El motivo por el que Manuel Martos ha perdonado a Amelia Bono: la verdad de su reconciliación

ABC charla con una de las personas que mejor conoce a la pareja y explica cuál es la situación real entre ellos

Amelia Bono y Manuel Martos se reconocilian

Manuel Martos y Amelia Bono en un acto social
Saúl Ortiz

Saúl Ortiz

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Ha pasado algo más de un año desde que Manuel Martos y Amelia Bono anunciaron, por sorpresa, a través de las redes sociales que habían decidido separarse tras más de catorce años de relación sentimental. Una decisión que descolocó por lo improvisto y, sobre todo, porque formaban una de las parejas más consolidadas de la alta sociedad.

Pocas semanas después ABC fue el primer medio en publicar que Amelia había iniciado un romance con el empresario Fernando Ligues . Un amor que fue suspiro y que terminó cuando todavía la cuestión era más de un deseo que una realidad . Él no pudo soportar la presión mediática y la persecución asfixiante a la que fue expuesto por cuestiones que merecerían una reseña especial.

Ese romance no sentó bien a nadie. No solo a Martos , que decidió salir escopetado del domicilio familiar y se fue a vivir a una casa cercana, sino también a la familia de él. En privado soltaron sapos y culebras. Lo que era calma y sosiego se transformó en una falsa cordialidad que escondía tensión y crispación.

Pero el amor ha vuelto a vencer, tal y como ABC llevaba informando en los últimos tiempos. Fuentes cercanas a la pareja explican que Amelia pidió una nueva oportunidad. Se ha dado cuenta de que Manuel es el hombre que mejor la entiende, que además de un padre entregado y sensible, la ha cuidado y protegido incluso cuando no compartía sus decisiones. Siempre desde el respeto, la disreción, el entendimiento, la empatía y la solidaridad. Martos ha dado su brazo a torcer y, aunque los agoreros presagian que las segundas oportunidades nunca son buenas, ambos transmiten absoluta felicidad y máxima complicidad : «si les ves ahora pensarías que se acaban de conocer, saltan chispas», explican a este periódico entre el asombro y la satisfacción.

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