Rocío Carrasco: «Mi hija parecía un ángel y de repente se convertía en un demonio»

La hija de Rocío Jurado ha ido desgranando el proceso de ‘mutación’ de Rocío Flores, de ángel a demonio, fruto -según ella- de la manipulación de su padre

Los brutales once minutos del documental de Rocío Carrasco que nunca veremos

Un cuchillo, patadas, gritos y golpes: así fue la brutal paliza de Rocío Flores a Rocío Carrasco

Rocío Flores TELECINCO

Antonio Albert

«Era como una muñeca: rubia, con el pelo largo y esos ojos azules, tan hermosa. Parecía un ángel. Y de pronto se convertía en un demonio». Así describe Rocío Carrasco a Rocío Flores en un relato en el que la madre pasa de hablar de su hija a referirse a ‘esa niña’ cuando ya siente que la ha perdido. No fue de la noche a la mañana. Fue un proceso lento que se fue acelerando a medida que ‘esa niña’ se hacía mujer . Fue, además, una transformación que vino acompañada de autolesiones, agresiones verbales y físicas que estallaron contra su madre en un episodio que había permanecido oculto hasta ahora para proteger a una menor de edad. Pero Rocío Flores tiene ahora 25 años.

En estas últimas entregas de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, hemos escuchado a una Rocío Carrasco muy contundente con su ex, dejando varios titulares de impacto: «A mí me anuló como madre». «Lo que hizo con Antonio David Flores (hacerle creer que no iría a verle al hospital) me parece tan cruel, tan deleznable, que eso no se le hace a un niño, aunque su madre fuera la tía más perra e hija de pura del mundo». «No tiene cojones y no los ha tenido nunca». «Me da asco. Usa la técnica del espejo ; todo lo que él hace lo proyecta en los otros». «Lo único que ha hecho en su puta vida es machacarlos emocionalmente».

Pero lo que ha calado en el espectador es el relato de una madre que veía cómo iba cambiando el carácter de su hija, su forma de ver a su propia familia (Rocío cuenta que su hija insultaba a su tía, Rosa Benito, cuando la veía salir por televisión), al tiempo que «no se permite para consigo ningún gesto de cariño para conmigo». Primero fueron insultos («puta», «hija de puta», «zorra» ), amenazas (“La próxima vez le pego fuego a la casa contigo dentro”) y, finalmente, agresiones: la primera, con un cuchillo; la segunda, la paliza que la propia Rocío arranca describiendo a cámara («Me cruza la cara de lado a lado») y da paso a un blanco con el que el programa no solo no disimula, sino que recalca el corte de 11 minutos para eliminar los detalles más sórdidos.

Pero todo ese relato muestra una transformación más profunda, el que describe la personalidad con la sangre fría para llevar a cabo toda una supuesta estrategia paterna: el descubrimiento de que la niña tomaba fotos a escondidas de documentos guardados en el despacho, su preparación para la vista oral del juicio para la retirada urgente de la custodia, la llamada desde el coche a su padre con el famoso «Ya está hecho»…

Da todo un poco de miedo, la verdad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación