El fallido intento británico de invadir la bahía de Cádiz que terminó en caos

Las dificultades para los británicos comenzaron antes de iniciarse la batalla: la improvisada preparación del viaje provocó que muchos de sus aparejos e instrumentos fueran de segunda o tercera mano y que las tropas estuvieran mal abastecidas

Cuadro de Zurbarán en el que aparece representado Fernando Girón, gobernador de Cádiz, dando instrucciones a sus subordinados para organizar la defensa de la ciudad, amenazada por la escuadra inglesa que aparece al fondo, en 1625

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Cuando el vizconde de Wimbledon, Edward Cecil , partió hacia Cádiz desde los puertos de Plymouth y Falmouth, en Gran Bretaña, durante la primera semana de octubre de 1625, estaba convencido de que la ciudad andaluza sucumbiría rápidamente con su ataque por sorpresa y le daría el control del estrecho de Gibraltar. La armada al mando de Cecil zarpó de Inglaterra con 90 barcos, de los cuales 30 eran navíos de guerra y el resto transportaban a las tropas para el asalto a tierra: 8.000 británicos y 2.000 veteranos holandeses procedentes de Flandes.

Las dificultades para los británicos comenzaron antes de iniciarse la batalla: la improvisada preparación del viaje provocó que muchos de sus aparejos e instrumentos fueran de segunda o tercera mano y que las tropas estuvieran mal abastecidas. Por si no fuera suficiente, cuatro días después de partir desde Plymouth y Falmouth, a los ingleses les alcanzó un fuerte temporal que provocó la dispersión de sus barcos en el océano y les obligó a congregarse en el cabo de San Vicente el 17 de octubre de 1625.

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