J. A. CAÑAS El sonómetro es su herramienta de trabajo más importante, pero no la única. «Mientras medimos los niveles de ruido controlamos las fuentes que lo emite. Luego se elabora un catálogo de ruidos más comunes, la proporción de personas afectadas y niveles medios a diferentes horas del día». Ricardo Hernández, director del Laboratorio de Ingeniería Acústica de la Universidad de Cádiz resume así proceso de creación de un mapa de ruidos. Un documento que se tardará un año en elaborar y que, por ley, debe estar listo antes del 1 de enero de 2012. Es por ello, por lo que a pesar «de la ilusión» que le despierta el proyecto, Hernández no puede evitar cierto nerviosismo. «Antes de que termine este mes me reuniré con los técnicos de Urbanismo para ver cuáles son los planes». De hecho, Hernández desconoce si el Ayuntamiento volverá a contar con el laboratorio para el mapa, tras hacerlo para la 'Zonificación Acústica del PGOU': «Es costoso pero nosotros reiteramos nuestra disposición para realizarlo».