Raffaella Carrá, despedida con lágrimas en un funeral seguido por miles de personas

La urna con sus cenizas hará una etapa en el santuario del Padre Pio, un santo del que era devota

Gtres
Ángel Gómez Fuentes

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Roma dio el último adiós a Raffaella Carrá con el funeral celebrado en la iglesia de Santa María de Ara Coeli, en la plaza del Capitolio, con gran emoción y lágrimas en los asistentes al rito religioso: su familia, personajes del espectáculo y numerosos amigos, además de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi , en representación de toda los ciudadanos de la capital, sentada en el primer banco junto a Sergio Japino , que fue compañero sentimental y de trabajo de la artista. Asistieron también el ministro de Cultura, Dario Fraceschini , y varios políticos.

Media docena de coronas de flores en forma de corazón, entre ellas una de rosas amarillas, su color preferido, se colocaron al lado del sencillo féretro de madera natural, y en su cabecera una gran foto de Raffaella junto a bebés, una imagen simbólica de la artista, que no tuvo hijos, pero a la que gustaba decir que tuvo miles gracias al programa 'Amore', con el que hizo que se adoptaran a distancia 150.000 niños. La ceremonia fue seguida por miles de personas, al ser transmitida en directo por la Rai, cuyas imágenes fueron recogidas también por diversos canales y periódicos digitales.

En las primeras palabras de acogida del féretro en el templo, el sacerdote Simone Castaldi , que acompañó durante años a la artista en su camino de fe, resaltó el afecto que han mostrado los italianos por Raffaella: «Es una despedida que pesa, un dolor que se apodera de nosotros; los artistas no saben cuánto bien le hacen a la gente, pero en estos días hemos visto cuánto cariño sembró, un cariño sin colores ni banderas».

El funeral ha sido concelebrado por cuatro religiosos capuchinos del santuario del padre Pio , un santo al que era devota Raffaella Carrá, en el municipio de San Giovanni Rotondo. Allí hará una etapa la urna con sus cenizas, por deseo expreso de la artista. Así lo anunció el celebrante, al final de la homilía: «Raffaella venía a San Giovanni Rotondo muy a menudo y era su deseo volver. Por eso, en cuanto sea posible, con Sergio Japino nos organizaremos para que su urna haga una etapa en la iglesia del Padre Pío».

Otro capuchino, el padre Castaldi, que presidió la ceremonia, recordó en su homilía los valores de la artista, subrayando que «Raffaella nos salvará de la retórica» . El sacerdote recordó la humanidad que caracterizó a la artista, citando el anuncio que hizo su compañero Sergio Iapino para comunicar su fallecimiento: «Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre».

«Roma no te olvidará»

Los italianos han despedido a Raffaella Carrá con un sentimiento de tristeza y al mismo tiempo de agradecimiento, porque gozaron de su música, de sus programas y en todos hay algún recuerdo de la artista, que fue siempre muy querida. Por ello le expresó su agradecimiento la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, en el saludo final tras el funeral: «Gracias Raffaella. Supo hablar con todos, hasta los más simples, un ícono que ha traspasado fronteras nacionales, gracias a un talento innato que acompañó con puntualidad y precisión de trabajo y del estudio, con un gran carisma, la capacidad de arrastrar a todos los que trabajaron con ella o simplemente la vieron en la televisión. Creo que todos pueden ponerse de acuerdo en un adjetivo para ella: Inolvidable , Roma se había convertido en su ciudad y nosotros los romanos no la olvidaremos. Ciao, Raffaella, gracias por lo que hiciste y por lo que nos dejaste».

Emoción y lágrimas

Antes de la ceremonia se cerró la capilla ardiente, instalada desde el miércoles en la sala de la Protomoteca del ayuntamiento romano tras un cortejo fúnebre que condujo a Raffaela por los lugares símbolo de su carrera. Ante el féretro de la que fue icono de la televisión italiana, fallecida el pasado lunes, a los 78 años, a causa de un cáncer de pulmón, han desfilado para despedirla con emoción y lágrimas miles de romanos y prácticamente todos los personajes del mundo del espectáculo italiano. Algunos de ellos que fueron sus compañeros se arrodillaron ante el féretro para rendirle homenaje. Especialmente emotivo fue el saludo de Barbara Boncompagni, la hija mayor de las tres hijas de Gianni Boncompagni [él fue su primer gran amor, antes de Sergio Iapino] a las que crió Raffaella Carrá: De rodillas se detuvo en meditación con las manos en el ataúd, antes de reunirse con los demás miembros de la familia. Barbara Boncompagni le ha dedicado palabras muy emotivas de agradecimiento y recuerdo: «Fue una madre para nosotras; dentro de casa era un ciclón, como Mary Poppins . Su característica más evidente fue la sencillez, con matices de torbellino, nunca mediocre, nunca banal, capaz de divertirse de igual manera con un rey o con el inmigrante de su programa Carramba. Era muy empática».

Con esa empatía, Raffaela Carrá, una artista que hizo la historia de la televisión y se convirtió en símbolo de Italia , supo conquistar el corazón de millones de personas en Italia y en otros países, como ocurrió en España, donde también fue muy querida.

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