Cifras contra la mentira de Putin: la agonía del ejército ruso desde el imperio del terror de Stalin

Poco tiene que ver el ejército del Kremlin con la llamada 'apisonadora soviética' que emujó a los nazis hasta Berlín despues de la contraofensiva en Stalingrado

Sigue en directo la última hora de la guerra en Ucrania

«La batalla del Donbass ha comenzado»

ABC
Manuel P. Villatoro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El gran oso ruso, como lo llaman los analistas, ha demostrado en Ucrania que es un cachorro al que le quedan algunos años para madurar. Sobre el papel, las cifras del ejército del Kremlin son estremecedoreas: más de tres millones de soldados, doce mil carros de combate y un número estremecedor de piezas de artillería. Sin embargo, la realidad es que poco tienen que ver las fuerzas armadas de Putin –muy superiores, con todo, a la de la mayoría de los países– con la ' apisonadora soviética ' que dirigía Iósif Stalin en la Segunda Guerra Mundial. Esa que empujó a los alemanes hasta Berlín y doblegó a la esvástica de Adolf Hitler.

Apisonadora soviética

Sobre el papel, el Ejército Rojo fue el mayor coloso de la Segunda Guerra Mundial. La producción de armamento de la URSS no se vio reducida ni tan siquiera después del inicio de la Operación Barbarroja , la invasión por parte del Tercer Reich. Como se ha repetido hasta la extenuación en los libros de historia, las fábricas fueron desmanteladas y trasladadas, ladrillo a ladrillo, más allá de los Urales. Entre 1941 y 1943, Iósif Stalin desplazó estos complejos armamentísticos desde Ucrania , Leningrado y otros enclaves en riesgo hasta los alrededores de Siberia. La prioridad siempre fue continuar con la producción de armas, hierro y acero. Solo en el Donets fueron evacuadas 17 de las 64 factorías.

Como bien explica el historiador Martin H. Folly en sus múltiples ensayos sobre el tema, la fabricación de carros de combate y artillería fue primordial; incluso por encima del transporte de alimentos para los civiles y las tropas. «Los esfuerzos se centraron en la producción de armas. Se ignoraron las necesidades de consumo. La producción de alimento fue más difícil de trasladar y la comuda se racionó de forma estricta», afirma el experto en 'Atlas de la IIGM'. A pesar de que la mano de obra quedó reducida de forma drástica en un tercio –entre otras cosas, por la movilización masiva de soldados para detener a Adolf Hitler –, el milagro ruso fue un hecho al final del conflicto.

Los datos recogidos por el historiador Jean López en su documentada 'Historia visual de la Segunda Guerra Mundial' dejan claro que los esfuerzos soviéticos superaron incluso a los norteamericanos. En 1945, la URSS se había convertido en el país que más carros de combate y piezas de artillería había fabricado –105.251 y 516,648 respectivamente, un 38,4% y 47,9% del total–. Estados Unidos, a pesar de no sufrir la guerra en su territorio, tan solo logró sacar de sus fábricas 88.610 tanques y 257.390 cañones –un 32,4% y 23,9% del total ensamblado a lo largo del conflicto–. A cambio, los americanos superaron a Stalin en aeronaves, con 328.000 por 162.000.

Las cifras más exageradas de cañones las explica el cambio de paradigma en la doctrina soviética. Si en los años treinta se apostó por la denominada ' Guerra profunda ', una suerte de avance sobre la retaguardia enemiga con ciertos tintes a la posterior ' Blitzkrieg ', las purgas de Stalin trastocaron todo. El historiador militar David Glantz es partidario de que el Camarada Supremo fomentó la concentración de piezas de artillería, morteros, obuses y armas anticarro en los denominados 'frentes estrechos' para obtener la superioridad sobre el enemigo. El país se especializó tanto en el uso de este tipo de armamento que, todavía hoy, es el que más ha destacado en Ucrania, desde Kiev hasta Mariúpol .

La Unión Soviética, con sus problemas logísticos y sus miles de kilómetros de territorio que defender , apostó también por la evolución tecnológica. El tanque T-34 , un portento por su blindaje inclinado y su cañón de 76 mm., se convirtió a la velocidad del rayo en la columna vertebral de sus divisiones acorazadas. Al final del conflicto, de hecho, se habían ensamblado unos 57.000; más de la mitad del total. Por su parte, los Estados Unidos fabricaron unos 50.000 Sherman M4 , su caballo de batalla de la Segunda Guerra Mundial; un blindado de peores prestaciones –aunque también barato y sencillo de reparar– más adaptado al combate contra infantería.

En lo que respecta a la infantería, la Unión Soviética contaba también con el mayor ejército del mundo cuando resonaron los tambores de guerra. Una vez más, sobre el papel y sin hacer referencia al entrenamiento. Al comenzar la Operación Barbarroja, Stalin disponía de unos cinco millones de combatientes y, al final de la que denominaron la ' Gran Guerra Patria ', habían movilizado un total de treinta millones. Estados Unidos, por su parte, disponía de un millón y medio de hombres cuando Japón bombardeó Pearl Harbour y, cuatro años después, habían pasado por sus filas dieciséis millones. La máxima rusa era conseguir que el Ejército Rojo fuera tres veces mayor que la mayor potencia de la época. Aunque fuera de forma artificial.

Pieza anticarro de 76 mm soviética ABC

¿Cómo es posible, entonces, que la Unión Soviética estuviera a punto de colapsar durante la Operación Barbarroja? La respuesta, explica de forma sucinta, la ofrece el propio Glantz en sus múltiples obras. Además del cambio de doctrina, entre los factores destacan las muchas purgas perpetradas contra el Ejército Rojo por parte de Stalin. Vayan las cifras por delante: entre 1920 y 1930, 47.000 mandos, la mayor parte de ellos con experiencia en combate, fueron expulsados del servicio por su presunto odio al comunismo. Esta medida hizo que, ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, los oficiales rojos fueran ascendidos por necesidad a pesar de ser inexpertos y carecer de experiencia.

Según expertos como el propio Glantz, los ejemplos se cuentan por decenas. El cuerpo de oficiales, que contaba con casi 107.000 miembros en 1936, tuvo que aprobar la promoción de 39.090 ascensos forzados desde el 1 de marzo de 1937 hasta el 1 de marzo de 1938 para asumir las vacantes provocadas por las purgas. La promoción de la Academia del Estado Mayor de 1937 se graduó, de hecho, antes de tiempo para nutrir de mandos al Ejército Rojo . Si a esta locura le sumamos el cambio de paradigma en la doctrina militar y los revolucionarios métodos de hacer la guerra de los nazis –la famosa 'Guerra relámpago'–, tenemos un cóctel idóneo para el desastre y la debacle.

Oso ruso

Desde entonces, el ejército ruso ha intentado emular a su par durante la Segunda Guerra Mundial Al menos, en esas cifras colosales. Pero la realidad es que los números demuestran la decandencia de un contingente que, si bien es todavía un oso con respecto a otras tantas nacionalidades, poco tiene que ver con la apisonadora soviética que empujó a los nazis hasta Berlín. La misma economía señala las costuras del Ministerio de Defensa de Vladimir Putin. En 2020, el país que más dinero dedicó a armamento fue Estados Unidos con 778 mil millones de dólares, seguido por China con 252. Rusia, por su parte, se hallaba en la cuarta posición, con 61,7, apenas por encima de Reino Unido, Arabia Saudí, Alemania y Francia. Y eso, a pesar de su mayor número de población y territorio.

Sobre el papel, el gobierno ruso afirma que cuenta con 3.154.000 soldados. La realidad, en cambio, es que dos millones de ellos son reservistas. Por si fuera poco, sus fuerzas armadas mezclan tropas versadas con unidades de reemplazo. Así, el primer batallón de cada brigada o regimiento está formado por combatientes profesionales, mientras que el resto –el segundo, el tercero...– atesoran una gran cantidad de reservistas. A cambio, los Estados Unidos se vanaglorian de disponer de un ejército de 1.380.000 hombres; todos ellos, dedicados de forma exclusiva a las fuerzas armadas del país y entrados de forma concienzuda. La máxima de Putin es, una vez más, disponer de una masa de militares tres veces mayor que la primera potencia mundial, aunque sea de forma virtual.

Otro tanto sucede con las divisiones acorazadas. Rusia defiende que alberga en sus depósitos hasta 12.270 carros de combate. Olvida señalar, sin embargo, el porcentaje de ellos que han sido heredados de la época soviética –los vetustos T-55 y T-72 , entre otros–, los que están operativos o los que han sido modernizados. A un lado quedan también los modelos T-14 'Armata' , sueños destinados a lucirse en los desfiles del Día de la Victoria. Pero a Putin le vale el oropel para demostrar su potencia al mundo. Al otro lado del Atlántico,Estados Unidos cuenta con la mitad de acorazados operativos, unos 6.300. De ellos, el más destacado es el M1 Abrams .

Ejército soviético en Stalingrado ABC

Los norteamericanos sí superan a Rusia en vehículos blindados –41.200 por 26.830– y aviación –12.930 por 5.500–. Aunque no sucede lo mismo con las piezas de artillería . En este campo, Putin mantiene 18.490 cañones por 4.240 de las barras y las estrellas. Herencia, sin duda, de la doctrina soviética de bombardear hasta los cimientos las ciudades asediadas antes de que la infantería se plantee pisar las calles. Por último, y aunque no existen números oficiales, los norteamericanos han demostrado hallarse a la vanguardia en lo que respecta a nuevas tecnologías como los drones . Sirvan como ejemplo los Switchblade ; pequeños aviones con una carga explosiva dirigidos desde la lejanía y capaces de hacer estallar un carro de combate.

En lo que no ha variado en exceso Rusia es en su doctrina militar. Tal y como afirma a ABC José Luis Hernández Garvi –estudioso de las fuerzas armadas internacionales a lo largo de la historia–, esta es, en esencia, la misma que hace setenta años: «Se basa en aglutinar grandes masas de tanques apoyados con vehículos blindados para superar al enemigo en tromba». Aunque, en sus palabras, eso no implica que Putin no haya sabido adaptarse a los tiempos modernos. Algo de lo que ya dejó constancia el Jefe del Estado Mayor General, Valeri Gerasimov, al hacer referencia a la llamada 'guerra híbrida': «En los conflictos contemporáneos es cada vez más frecuente que se de prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación