¿Amor o agresión? Las mentiras históricas tras el beso más famoso de la Segunda Guerra Mundial

A pesar de la creencia popular, los protagonistas de la instantánea no eran pareja. Además, el marinero declaró años después que iba borracho aquel día y que agarró en contra de su voluntad a la enfermera

El marinero y la enfermera, una de las imágenes más icónicas de la IIGM
Manuel P. Villatoro

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Cuenta la historia oficial que, el 14 de agosto de 1945 , el fotóperiodista Alfred Eisenstaedt se hallaba en la archiconocida Times Square festejando el final de la Segunda Guerra Mundial cuando, al girarse, se topó con una escena inolvidable: un marinero dando un beso a una enfermera. ¿Qué mejor forma de ilustrar el jolgorio que había entonces entre los aliados por el cese de las hostilidades? Raudo, el germano inmortalizó aquel momento en una instantánea que, a la postre, dio la vuelta al mundo.

Esa es, al menos, la versión que ha pasado a los libros de historia. La realidad, sin embargo, podría diferir bastante de ella. Y es que, aunque ya han pasado más de siete décadas desde que terminó la Segunda Guerra Mundial y Eisenstaedt inmortalizó a estos dos curiosos personajes, en la actualidad existen multitud de incógnitas en torno a la imagen. ¿Quién era aquel marinero desgarbado? ¿Fue aquel impulso una forma de acoso que debería haber sido castigada? ¿Fue todo un montaje orquestado para captar una preciosa estampa?

Todas estas cuestiones han vuelto a salir a la luz después de que se haya sabido que el presunto marinero de la fotografía, George Mendosa , falleció el pasado domingo en un centro geriátrico de Middletown , en el estado de Rhode Island, a los 95 años después de sufrir un ataque al corazón. La triste noticia la confirmó la hija del veterano, Sharon Molleur , el martes a un medio local.

Historia oficial

La imagen en cuestión es una de las muchas que tomó Eisenstaedt para « Life Magazine » el 14 de agosto de 1945. Por entonces los medios de comunicación acababan de informar sobre la rendición definitiva de Japón ante los aliados, lo que implicaba el final oficial de la Segunda Guerra Mundial. Tras años de sufrimiento y millones de fallecidos, la población estadounidense salió entonces a la calle para festejar el fin de las hostilidades. « La sociedad se desató », escribió en sus páginas el diario «The Times».

Eisenstaedt vagaba entonces por Times Square con su cámara Leica. Todo parecía habitual cuando, de la nada, vio «algo blanco siendo agarrado». Al menos, así lo escribió en el libro « Eisenstaedt on Eisenstaedt: A Self Portrait » (Abbeville Press, 1985). «Me di la vuelta e hice clic en el preciso momento en el que un marinero besaba a una enfermera. Si ella hubiera estado vestida con un traje oscuro ni me habría dado cuenta», dejó escrito el fotorreportero.

Mentiras varias

Para el mundo, aquel encuentro fue el de dos enamorados que celebraban por todo lo alto el final de la contienda. Pero esta es la primera mentira que se ha extendido en la historia. Y es que, la mujer de la instantánea (Zimmer Friedman ) no conocía de nada a aquel hombre. De hecho, en una entrevista concedida posteriormente afirmó que el chico la agarró de la nada y, contra su voluntad, le dio un beso.

«De repente un marinero me agarró. No fue un beso, fue más un acto de júbilo para celebrar que no tenía que volver a combatir», afirmó. A la postre, también señaló que no pudo evitar que el hombre la estrechara entre sus brazos debido a su fuerza y que «no fue mi elección que me besaran». Estas declaraciones provocaron que, en 2014, la revista «Time» calificara la conducta del soldado de « un acto público de agresión sexual ».

La segunda mentira histórica es la que afirma que Friedman era una enfermera. Nada más lejos de la realidad. Ella misma lo confirmó en una entrevista concedida para el « Proyecto de Historia de los Veteranos » en 2005. En la misma, desveló que trabajaba como auxiliar en una clínica de odontología.

Controversia

A pesar de que actualmente se cree que Mendosa fue el marino de la mítica fotografía, la realidad es que, durante setenta años, once hombres han afirmado ser el protagonista de la instantánea . El fallecido, según el diario «Provicence Journal», nunca pudo convencer a la revista «Life» de ello. Aunque, años después, el escáner de la cara del hombre demostró que los rasgos de su cara coincidían con la del marino.

En este sentido, Lawrence Verria , autor junto a George Galdorisi del libro « The Kissing Sailor » (2012), ha indicado en varios diarios que las evidencias de las investigaciones para determinar si Mendonsa era el marinero de la foto son «abrumadoras». Además, ha señalado que «no hay duda» de ello. En otras declaraciones citadas por la cadena CBS en su web, Veria indicó que las pruebas excluyeron a otros de los que decían ser los protagonistas del beso.

Borracho

Por su parte, Mendosa declaró en varias entrevistas posteriores que, aquel día, había bebido « algunos tragos de más » en un bar antes de dirigirse a Times Squere.

A su vez, confirmó que, mientras se encontraba junto a su novia, vio un uniforme blanco que llamó su atención. «Sentía debilidad por las enfermeras. Fue su uniforme el que me atrajo. Creo que, si esa chica no tuviera puesto el uniforme nunca la habría agarrado ni besado», afirmó en las décadas posteriores.

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