Brécourt Manor

La operación perfecta de los paracaidistas más letales del Día D que aún estudian los generales americanos

La conquista de la posición, cercana a la playa de Utah, es uno de los pilares sobre los que la Asociación Arhem ha erigido 'Normandía 44', una recreación histórica que se celebrará los días 10, 11 y 12 de junio en Belmonte

Sergio García-Navas Menor
Manuel P. Villatoro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Eran pocos, pero eficientes. El 6 de junio de 1944 , una minúscula unidad de la compañía Easy de la 101ª División Aerotransportada avanzó en silencio hasta una posición fortificada cerca del caserío de Brécourt Manor , al oeste de la costa de Normandía. Cuatro colosales cañones defendidos por medio centenar de alemanes y ametralladoras MG-42; un verdadero fortín de trincheras ideado para hacer fuego sobre la playa de Utah y aniquilar a los soldados Aliados que desembarcarían durante el Día D. Era todo o nada. De ellos, ubicados tras las líneas enemigas, dependía que sus compañeros no murieran a cientos. Demasiada responsabilidad para una veintena de soldados de élite.

La Easy, al mando de Richard Winters (protagonista de la famosa serie 'Hermanos de sangre'), logró su objetivo sin apenas bajas. Cuatro muertos y seis heridos a cambio de salvar el flanco oeste del Día D . La misión, casi perfecta, todavía se analiza en la academia de West Point . Allí se estudia como el ejemplo perfecto de como una pequeña unidad puede acabar con un enemigo muy superior posicionado en un entramado de trincheras. Por desgracia, esta batalla ha pasado de puntillas por la historia. Es por eso que será uno de los 'displays' que la Asociación histórico-cultural Arhem ha levantado para su próxima recreación histórica, 'Normandía 44', que se celebrará los días 10, 11 y 12 de junio en Silviella (Belmonte de Miranda, Asturias).

[PUEDE LEER CÓMO SE DESARROLLÓ LA BATALLA DE BRÉCOURT MANOR AL FINAL DEL REPORTAJE]

Vivir el Día D

Arhem vuelve a zambullirse en uno de los eventos que marcaron el devenir de la Segunda Guerra Mundial . ' Normandía 44 ' se ha convertido ya en un clásico de la recreación que ni la pandemia ha logrado detener. El año pasado, a golpe de prevención y mascarillas, el evento salió adelante. Y con un éxito apabullante. «Vinieron unas mil quinientas personas. Estamos seguros de que esta vez serán más», afirma Alejandro Casal, miembro del grupo, a ABC. El germen se halla en 2010, cuando comenzaron su aventura en Castropol. Desde entonces, y con algún que otro impás, han replicado aquello de una u otra forma.

La de 2022, en Silviella (Belmonte de Miranda, Asturias), promete nuevas sorpresas y convertirse en un viaje en el tiempo a aquellos días de junio de 1944. «Seremos entre ochenta y un centenar de recreadores», desvela. Y no solo del norte, sino de todo el país. «Vendrá una asociación de Italia con mucho material: un cañón, un kubelwagen...». No serán los únicos vehículos. Los asistentes podrán disfrutar de un Sd.Kfz. –el transporte universal de orugas del Tercer Reich –, un M8 Greyhound norteamericano –blindado destinado al reconocimiento–, los ya clásicos jeeps Willys y una motocicleta con sidecar teutona.

ARHEM

El plato fuerte serán una serie de 'displays' que el grupo ha preparado desde hace semanas: zonas con maquetas y representaciones del Día D. «En ellos explicaremos desde la operación de desembarco, hasta las zonas de salto de las divisiones aerotransportadas el 6 de junio», desvela. Uno de los platos fuertes será, precisamente, el que representará el asalto a la batería de Brécourt Manor, entre las operaciones mejor efectuadas de toda la jornada. Silviella, en definitiva, se trasformará en Francia durante tres jornadas. «Hemos excavado trincheras, fabricado alambre de espino falso y una asociación amiga traerá un hospital militar de época».

La guinda del pastel, además de los puestos de venta de militaria y 'stands' varios, serán dos grandes representaciones de combates. Porque el Día D no sería nada sin las luchas calle a calle y erizo checo a erizo checo. «Este año hemos dado un paso más y contamos con la ayuda de una empresa profesional de pirotecnia que simulará los bombardeos», sentencia. Las granadas de humo serán obligadas, y las réplicas de armas de época, necesarias para dar ambiente. Y, por descontado, habrá algún guiño que otro a 'Salvar al soldado Ryan ', una de las películas que, en palabras de Casal, «ayudaron a extender en España el interés por la Segunda Guerra Mundial».

Pero la clave de todo, esa columna que sustenta la recreación, es la divulgación histórica. «Somos un museo vivo. El público puede acercarse a nosotros, preguntarnos, tocar los uniformes... El desfile de vehículos que haremos hacia el pueblo está abierto a todos. La idea es que todo el mundo pueda subirse a ellos y disfrutarlos, ver cómo eran por dentro», añade. La segunda premisa de Arhem es el realismo; hasta el idioma es importante. «En las recreaciones de batallas las órdenes las daremos en alemán e inglés». Hay que meterse en el papel y llevar al público hasta 1944.

Recreadores de Arhem, en la pasada edición de 'Normandía 44' ARHEM

Y para eso vale cualquier truco de trilero. «Un ejemplo es la Musette, la mochila que portaban los paracaidistas en el desembarco. Como las réplicas que venden son muy claras, las metemos en agua con té negro para oscurecerlas». También se valen de vaselina para untar los uniformes o de bolsas de pan para evocar aquellas que les repartieron antes de subirse a los aviones a los paracaidistas. «Las bolsas de vómito se inventaron en la Segunda Guerra Mundial. Querían evitar que los combatientes devolvieran la comida en los uniformes y pudiesen luchar limpios», sentencian. Curiosidades que, por desgracia, suelen obviarse.

Arhem –Asociación de Recreación Histórica y Estudios Militares– cumplirá quince años en breve. «Somos un grupo de amigos con un interés en común: la historia». Aunque su evento más destacado es –y ha sido– 'Normandía 44', cuentan también con miembros que dan vida a las legiones romanas , al mítico Séptimo de Caballería o a los soldados norteamericanos que combatieron en Vietnam. Empezaron en un momento en el que la recreación daba sus primeros pasos en España, cuando «los uniformes valían de trescientos euros en adelante de segunda mano». Hoy todo ha cambiado, se pueden conseguir piezas más baratas, pero la ilusión es la misma.

Sus miembros están de acuerdo en que la recreación histórica ha tomado consistencia en nuestro país en la última década. La proliferación de eventos les avala. Todos ganan. Los comercios locales, dice, obtienen ingresos gracias a los visitantes que acuden. Ellos divulgan la historia de la Segunda Guerra Mundial (pues no ganan ni un euro con este evento) y el público puede disfrutar y aprender con ellos. «No es lo mismo leerte un libro que verlo y tocarlo. El viernes pasado fuimos a un colegio. Los niños alucinaron cuando nos vieron llegar vestidos de época. Nos preguntaron mil cosas sobre el conflicto», completa.

Batalla perfecta

El asalto se produjo el 6 de junio de 1944. Para entonces Richard 'Dick' Winters ya estaba al mando de la compañía Easy de la 101ª División Aerotransportada debido a que el avión que transportaba a Meehan , su superior, se había estrellado tras ser derribado durante el vuelo. Tras llegar a los alrededores de la playa de Utah, el teniente recibió una orden que pondría a prueba sus capacidades como militar: debía acabar con una batería de cuatro gigantescos cañones de 105 milímetros ubicada cerca del caserío de Brécourt Manor. Silenciar esos monstruos era básico para evitar que los aliados que salían de las barcazas saltaran por los aires.

La serie 'Hermanos de sangre' representó de forma muy acertada el asalto a Brécourt Manor. La misión no se merecía menos ya que fue una auténtica gesta acometida por apenas 13 hombres de la Easy. La posición principal, aquella que debía ser limpiada de alemanes, estaba formada por una trinchera excavada en zig-zag que se ubicada detrás de un gran seto de unos 800 metros de largo. Cada uno de los diferentes pasillos que conformaban esta línea de sacos terreros conectaba cuatro posiciones más grandes en las que descansaban los cañones germanos. Todo este complejo estaba protegido por cuatro ametralladoras MG-42 .

Recreacón de un partido de béisbol por parte de Arhem similar al que se recrea en 'Hermanos de sangre' ARHEM

Winters decidió atacar desde el norte. Su objetivo era atravesar los setos con los paracaidistas, acabar con la MG-42 más cercana y, poco a poco, avanzar a través de la trinchera germana tras aniquilar a los soldados que defendían los cañones. La tarea requeriría de una precisión quirúrgica. El teniente, decidido, dividió a sus fuerzas en dos grupos de asalto. Él lideraría el primero, de cuatro hombres, mientras que Lynn Compton estaría al frente del segundo, formado por cinco paracaidistas. Cada uno de ellos recibiría la protección de una ametralladora servida por dos soldados. Con esas fuerzas debían vencer a entre 50 y 60 enemigos bien posicionados y pertrechados.

A las ocho y media comenzó esta triste fiesta. Del silencio más sepulcral, y por sorpresa, empezaron los disparos de la mano del grupo de Winters. Este ofreció fuego de cobertura a Compton y a sus hombres hasta que estos se hallaron tan cerca de la trinchera como para lanzar varias granadas sobre el enemigo. Según separaron la anilla del explosivo el teniente ordenó avanzar a toda velocidad y tomar posiciones en el interior del parapeto. El movimiento fue perfecto y el primer cañón se tomó sin mayores dificultades. En él tan solo fue herido el soldado ' Popeye ' Wynn , aunque por suerte en el trasero.

Por desgracia, la tranquilidad se acabó en ese momento. Tras descubrirse la operación, la Easy empezó a recibir un fuego intenso de armas ligeras desde el segundo cañón. En los instantes posteriores la ferocidad de los 'paracas' fue tal que tres alemanes huyeron despavoridos. No les sirvió de nada, pues fueron alcanzados por los americanos. Winters acabó con un cuarto teutón con el que se dio de bruces. Todo ello, mientras las balas cortaban el viento y se clavaban en los sacos terreros. 'Tac-tac-tac'. A los alemanes no les dio tiempo ni a posicionar una ametralladora MG en las cercanías. Fueron derribados antes.

Recreadores de Arhem vestidos como los paracaidistas de la 101ª División ARHEM.

Sin tiempo para pensar, Winters ordenó a tres soldados abrir fuego de cobertura desde el primer cañón y avanzó sobre el segundo junto a otros tres paracaidistas entre gritos y disparos. Este movimiento no le causó demasiados dolores de cabeza, pero sí le hizo perder mucha munición. Así que, al conseguir su objetivo, envió un mensajero al puesto de mando para solicitar refuerzos. Sus superiores respondieron al instante y le enviaron ametralladoras para reforzar el ataque. El teniente supo aprovechar su cobertura y cargó de nuevo, aunque esta vez sobre la tercera pieza de artillería. En este caso la acción costó la vida de un soldado de la compañía A, pero permitió al militar hacer seis prisioneros y robar un mapa que revelaba todas las posiciones de la península de Cotentin que disponían de artillería de 105 mm y ametralladoras.

Tras inutilizar los tres primeros cañones con TNT y granadas, tocaba terminar la faena y expulsar a los alemanes de la última posición. Esta fue tomada, no obstante, por un grupo de la Compañía D. Ellos acabaron lo que Winters había empezado. Poco después, tras destruir la pieza de 105 mm, 'Dick' tocó a retirada para evitar que sus hombres fuesen aniquilados por las temibles MG-42. Así terminó una misión que duró apenas tres horas y en la que los americanos tuvieron que lamentar cuatro muertos y seis heridos. Aunque a cambio lograron acabar con 15 enemigos e hicieron prisioneros a otros 12.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación