Raffaella Carrá, la mujer que ningún hombre llevó al altar

El icono italiano que trajo la alegría y revolucionó la televisión

Vídeo: Personalidades y artistas se despiden de Raffaella Carrà EP
Pilar Vidal

Pilar Vidal

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Solo su entorno más cercano sabía que Raffaella Carrá estaba enferma. «Desde hacía tiempo una enfermedad atacaba ese cuerpo suyo tan diminuto y lleno de energía desbordante. Pero no quiso que su sufrimiento se supiese. Que su calvario personal perturbara su brillante recuerdo», explicaba Sergio Japino , expareja y director de todos sus espectáculos. Él fue el encargado de anunciar su fallecimiento ayer lunes por la tarde en Roma. «Raffaella nos ha dejado a los 78 años. Se fue a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre».

Tuvo dos grandes amores: Japino y Gianni Boncompagni pero ni se casó ni tuvo hijos. Su gran familia eran sus sobrinos, amigos y su equipo de colaboradores tanto los de Italia como los de España que lloran su inesperada pérdida. Al público de nuestro país lo cautivó con su provocador vestuario y sus delirantes coreografías. Nos enseñó que la vida era una fiesta fantástica, y que debíamos viajar al sur para hacer bien el amor.

El director de cine y guionista, Juan Luis Iborra , ha llorado al enterarse. «Hace unos meses participó por teléfono en un homenaje que me hicieron en un programa de À Punt radio, me emocioné mucho», recuerda. Tanto él, como el guionista y periodista, Alberto Maeso -al que la noticia le ha pillado en pleno Festival de cine de Alfaz del Pi (Alicante)- eran su familia en Madrid. Maeso hablaba con ella todos los domingos. Le gustaba venir tres o cuatro veces al año y siempre se alojaba en el hotel Eurobuilding y compraba en El Corte Inglés de Nuevos Ministerios.

Rica y generosa

Durante años trabajaron con ella en ‘Hola, Raffaella’ o ‘En casa de Raffaella’ de TVE. Iborra recuerda que en un viaje de vuelta de Valencia en plenas Fallas le dijo que tenían cara de cansados y que no se quejaran que cobraban mucho. «Yo le contesté que muy poco y al día siguiente cuando mi compañera y yo llegamos a la redacción nos llamaron de administración y nos doblaron el sueldo». Si algo destacan todos los que la conocían bien es su generosidad. A lo largo de su carrera amasó una fortuna pero no era derrochadora. Presumía de ser rica y votar a los comunistas. Tenía dos casas preciosas ; una en Roma y otra en Monte Argentario a los pies del mar. A los estudios de Televisión Española llegaba con un camión de panetones para repartir entre todo el equipo incluidas las señoras de la limpieza o corbatas italianas.

Trabajadora incansable llegaba a las nueve de la mañana a la redacción igual que el resto del equipo o se hizo con 70 años una gira de bolos en coche. «Quería empaparse de todo. Decía que de España solo conocía a Lola Flores y Raphael , y quería saber todo de los invitados que venían al programa», explica Iborra. Para Carrá la M-30 era una locura comparada con las carreteras de Roma. Era casi un ritual cenar por la noche con su equipo y si había algo que la volvía loca era el jamón de jabugo. «Tenía que ser bueno. Una vez que nos invitó a Loles León y a mí a su casa de la playa le llevamos un jamón en una bolsa de deporte en el avión. Era el mejor regalo que podías hacerle».

Iborra reconoce que todo lo que sabe de la televisión en directo se lo enseñó ella. No había cosa que le gustara más en un plató que la espontaneidad, el buen humor, la complicidad con la cámara: cuando un invitado respondía, le daba rienda suelta, disfrutando tanto como si fuera una espectadora y no la presentadora.

Fue elegida musa del movimiento LGTBI, y en 2017 recibió el World Pride 2017 en la embajada de Italia en Madrid en una ceremonia íntima, porque no le gustaban las multitudes. Llegó a los 78 años estupenda, practicaba deporte todos los días y se cuidaba mucho. Nunca pasó por el quirófano le daba pánico entrar por unos arreglos estéticos . Todos los tratamientos que se hacía eran naturales. «Las mujeres italianas me tienen una gran simpatía porque no soy una devoradora de hombres: puedes tener atractivo sexual junto con dulzura e ironía, no tienes que ser Rita Hayworth» fueron unas de sus últimas declaraciones públicas. Había elegido a Pedro Almodóvar como invitado para un programa de entrevistas en la televisión italiana que quedó paralizado por la pandemia. En un sótano de Chueca no olvidan la noche que llegó para conocer al DJ que ponía todas sus caciones. La diva Carrá era sencilla pero dejaba huella.

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