Olaf Scholz, el hombre que con 12 años ya sabía que iba a ser canciller

Los que conocen de cerca al político le describen como retraído, reservado y con un gran sentido de Estado

El nuevo canciller de Alemania y su esposa, Britta Enrst REUTERS / Vídeo: Scholz jura como canciller poniendo fin a la era Merkel - ATLAS

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los padres de Olaf Scholz presenciaron ayer la sesión parlamentaria de investidura de su hijo desde la tribuna de invitados del Bundestag. Gerhard Scholz , un obrero industrial jubilado de 86 años, expresó después su orgullo ante los medios de comunicación alemanes y confesó que «es algo edificante, un sentimiento de felicidad por mi hijo». También desveló que, de niño, Scholz era un «don sabelotodo» que no tenía que esforzase para aprender en la escuela. «Eso molestaba mucho a sus hermanos», añadía socarrón. Y es que, por lo visto, Scholz le daba lecciones hasta a su profesor de Latín y «cuando tenía solo 12 años ya predijo que sería canciller de Alemania». Además Scholz, aunque de pequeño era el más espabilado, es hoy el hermano que menos ingresos tiene. «Tengo tres hijos. Los tres tienen éxito. Pero el canciller gana menos», desveló el ufano papá, en referencia a Ingo, de 60 años y empresario en Hamburgo, y Jens, de 62, que trabaja en Medicina Avanzada en Kiel, como anestesiólogo y director ejecutivo del Centro Médico Universitario de Schleswig-Holstein. Pero aunque gane menos que sus hermanos, no puede quejarse. Su última declaración de Hacienda anota unos ingresos superiores a 177.000 euros en 2020. Ha reconocido públicamente que no sabe cuánto cuesta el pan ni la gasolina. «No lleno el depósito yo», justificó. Lleva 23 años con coche oficial.

Sin hijos

Scholz se interesó por la política desde la Universidad, cuando estudiaba Derecho. Escaló primero en el partido y hoy cuenta con más simpatías entre la gente de Merkel que en la nueva dirección del SPD, donde es considerado «un tío de derechas». Es callado y discreto, pero no tiene reparos en confesar que su mujer, Britta Enrst , con la que lleva casado desde 1998, es su prioridad, «muy por delante de la política». La pareja no tiene hijos y Britta es actualmente la ministra regional de Educación de Brandemburgo, un cargo que seguirá ejerciendo a pesar de que su marido sea el canciller de Alemania. Ella es la responsable de que Scholz salga a correr casi a diario. Le convenció de que era necesario para su salud.

Por lo demás, el nuevo canciller fue educado en la fe cristiana. Tanto sus padres como sus abuelos han pertenecido a la Iglesia evangélica, pero él la abandonó ya siendo adulto y de hecho será el primer jefe de gobierno de la República Federal Alemana sin confesión religiosa. No es para nada aficionado a las redes sociales, mucho menos que Merkel.

Fiel y discreto

Su carácter es más bien retraído. Sus colaboradores admiten que no es precisamente la alegría de la huerta, pero destacan de él su «fidelidad» y su «lealtad», además de «una gran sensibilidad social y sentido de Estado». No tiene muchos amigos, ni siquiera en su propio partido, y a dos de ellos se los ha llevado al Gobierno en puestos de confianza. Wolfgang Schmidt será su ministro de Cancillería y Steffen Hebestreit será su portavoz de Gobierno.

Es muy probable que en la Cancillería no se vuelvan a servir los platos de lentejas y las sopas de patata que pedía Merkel, porque Scholz es más bien de vegetal fresco . «Tiene un encanto discreto», comentan las funcionarias de Finanzas, donde hasta ayer desempeñaba el segundo cargo más importante del Ejecutivo de Merkel.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación