó a Portugal y solo regresó para dirigir la Cruz Roja franquista durante el conflicto. Tras ejercer varios cargos de importancia, el dictador le otorgó como recompensa la Grandeza de España a título póstumo en 1964.

Conde de Bau

Joaquín Bau Nolla.

Joaquín Bau Nolla fue un abogado, comerciante y político tradicionalista que se internó en política desde muy joven. Durante la Dictadura de Primo de Rivera, fue alcalde de Tortosa acercándose a los postulados alfonsinos. Durante la Segunda República, fue elegido diputado por la provincia de Tarragona y se mantuvo en buenas relaciones con José Calvo Sotelo, a pesar de sus simpatías carlistas. Durante la Guerra Civil, ejerció de presidente de la Comisión de Industria, Comercio y Abastecimientos. Ocupó diversos cargos durante el Franquismo, de cuyas cortes fue procurador entre 1958 y 1971. Entre los muchos reconocimientos que recibió, fue miembro de la Academia de la Historia, hijo predilecto de Tortosa y I conde de Bau, título que recibió dos días antes de su muerte. Le siguieron al frente del condado su hijo Joaquín Bau Carpí (1921-1998), II conde de Bau, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y gran-cruz de la Orden del Mérito Civil; y el hijo de este, el arquitecto Joaquín Bau Miquel (1948-), III conde de Bau.

Duque de Carrero Blanco, con grandeza

El ducado de Carrero Blanco con grandeza de España fue un título nobiliario que Francisco Franco otorgó el 21 de diciembre de 1973, con carácter póstumo, en favor de Luis Carrero Blanco al día siguiente de su asesinao por ETA. El almirante, calificado como «la eminencia gris del régimen de Franco» por el historiador Javier Tusell Gómez , se ganó el favor del dictador por sus acciones navales durante la Guerra Civil y procuró, desde su falta de adscripción a una familia ideológica, limitar la influencia de los falangistas, promover la modernización económica y administrativa del Estado y apoyar la sucesión monárquica del régimen. Su muerte a manos de ETA impidió saber cuál hubiera sido su papel en los años posteriores al Franquismo. Le sucedió su hijo Luis Carrero-Blanco y Pichot (1930-2019) como II duque de Carrero Blanco, y hoy ostenta la cabeza del ducado el nieto del almirante, Luis Carrero-Blanco Martín-Artajo .

Señorío de Meirás, con grandeza España

Días después de la muerte de Franco, el Rey Juan Carlos creó el título nobiliario del señorío de Meirás con grandeza de España y carácter personal a favor de María del Carmen Polo y Martínez-Valdés. Estaba previsto que la única titular fuera la viuda de Franco, de manera que cuando falleció, el 6 de febrero de 1988, el título desapareció. Sin embargo, fue reclamado inesperadamente por Francisco Franco y Martínez-Bordiú, nieto de la anterior titular, y al no reclamarlo nadie de la familia que tuviese más derecho que él, un mes más tarde el Rey firmó un decreto para que el nieto mayor de Franco fuese nuevo titular del señorío, cuyo nombre proviene del Pazo de Meirás , en Sada, en la provincia de La Coruña, que la familia Franco tenía como residencia privada.

Duque de Franco, con grandeza de España

En la misma fecha que se creó el señorío de Meirás, el Rey Juan Carlos otorgó el ducado de Franco con grandeza de España a María del Carmen Franco y Polo, hija del dictador, por entonces marquesa consorte de Villaverde «en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren». A la muerte de la primera titular el 29 de diciembre del 2017, se abrió un período para que sus herederos reclamasen el título, siendo Carmen Martínez-Bordiú quien logró heredarlo, a pesar del interés de otros familiares por él.

Carlos Arias Navarro.

Marqués de Arias Navarro, con grandeza

El marquesado de Arias Navarro con grandeza de España fue un título concedido en 1976 por el Rey Juan Carlos I ​ a favor de Carlos Arias Navarro no por sus acciones durante el Franquismo, sino como «presidente del Gobierno en los momentos de la Transición y el primero de la Monarquía, teniendo en cuenta el patriotismo, abnegación, tacto y prudencia que ha puesto en su delicada gestión...». Antes de esa fecha, este notario y fiscal fue gobernador civil de León, Tenerife (1952-1954) y Navarra (1954-1957); alcalde de Madrid (1965-1973) y ministro de la Gobernación (1973). El encargado de anunciar públicamente la muerte de Franco fue la cabeza más visible de la corriente que pedía la continuidad del régimen y una apertura apenas leve en la Transición. Le sucedió como marqués su sobrino Miguel Ángel Arias-Navarro y Villegas.

Conde de Rodríguez de Valcárcel

El condado de Rodríguez de Valcárcel creado con carácter póstumo por el Rey Juan Carlos I de España, el 5 de enero de 1977, buscó, como en el caso de Arias-Navarro, recompensar a un abogado del Estado no por su labor durante el Franquismo, sino en los primeros años tras el regreso de la Monarquía. Su primer titular fue Alejandro Rodríguez de Valcárcel y Nebreda, miembro de Falange cuando se produjo el estallido de la Guerra Civil y gobernador civil de varias provincias durante el Franquismo. Tras la muerte del dictador ejerció las funciones de jefe de Estado, entre el 20 y el 22 de noviembre de 1975, como presidente del Consejo de Regencia encargado del traspaso de poderes. Falleció poco después en el Hospital de La Paz de Madrid, donde había acudido por una revisión rutinaria, aquejado de una afección cardiaca. Le sucedió su sobrino Carlos María Rodríguez de Valcárcel y de Ribed, XI conde de Alba Real y II conde de Rodríguez de Valcárcel .

Conde de Iturmendi

Este título nobiliario español fue creado por Don Juan Carlos I, en 1977, a favor de Rita Gómez Nales, viuda de Antonio Iturmendi Bañales (Baracaldo, 1903 - Madrid, 1976), un reconocido político carlista que desempeñó importantes cargos en el régimen franquista. Su carrera política comenzó al final de la Guerra Civil, ejerciendo de gobernador civil en las provincias de Tarragona y Zaragoza. Después fue subsecretario del Ministerio de la Gobernación, ministro de Justicia entre 1951 y 1965 y presidente de las Cortes entre 1965 y 1969. Fue él quien tomó juramento al Rey como sucesor del jefe de Estado en 1969.

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