Los 5 combates más épicos de los españoles de la División Azul en el infierno helado de la Segunda Guerra Mundial

Desde el río Voljov hasta la popular contienda de Krasny Bor. Los soldados españoles de Hitler recorrieron buena parte de Rusia para enfrentarse al enemigo hasta que regresaron a España

Manuel P. Villatoro

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Ríos de tinta se han escrito sobre la División Azul , la unidad española de voluntarios que partió hacia Rusia durante la Segunda Guerra Mundial para combatir el comunismo. Villanos para unos y héroes para otros, lo que es cierto es que, a la luz de la historia, estos soldados protagonizaron algunos insólitos sucesos como caminar 1.000 kilómetros en pocas semanas para entrar en batalla. Tras arribar al frente en 1941, estos soldados iniciaron us particular periplo por los campos de batalla soviéticos. Un recorrido que les llevaría a participar, de forma destacada, en cinco frente.

1-El frente del Voljov

El primer frente en el que la División Azul combatió en la Segunda Guerra Mundial fue cerca de un río navegable de más de 200 kilómetros de largo, el Voljov , situado al norte de Rusia. «Al Voljov los españoles llegaron entre los días 10 y 11 de octubre de 1941, y el 12, fiesta de la Hispanidad, entraron en combate. El frío era ya intenso, por debajo de los cero grados centígrados, y el Ejército alemán -y con él la División Azul- carecía de equipo de invierno, en tanto que Hitler había previsto que la campaña rusa iba a estar acabada en unos dos meses», señalaba en 2013 el historiador Xavier Moreno Juliá (autor de «La División Azul: Sangre española en Rusia» ) ABC.

Tras llegar, la División Azul trató de llevar a cabo una serie de pequeñas conquistas al otro lado del río. «Hubo un corto período de ofensiva hispano-alemana con la toma de varias poblaciones de escaso valor, en tanto que no sobrepasaban la catalogación de aldeas. Y llegaron, en su avance hasta tres poblaciones que pasarían a ser fundamentales: Otenski al norte, Possad en el centro, y Posselok , la más oriental, al sur; las tres, cercanas al río Vischera , afluente oriental del Voljov », afirma el experto.

No obstante, esta ofensiva no se extendió mucho y en poco tiempo los rusos iniciaron si propio asalto. «Siguieron cinco semanas de sufrimiento atroz en Possad y Otenski , en tanto que Posselok fue abandonada. Atacadas por la infantería, la artillería y la aviación, las dos poblaciones se convirtieron en tumba abierta de cientos de españoles», explica el historiador.

Al final, el 7 de diciembre el general español al mando de la operación recibió la orden de retirada por parte de los alemanes. No hubo más que decir, la División Azul cruzó la orilla y se apostó para la defensa de sus nuevas posiciones.

2-Muerte en la Segunda Guerra Mundial

Los españoles no tuvieron que esperar mucho para volver a combatir, pues a los pocos días de retirarse de sus posiciones avanzadas fueron atacados por centenares de soldados rusos. «El 27, una posición española ubicada entre las localidades de Udarnik y Lobkovo fue atacada. El pelotón, que estaba al mando de un alférez, fue aniquilado y los cuerpos de sus hombres, clavados en el suelo con picos para romper el hielo», afirma el historiador.

Esta gran derrota fue conocida como la tragedia de la « Posición intermedia ». Sin embargo, los españoles decidieron no dejar este suceso impune y devolvieron el envite de manos del comandante Tomás García Rebull quien, finalmente, casi aniquiló en su totalidad a la fuerza rusa. La venganza se había cumplido para estos militares enviados a la Segunda Guerra Mundial por las bravas.

Por aquel tiempo, las bajas de la División Azul eran ya considerables, pero nada comparables con las del ejército nazi. «El 31 de diciembre de 1941 la División Azul había visto morir a 1.400 de sus hombres, en tanto que el Ejército alemán, desbordado desde hacía ya tres semanas ante Moscú (5 de diciembre, ataque del general Zhukov con reservas siberianas), contaba ya con un cuarto de millón de muertos», explica Juliá.

La División Azul se dirige al frente

3-El cruce del lago helado

Después de resistir los ataques soviéticos, la División Azul protagonizó una de sus acciones más valerosas, la cual consistió en cruzar un lago helado para socorrer a una unidad alemana que estaba siendo «machacada» por fuerzas soviéticas. Concretamente, esta acción se desarrolló en el lago Ilmen (cerca del frente del río Voljov ) del 10 al 21 de enero al mando del español José Manuel Ordás.

«El año 1942 vio el cruce del Lago Ilmen -al sur de las posiciones de la División Azul- por la recientemente creada Compañía de Esquiadores . El lago, completamente helado, fue cruzado a pie, pero con muy mala suerte, pues la trayectoria prevista tuvo que anularse ante las grietas que se abrían ante los españoles», determina el historiador Xavier Moreno Juliá.

Estas dificultades provocaron que tuviera que cambiarse el itinerario inicial por uno más largo. Esto fue letal para las tropas españolas, que tuvieron que soportar una temperatura de nada menos que 52 grados bajo cero. «Finalmente, tras once días de penalidades, los españoles encontraron a los alemanes, que habían podido zafarse del acoso soviético», explica el experto.

Soldados españoles en formación ABC

La acción no fue demasiado satisfactoria para los españoles, que sufrieron 102 bajas por congelación acompañadas de una gran cantidad de heridos. «Poco hubiesen podido hacer para ayudarles (a los alemanes), pues quedaban sólo doce hombres ilesos de un contingente inicial de 240 », sentencia el historiador.

«Esta acción fue aprovechada por el general español Muñoz Grandes para dar publicidad a su División Azul, por medio del envío de un álbum con los telegramas enviados y recibidos durante el cruce del lago. El alto mando alemán quedó impresionado y la noticia llegó a Berlín. A partir de entonces, luchar al lado de los españoles pasó a ser señal de buena suerte para el soldado alemán», explica Juliá. Después de estos envites, Berlín anunció al mundo la victoria en el Voljov.

4-Sitio de Leningrado

Tras el frente del río Vonjov, los españoles fueron enviados hacia Leningrado (una de las principales ciudades rusas) para ayudar a las tropas alemanas a mantener el cerco de la ciudad, sitiada por el ejército nazi. Mediante este asedio, Hitler pretendía que la ciudad muriera de hambre al contar con más de 3.000.000 de ciudadanos.

«El frente de Leningrado , a diferencia del anterior, el del río Voljov, era estático. En un primer momento, había incluso la intención alemana de tomar por asalto la ciudad, por lo que fue llevada la División Azul hasta allí, al objeto de cubrir el flanco suroriental del ataque», sentencia el historiador Xavier Moreno Juliá.

Batalla de Krasny Bor AUGUSTO FERRER-DALMAU

Sin embargo, Hitler tuvo que detener finalmente el sitio de esta ciudad, uno de los más destacados de la Segunda Guerra Mundial. «Tenía que dar prioridad a la batalla que se desarrollaba en el sector sur del frente ruso, en Stalingrado, donde sus tropas comenzaban a tener serias dificultades. De ahí que Leningrado se convirtiese en núcleo de asedio por parte de las tropas alemanas, apoyadas por las españolas. Además, se daba la circunstancia de que aquel nuevo frente era en gran medida urbano, a diferencia del anterior, fundamentalmente rural» explica el historiador.

5-Krasny Bor

Pero, sin duda, la acción más valerosa de la División Azul fue la defensa de la ciudad rusa de Krasni Bor , cerca de Leningrado. «Acaeció el 10 de febrero de 1943. Ese día, 38 batallones soviéticos salieron de Kolpino, el barrio industrial de Leningrado ante el que estaba acantonada la División Azul, apoyados por unos ochenta tanques, unas 150 baterías y un número indeterminado de " organillos de Stalin ", esto es, de lanzadoras de proyectiles», destaca el historiador Xavier Moreno Juliá.

«El embate fue tal, que en menos de veinticuatro horas acabó con la vida de 1.125 españoles, hirió a más de mil y unos noventa se dieron por desaparecidos. Los infantes alemanes, a cuyo mando estaba el general Philipp Kleffel , tardaron casi diez horas en intervenir, una más que su aviación. Tan sólo con los muertos de aquel día, España saldó -e invirtió dieciséis veces- la mortandad en combate de la Legión Cóndor, que sobrepasó en poco la cifra de trescientos hombres», finaliza el experto.

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