La mujer del Chapo Guzmán, condenada a tres años de cárcel en EE.UU.

En febrero de este año, fue arrestada acusada de colaborar con el Chapo en su negocio de narcotráfico y en otros asuntos, como su célebre fuga de la cárcel de alta seguridad Altiplano, en México

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Emma Coronel compartirá por un tiempo la suerte de su marido, el conocido narco mexicano Joaquín ‘Chapo’ Guzmán , después de que este martes le fuera impuesta una pena de cárcel por su participación en el negocio criminal de su pareja. Su paso por la cárcel será, sin embargo, mucho menor: un juez federal de Washington, la capital de EE.UU., le impuso una pena de tres años de prisión. Su marido, extraditado a EE.UU. en enero de 2017, cumple cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Colorado.

Coronel se hizo un hueco en la prensa durante el juicio al Chapo, que cautivó mucha atención en EE.UU. en el otoño de 2018 en otro juzgado federal, esta vez en Brooklyn (Nueva York).

La esposa del narcotraficante a su salida del Tribunal Federal de Brooklyn, en Nueva York REUTERS

La mujer del acusado se presentaba cada mañana en el juicio, con su aspecto recauchutado pero impecable , melena planchada, bolso de diseño y tacón de punta. Era un apoyo constante al Chapo, con quien intercambiaba sonrisas, guiños y gestos amorosos, incluso en momentos complicados, como cuando una testigo declaró las correrías extramatrimoniales del narco.

Por entonces, Coronel daba una imagen desafiante, dispuesta a defender ante todo al hombre poderoso que se había encaprichado con ella en 2006, cuando todavía no había cumplido los 18. Era la hija de un ranchero y narco al servicio del Chapo en la región mexicana de Sinaloa, aspirante de un concurso de belleza local (que ganó sin discusión una vez el narco puso el ojo en ella).

Coronel siempre defendió que no sabía nada de las actividades criminales de su marido, que montó un imperio con la introducción de cocaína, heroína y otras drogas en EE.UU. y creyó que escaparía a su suerte. Al Chapo le mandaron a la cárcel el resto de su vida y ella se dedicó a sus asuntos: entrevistas, promoción y redes sociales.

En febrero de este año, fue arrestada en el aeropuerto de Dulles, en Virginia, muy cerca de Washington. Se le acusaba de colaborar con el Chapo en su negocio de narcotráfico y en otros asuntos, como su célebre fuga de la cárcel de alta seguridad Altiplano, en México.

Es posible que el motivo de su detención tuviera que ver con uno de los capos del cartel de Sinaloa, Dámaso López , preso y cooperador de la justicia estadounidense. Poco después del arresto de Coronel, se supo que López, que fue segundo del Chapo y que se peleó con sus hijos por el control del cartel, había recibido una reducción cuantiosa de su pena por esa cooperación: de cadena perpetua a quince años de cárcel. Todo apunta a que López testificó contra Coronel, entre otros.

La fiscalía estadounidense acusó a la mujer del Chapo de ser una pieza de su entramado delictivo: transmitía mensajes entre narcos, compartía instrucciones del Chapo mientras estuvo en prisión y fue pieza clave en la evasión de Altiplano, para la que se perforó un túnel de kilómetro y medio que desembocaba en el baño de la celda del prisionero.

Coronel se enfrentaba a una pena mucho mayor de la que se le ha impuesto, pero en junio de este año decidió reconocer su culpabilidad y cooperar con las autoridades. Tras ese acuerdo, la fiscalía pidió una pena de cuatro años. El juez ha decidido que sea solo de tres -y se descontarán los meses que lleva en el calabozo desde su detención en febrero-, además de una multa de 1,5 millones de dólares y residencia vigilada durante cuatro años.

«Sé que para este puede resultar difícil ignorar que soy la esposa de Guzmán y tal vez se sienta en la obligación de ser más duro, pero le ruego que no lo haga», dijo Coronel este martes en la audiencia para su sentencia al juez del caso, Rudolph Contreras . La criminal pidió indulgencia por las hijas gemelas que tuvo con el Chapo. «Ya están creciendo sin uno de sus papás, le pido que no crezcan sin su mamá», imploró al magistrado. «Espero que eduque a sus gemelas en un ambiente diferente al que usted ha vivido hasta ahora», le dijo el juez en sus últimas palabras. «Buena suerte».

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