Patricia Nicolás: «Cuando empecé no existía la bisutería de diseño»

Detrás de esta firma de complementos se encuentra la hija de Vicente Nicols

Patricia Nicolás posa para ABC en su tienda de la calle Padilla Ernesto Agudo
Angie Calero

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Han pasado diez años desde que la diseñadora Patricia Nicolás (Madrid, 1977) lanzó su primera colección de joyas de bisutería. Cuando echa la vista atrás, aplaude el día en que decidió dejarlo todo para cambiar de aires y emprender su propio camino. «Llevaba ocho años trabajando en un banco. Tenía un buen sueldo, pero estaba amargada y veía que iba pasando el tiempo y que cada vez era más difícil cambiar de rumbo. Un día lo dejé todo y me fui a vivir a Londres», cuenta a ABC. En aquel vuelo solo de ida, no podía imaginar que comenzaba una aventura llena de estímulos, aprendizaje, reinvención y creatividad que duraría diez años.

Dice Nicolás que toda la capacidad que tiene para crear la ha heredado de sus padres, Ángeles Miras y Vicente Nicolás , a quien llaman Nicols , como el nombre de su joyería, ubicada en la calle Serrano de Madrid . Una casa histórica donde Patricia aprendió desde niña a diferenciar materiales, composiciones y distinguir piedras. Con su padre viajó a muchas ferias de joyería y de su madre aprendió a pintar.

Esos conocimientos que aprendió de manera orgánica desde niña, decidió ordenarlos con un curso en la Saint Martins School of Fashion de Londres . Después montó su propio taller de joyas. «Cuando empecé no existía la bisutería de diseño, solo algunas piezas pequeñas y finas. Joyas donde casi todo eran piedras y ya está... Pensé que ahí había un nicho que se podía explotar», explica. Comenzó utilizando materiales más baratos que los que utilizaba su padres. Apostó por la seda y los metales, añadió esmaltes, resinas, piedras semipreciosas como citrinos, amatistas y granates; cuarzos, maderas y metacrilato. « Es bisutería de alta gama, casi joyería », apunta.

Sus primeras colecciones se vendieron en los almacenes Harrods y Harvey Nichols, lo que le sirvió de escaparate para que la National Portrait Gallery le encargase el diseño de una colección inspirada en una exposición de retratos de Picasso . Fue entonces cuando se dieron a conocer sus joyas con formas de ojos y labios.

Crecer en España

Ahora Nicolás ha vuelto a sacar una colección de ojos para rememorar aquella con la que se dio a conocer y así celebrar el décimo aniversario de su firma. Solo que ha cambiado Londres por Madrid. «Decidí volver porque me apetecía descansar. Fueron años muy intensos. En Londres hice mucho marketing porque estaba empezando y porque lo que conseguía una española allí tenía repercusión en la prensa de aquí», cuenta. Sienna Miller , Eugenia Silva y Ariadne Artiles , amigas suyas desde hace años, le ayudaron en sus inicios: «Llevaban muchas joyas mías y me hacían mucha publicidad». Paulina Rubio, Samantha Vallejo-Nagera, Paula Echevarría, Rossy de Palma y Nieves Álvarez también llevan sus joyas.

Desde su tienda -situada en el número 1 de la calle Padilla, al girar la esquina desde la joyería de su padre-, además de vender, imparte cursos de diseño de bisutería. «Aquí tengo también mi taller. Todo es artesanal. Creo todo desde cero a partir de una idea», dice. Admite que con el Covid-19 «todo está siendo muy complicado» , pero intenta sacar el lado positivo: «Me ha dado tiempo para pensar... cuando abrí la tienda iba muy rápido». La pandemia, y un hijo de tres años, le han llevado a tomarse las cosas con más calma.

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